El fin de semana pasado el ámbito de la literatura infantil y juvenil se vio conmovido por la noticia de que la editorial inglesa Puffin, en acuerdo con la Roald Dahl Story Company, había hecho una serie de cambios a la obra del autor para volverla más “políticamente correcta”. Tratándose de un clásico, las reacciones críticas ante tal acción fueron tan numerosas como globales y apuntaban no sólo al hecho concreto relacionado con la obra de Dahl sino a un presente en el que esos criterios operan generando tanto censura como autocensura. Un efecto positivo de esa reacción fue que las editoriales que tienen los derechos sobre la obra del autor en francés y en español declararon que no seguirían el mismo camino que la inglesa. El otro efecto evidente fue que la noticia puso el nombre de Dahl sobre la mesa. En ese marco, aquí proponemos una pequeña selección de los libros del autor que pueden encontrarse en las librerías de por acá, como para aprovechar la volada y zambullirse. Afortunadamente, son numerosos los que están disponibles en las traducciones del sello Alfaguara –con las ilustraciones de Quentin Blake–, y unos cuantos pueden conseguirse en Montevideo.
» Matilda. Imposible no empezar por el que quizá sea su libro más conocido, con exitosas adaptaciones al cine. Desde la primera línea, el autor marca la cancha con su mirada aguda y humor, y se mete con los vínculos entre padres e hijos. La protagonista, una niña brillante y apasionada por la lectura que es despreciada por sus padres, encuentra refugio, primero, en una biblioteca, donde después de leer todos los libros para niños, Grandes esperanzas, de Charles Dickens, la condujo a una selección de literatura inglesa. Luego, en la escuela, la maestra Jennifer Honey será quien dé cobijo a esta niña especial, con unos poderes que sabrá utilizar. Con situaciones y personajes desmesurados, es una historia en la que restablecer el orden significa subvertirlo por completo y en el que el autor toma decidido partido por la niña, que decide vivir con su maestra.
» En La maravillosa medicina de Jorge también hay un mundo adulto –en este caso representado por la abuela del protagonista– que no trata bien a un niño. También en este caso hay un niño que decide hacer algo para salir de esa situación, en este caso elaborando una supuesta medicina con cosas que encontró en su casa. El resultado es tan sorprendente como imposible de controlar, en una historia en la que se ponen en juego la fantasía y la crueldad, sin prejuicios, esa mañana en la que Jorge tocó “con la punta de los dedos el borde de un mundo mágico”.
» En Cuentos en verso para niños perversos, Dahl toma seis de los más conocidos cuentos tradicionales –La Cenicienta, Juan y las habichuelas mágicas, Blancanieves, Rizos de Oro y los tres osos, Caperucita roja y Los tres cerditos– y los procesa a su antojo. El resultado son seis nuevas historias, en verso, en las que los enemigos a vencer son otros, y el humor y la irreverencia son protagonistas. Un príncipe que no puede parar de cortar cabezas, un ogro que no huele al recién bañado, unos enanos apostadores, una caperucita que desenfunda un revólver; Dahl propone unos héroes y heroínas incorrectos, decididos y que se salen con la suya, en una narración ágil y disparatada, que pone patas arriba los originales sin quitarles la esencia.
» El superzorro pone frente a frente, como en tantos cuentos, a un zorro hambriento y unos granjeros ricos y antipáticos que se describen por sus vicios. La toma de partido es evidente y Dahl no dudará en dar al simpático carnívoro trazas de superhéroe, que además del ingenio que suele caracterizar a estos animales en el imaginario, es solidario, sensible y buen amigo. La tensión radica en la incertidumbre ante el éxito del engaño y la fuga, una fuga que es bajo tierra cuya técnica el zorro aprende del tejón y que será coronada con un banquete por todo lo alto.
» Charlie y la fábrica de chocolate también es uno de sus libros más conocidos, llevado al cine en tres oportunidades (ver recuadro). Charlie es un niño pobre a quien el azar favorece para visitar la fábrica de chocolate de Willy Wonka y participar en un concurso que cambiará su vida. La historia destila fantasía, imaginación y humor, y nuevamente Dahl se centra en un niño, aunque en este caso no se enfrenta con adultos abusivos sino con una situación de pobreza, y nuevamente se trata de que los infortunios se tuerzan para que el protagonista salga victorioso.
En el cine
» El superzorro fue llevada al cine por Wes Anderson en 1998 con El fantástico Señor Zorro.
» Matilda fue dirigida por Danny de Vito en la película de 1996, y en diciembre último se sumó Matilda: el musical, de Matthew Warchus y basada en la obra de teatro (puede verse en Netflix).
» Charlie y la fábrica de chocolate tiene varias adaptaciones al cine: la de 1971 fue dirigida por Mel Stuart y protagonizada por Gene Wilder; la de 2005, quizá la más recordada, estuvo a cargo de Tim Burton y contó con la actuación de Johnny Depp; para fines de este año está previsto el estreno de Wonka, dirigida por Paul King y con Timothée Chalamet en el papel principal.
» Jim y el durazno gigante, por su parte, llevada al cine en 1996, fue dirigida por Henry Selick y tuvo a Burton en la producción.
Matilda, de Roald Dahl con ilustraciones de Quentin Blake. Traducción de Pedro Barbadillo. Alfaguara. 248 páginas. $ 650. La maravillosa medicina de Jorge, de Roald Dahl con ilustraciones de Quentin Blake. Traducción de Maribel de Juan. Alfaguara. 120 páginas. $ 650. El superzorro, de Roald Dahl con ilustraciones de Quentin Blake. Traducción de Ramón Buckley. Alfaguara. 112 páginas. $ 650. Charlie y la fábrica de chocolate, de Roald Dahl con ilustraciones de Quentin Blake. Traducción de Veronica Head. 200 páginas. Alfaguara. $ 650. Cuentos en verso para niños perversos, de Roald Dahl con ilustraciones de Quentin Blake. Traducción de Miguel Azaola. Alfaguara. 64 páginas. $ 650.