Cultura Ingresá
Cultura

Festival Acá estamos, el 19 de marzo, en la rambla de Punta Carretas, en Montevideo.

Foto: Rodrigo Viera Amaral

Alegría ahora: el festival Acá estamos fue una fiesta

4 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago

Más 50.000 personas concurrieron este domingo al evento organizado por la Intendencia de Montevideo.

Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

El lunes ya había comenzado cuando la lluvia insistió en su intensidad, sin mucha suerte, sobre la multitud que festejaba en el gran predio ubicado en la rambla de Punta Carretas. “¿Puedo cantar una más?”, preguntó Lali Espósito a sus miles de fans, muchas de ellas amontonadas en la zona más cercana al escenario desde tempranas horas de la tarde. El show de la argentina, el último de la noche de este festival, terminó con “Boomerang”, uno de sus clásicos inspiradores en cuya letra la cantante afirma: “No tengo que ser lo que quieren ver. En mis acciones está la respuesta, y eso te molesta”.

Lali es una de las preferidas de los más jóvenes, aunque no exclusivamente. Propone un show integral de música, danza y actuación, al mejor estilo de las grandes divas del pop, como Lady Gaga, Dua Lipa y Britney Spears, y con claras referencias al universo estético de Madonna. Dividido en cuatro bloques, el primero lo dedicó a las canciones más oscuras y robóticas de su repertorio, en sintonía con los sonidos que ha elegido para marcar perfil en este momento de su carrera; el tercero fue la más amable para quienes poco conocen de qué se trata su música, con la excelente seguidilla de “Histeria”, “Irresistible” y “Soy”, a puro funk y soul para bailar.

Catherine Vergnes.

Foto: Rodrigo Viera Amaral

Con una gran ovación, una de las más grandes de la jornada, el público –que rondó las 50.000 personas– volvió a caminar un largo camino —uno de los posibles— entre las canteras del Parque Rodó para alcanzar a tiempo los ómnibus con los motores prendidos cerca de la 1 de la mañana.

Fue una noche inusual. Había gente por todos lados. La mayoría decidió ocupar los rectángulos de pasto y barro, cerca del escenario y de las tres pantallas de alta definición. No fueron pocas las veces en que las conductoras Lucila Rada y Florencia Infante pidieron “un médico, aquí, por favor”, a causa de las altas temperaturas y la reducción del espacio físico, por el constante flujo de nuevos concurrentes al predio.

Fueron en su gran mayoría mujeres, en un porcentaje que fácilmente podría alcanzar el 90% del total. Hubo quienes prefirieron los bancos de la rambla, no moverse entre los puestos de comida, o pulular entre luces, posibles conocidas, y el agradable clima reinante por cualquiera de los rincones al aire libre.

Sofía Álvez.

Foto: Rodrigo Viera Amaral

Pasadas las 18.00 la folclorista sanducera Catherine Vergnes abrió el festival. La siguieron Agus Morales y Soledad Ramírez, y más tarde llegó el turno de Sofía Álvez, la última artista convocada para integrar la grilla y una de las grandes sorpresas de esta primera edición del festival Acá estamos.

Todavía no tan conocida como sus colegas, Álvez es una artista con mayúscula que compone e interpreta sus canciones, canta y toca la guitarra en diversos géneros y con un estilo súper original y preciso. Quienes tuvieron la suerte de estar ahí presenciaron una actuación importante de una de las nuevas grandes cantautoras de la música uruguaya y algunas de las mejores canciones de Febrero, su último disco.

Agus Morales y Soledad Ramírez.

Foto: Rodrigo Viera Amaral

Vanesa Britos volvió a demostrar su talento y astucia para hacer bailar a cualquier tipo de público. Autoproclamada “La reina de la plena”, su actuación dominguera no dejó dudas al respecto, y provocó el primer agite de la multitud, que para estas horas ya asustaba.

Vanesa Britos.

Foto: Rodrigo Viera Amaral

La siguió la uruguaya Agus Padilla, otra de las preferidas del público más joven. Con su sólida presencia y sus canciones de trap, reggaeton y RKT, brindó un show de primerísimo nivel y se emocionó por la cantidad notable de seguidores, como en esta, en cada actuación.

Agus Padilla.

Foto: Rodrigo Viera Amaral

Laura Canoura recibió con cierto pudor los elogios del público, y hasta quiso no creer cuando este decidió corear su nombre cuando promediaba su actuación, a todas luces impecable. Así fue hasta el final: acostumbrada a cantar ante multiltudes, lo hizo con prestancia, determinación, y algo más. Desde el punto de vista técnico y musical, su show fue el más ajustado de todo el evento. Cantó “Mujeres como yo” y se fue con la rocanrolera “Puedes oírme”. Volví a casa a escuchar sus discos.

Laura Canoura.

Foto: Rodrigo Viera Amaral

El show de la brasileña Daniela Mercury todavía resuena en el aire, y lo seguirá haciendo por buen tiempo, a través del eco de sus canciones y de la energía que transmite, mucho más allá de su rol de entertainer. En “Cómo es posible” podría resumirse el asombro que provoca su presencia escénica, reflejado en los mensajes que cientos de testigos dieron cuenta en sus redes sociales. Que cante y baile así, que contagie y sienta esas ganas de disfrutar de la música y de la conexión con la gente y que, por si fuera poco, el insulso y pacato espectador uruguayo se mueva tanto como lo haría, cualquier día, una barriada de Bahía, resulta casi inexplicable.

Daniela Mercury.

Foto: Rodrigo Viera Amaral

Mercury, cada vez más creyente, en el amplio sentido de la palabra, abrió su show con “As rendas do mar”, envuelta en el dorado de su vestido, y acompañada de sus hermanas y hermanos bailarines, emulando las olas donde manda la diosa Iemanjá. Siguió con “Mulheres do Mundo” y se escuchó la primera de varias menciones a la democracia. No perdió un segundo su afán de celebración y echó mano a todo lo que estaba a su alcance para lograrlo, y lo consiguió, hasta la última fila de personas, que no era fila, sino simples mortales vestidos de verano junto a una cerveza, que bailaron como los vagones de un tren o en cualquiera de las otras formas posibles.

Lali Espósito.

Foto: Rodrigo Viera Amaral

No precisó ni siquiera de uno de sus hits. Con “Macunaíma”, de Baiana, su último disco, sacudió a la gran multitud, como el mar al costado antes de la lluvia. No faltaron “Música de Rua” y “Rapunzel”, y sobre el final la cantante invitó a todas las artistas uruguayas para interpretar “O canto da cidade”, coro al que también se sumó Luana, una invitada de último momento. Como ya había pasado en la conferencia de prensa del viernes, Mercury quiso que Laura Canoura volviera a recordar los versos y la melodía de “Río de los pájaros”, de Aníbal Sampayo, y festejó este encuentro de mujeres latinoamericanas con un abrazo entre todas.

Foto: Rodrigo Viera Amaral

.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

¿Te interesa la cultura?
None
Suscribite
¿Te interesa la cultura?
Recibí el newsletter de Cultura en tu email.
Recibir
Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura