Jorge Gestoso es conocido por el público uruguayo desde fines de la década del 80 cuando se desempeñaba como presentador del informativo de CNN en español, que se emitía por Canal 4. Tras 16 años de trabajo en la cadena estadounidense, Gestoso fue despedido imprevistamente en 2002 cuando tenía contrato vigente con la empresa radicada en la ciudad de Atlanta. “No hay dinero” fue el argumento que esgrimieron cuando pidió una explicación.
Aunque no puede comprobarlo, para él está más que claro que fue echado de la emisora por un informe que realizó, titulado La doble desaparecida, que narra la historia de María Rosa Mora, una ciudadana argentina desaparecida en 1976 cuyo cuerpo fue encontrado por unos pescadores en el Río de la Plata. Mora, víctima de uno de los vuelos de la muerte, pudo ser identificada gracias al documental que Gestoso realizó junto a un equipo de trabajo que incluía a otro periodista uruguayo, Darío Klein.
La historia de cómo se gestó este trabajo es uno de los capítulos del libro que Gestoso vino a presentar a Montevideo. En Imposible que lo olvide. Los desaparecidos de ayer y de hoy siguen vivos, el periodista se enfoca, entre otros temas, en el Plan Cóndor, el lawfare y el papel de los medios de comunicación.
Nacido en 1951, montevideano oriundo del Prado, Gestoso trabajó en el rubro de la publicidad hasta 1982, cuando junto a su esposa francesa, Caroline Guichard –con la que desde hace dos años vive en la región gala de Bretaña– decidieron emigrar a Estados Unidos. Hecho en el terreno, sin tener una formación periodística previa, logró desarrollar una prolífica carrera de más de 35 años en los medios.
“Ni bien llegué a Estados Unidos viendo televisión quería estar enterado de lo que pasaba en Uruguay y en América Latina, y eso directamente no era posible en inglés. Únicamente te podías enterar de algo de la región cuando los intereses estratégicos de Estados Unidos estaban en juego o cuando ocurría algún desastre natural. Había sólo una cadena en español, que a mí me parecía que tenía un nivel muy malo, lo que me hacía sentir bastante decepcionado. Entonces logré acceder a una prueba para presentar un noticiero nacional en la cadena Telemundo, que ahora es de la NBC. Y ahí estuve un año y medio presentando el noticiero nacional para Telemundo. Yo trabajaba para una productora independiente y Telemundo tomaba nuestra señal. Después Telemundo cortó el contrato con esa productora y se asoció con CNN. Ahí desde Telemundo le dijeron a CNN que querían que yo siguiera siendo el presentador de las noticias y así fue como llegué a CNN, donde estuve 16 años”.
Gestoso reconoce que cuando comenzó a salir en televisión era un presentador de noticias y no un periodista. Al respecto cuenta: “Fui desarrollando mi manera de pensar a medida que iba viendo las cosas. Al principio, mi primer trabajo en televisión era ser lector de noticias. Pero con el tiempo fui viendo que las noticias que leía no eran tal como las presentaba, entonces ahí empecé a cambiar la forma de interpretar las noticias. De a poco empecé a darme cuenta y a tener conciencia de que había cosas que no estaban bien y que no podía venderles a los que me estaban viendo una cosa que no era”.
Luego de dejar CNN, donde fue el emblema de la señal en español de la cadena, Gestoso creó una productora de contenidos –que, remarca, fue financiada exclusivamente con dinero suyo y de su esposa– y ahí comenzó a ofrecer un programa de entrevistas a muchos canales de varios países latinoamericanos.
“Me tomé un avión y me vine a Uruguay y acá los canales privados me dieron cero bola”, dice, y enfatiza: “cero bola”. “Después estuve en Argentina, Chile, Bolivia y también en Panamá, y algunos me compraron el programa”, recuerda Gestoso.
Tiempo después, en un giro inesperado para muchos que lo veían totalmente identificado con la CNN, Gestoso comenzó a trabajar para Telesur, la cadena venezolana de noticias fundada en 2005 durante el mandato de Hugo Chávez.
“En CNN tenía un compañero de trabajo venezolano que se llama Andrés Izarra, que después de un tiempo decidió volver a Venezuela. Él estaba dirigiendo un canal allá en el momento en el que le dieron el golpe de Estado a Chávez, en abril de 2002. Cuando Chávez vuelve a Caracas, después de estar dos días en la isla La Orchila, desde la dirección del canal le dieron la orden de que no pusiera al aire esas imágenes, que pusiera dibujos animados, e inmediatamente renunció. A los pocos años le propusieron ser el director de Telesur, que se estaba creando. En ese momento yo había venido a Uruguay a moderar un evento y al mismo tiempo Chávez estaba de visita en Montevideo durante el gobierno de Tabaré Vázquez. En el hotel donde me estaba quedando también estaba la delegación venezolana. Me encontré con Andrés y nos pusimos a hablar. Él me preguntó qué estaba haciendo y yo le conté sobre el programa de entrevistas. Me pidió que se lo mostrara, saqué la computadora, lo vio y me dijo: ‘te lo compro’. Así comenzó mi vínculo con Telesur”, recuerda.
El patio trasero
Hace pocos días el consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jack Sullivan, estuvo en Brasilia y se reunió con el presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. Entre otras cosas, acordaron un encuentro entre Joe Biden y Lula en Washington, que seguramente se concretará en enero. Si bien esto puede ser indicador de un cambio de postura en la relación entre Estados Unidos y Brasil y el resto del continente, Gestoso cree que no es así, sino que la política exterior de Estados Unidos hacia América Latina no depende de si un gobierno es demócrata o republicano, y en cambio sigue remitiéndose a la doctrina Monroe, de 1823, establecida bajo el lema “América para los americanos”.
“La política exterior de Estados Unidos hacia América Latina históricamente no tiene nada que ver con la política interna, eso es una constante. Por ejemplo, en este momento, hoy, el presidente Biden reconoce como presidente legítimo de Venezuela a Juan Guaidó. La política exterior hacia América Latina, pero fundamentalmente hacia aquellos países que Estados Unidos considera como una amenaza, la dirigen en buena medida los congresistas de Miami. Marco Rubio, Ted Cruz y compañía son los tipos que más influencia tienen en el Congreso cuando se habla de América Latina. Podemos darle el beneficio de la duda a Biden, pero concretamente el presidente no tiene ningún poder en este sentido, salvo que emita una orden ejecutiva, pero si no es así puede enviar propuestas al Congreso y a partir de enero los republicanos van a tener la mayoría, por lo que cualquier cosa que ellos perciban como un elemento que distorsione esta relación que se viene manteniendo constante desde hace décadas, la van a reprobar”, explicó.
Los malla oro mandan
Buena parte del libro de Gestoso se centra en el papel de los medios de comunicación en general, y en particular sobre el rol central que tuvieron en la mayoría de los casos de lawfare o de golpes de Estado que hubo en los últimos tiempos en la región. Eso pasó con Lula y Dilma Rousseff en Brasil, con Cristina Fernández en Argentina, con Evo Morales en Bolivia, con Rafael Correa en Ecuador, con Fernando Lugo en Paraguay y también con Manuel Zelaya, destituido por los militares del gobierno hondureño en 2009.
Sobre el tema Gestoso dice: “Vamos a hacernos una pregunta: ¿quién manda acá? ¿Manda el hombre que está en el edificio frente a la plaza Independencia o manda el poder, mandan los malla oro? Las guerras se dan porque el poder, el verdadero poder, decide que quiere vender armas, el poder decide a la velocidad que vamos o no vamos. Entonces ese poder con mayúscula, que se sintetiza en el control del dinero, de las armas y de la palabra, de la información, hoy por hoy ese poder es el que controla claramente la mente de las masas de buena parte del mundo. Por ejemplo, estos chats que se conocieron hace pocos días en Argentina, donde se ve como uno de los directivos de Clarín organiza un viaje y se lleva jueces y funcionarios públicos, te muestran un entramado en el que los medios de comunicación son un arma, un brazo del poder. Están al servicio de ese poder y no de la opinión pública. ¿Cómo veo el tema a futuro en América Latina? La realidad indica que seguimos siendo la región del mundo con la mayor disparidad en la distribución de los ingresos, según las Naciones Unidas".
"Yo acá en Uruguay veo ese contraste entre la abundancia que hay en algunas zonas con cifras de dinero que no se corresponden con la realidad y al mismo tiempo la cantidad de ollas populares que hay, entonces en ese sentido lo único que podría cambiar algo es lo que dice el politólogo español Juan Carlos Monedero. ¿Cuál es la diferencia entre los ricos y los pobres? Que los ricos votan todos los días y los pobres cada cuatro o cinco años. Él explica eso. Cuando los ricos llegan al poder colocan a su gente en los puntos neurálgicos, en el Poder Judicial, en las instituciones financieras, en el manejo de las relaciones en el exterior y es gente que ya está habituada a mandar y a tomar decisiones. Monedero dice que el poder escucha a la derecha a través de una llamada por teléfono, y la única forma que tienen otros de ser escuchados es que te oigan en la calle. Ahí los gobernantes no pueden decir que no escuchan”.
“El principal motivo que tuve para hacer este libro es porque entiendo que los libros apuntalan la democracia, porque son un obstáculo para quienes pretenden manipular la historia”, contó Gestoso a la diaria.
“Sentí el deber profesional y moral, ético, de que la gente tiene derecho a saber que la moneda tiene dos caras y que acá, en nuestra región, durante décadas se mostró prácticamente una sola cara, manipulando a la gente. El pueblo judío durante la Segunda Guerra Mundial fue víctima de un genocidio, el Holocausto, y después de eso, generación tras generación, lo siguen recordando. Acá en América Latina hubo un genocidio y, en buena medida a través de los medios hegemónicos, lo que se ha tratado es de ocultarlo, para tratar de que se olvide, que se disuelva, se diluya, de que no deje marcas. Como dice mucha gente, no hay ningún país que pueda avanzar hacia el futuro sin conocer su pasado. Eso hay que tenerlo claro”.
Gestoso conecta la historia durante las dictaduras con momentos políticos más recientes: “En la primera fase de ese genocidio se exterminaba o se hacía desaparecer a los opositores o subversivos, de acuerdo a la calificación que hacían los miliares. Más adelante en el tiempo, en el siglo XXI, apareció esta ola de presidentes en la región, Lula, Correa, Evo Morales, entre otros, que lograron sacar de la pobreza a 70 millones de personas y mejoraron la educación, la salud, la vivienda, en tiempo récord. Entonces los poderes hegemónicos actuaron y los hicieron desaparecer, no como en los 70, sino desaparecer políticamente, porque estos presidentes estaban demostrando que existía una alternativa al neoliberalismo. Hay un hilo conductor, porque, como dice Rafael Correa, el lawfare es el nuevo Plan Cóndor, el Plan Cóndor 2.0”.
“Hay una cosa que decía Eduardo Galeano que describe muy bien el tema de la comunicación y el poder de la palabra. Él decía que dos tercios de la población del mundo viven en el tercer mundo. Dos terceras partes de las principales agencias de noticias tienen su sede en potencias occidentales. Y los periodistas de esas agencias están en el primer mundo, en Europa y Estados Unidos, y mandan al tercer mundo a corresponsales que en muchos casos no están bien informados, desconocen el idioma, la cultura y muchas otras cosas de los lugares desde los que están. Entonces lo que viene pasando históricamente es que nos han enseñado a vernos a través de los ojos que nos desprecian”.
Esa visión, según Gestoso, marcó su impronta a la hora de encarar su trabajo. “Cuando yo entraba a trabajar todos los días a CNN siempre les decía a mis compañeros: ‘yo me llamo doña María y estoy en Cochabamba, Bolivia, mirando el informativo al lado de mi esposo José’. Entonces siempre hacía el ejercicio de ponerme en el lugar de la gente que nos estaba mirando todos los días, de sus intereses, quería hablarles a ellos. Yo estaba en el sur pese a que físicamente estaba en el norte, entonces tenía la responsabilidad moral de representar el punto de vista del sur”.
Izquierda o derecha
“Si me preguntás si soy de izquierda o soy de derecha, yo te respondo: soy periodista. Le saco la foto de la manera más precisa que puedo a la realidad y no me dedico a acomodar a los actores de la foto para hacer lucir a unos bien y a otros mal, sino que trato de mostrar de la manera más ecuánime los dos lados de la moneda. Una de las cosas que manejan los medios hegemónicos es una visión bipolar de la realidad: o están conmigo o están contra mí. Si una persona no está en los medios de derecha, es de izquierda, y viceversa. Yo creo en la independencia y creo que esa es una de las asignaturas pendientes que tenemos. Como sociedades, en América Latina debemos desarrollar una televisión pública para que sea una televisión del Estado al servicio de la opinión pública y no al servicio de los gobiernos de turno”.
Imposible que lo olvide. Los desaparecidos de ayer y de hoy siguen vivos, de Jorge Gestoso. Editorial Sudamericana (Penguin Random House), 2022. $ 790.