El disparador de este proyecto fue el siempre inquieto Juan Casanova y la semilla se plantó en los camerinos luego de un toque de Poesía de Guerra, el proyecto que encabeza el cantante de Traidores desde hace dos décadas, con presentaciones esporádicas y contenido variable. Casanova recuerda que luego de un toque, al ver a Pedro Dalton (Buenos Muchachos) y Luciano Supervielle (Bajofondo y proyectos afines) –invitados para la ocasión– y al cuarteto de cuerdas con el que solía tocar, comandado por el violinista Matías Craciun, les dijo: “Ustedes tienen un show conmigo en la Zitarrosa”. Así, casi como una orden, y todos aceptaron.
“Ese fue un gatillo, en esas circunstancias, pero esto podría haber surgido en un show de Luciano en el que Pedro y yo estuviéramos invitados”, acota Casanova. Porque los tres vienen compartiendo escenario desde hace mucho tiempo: proyectos que van, proyectos que vienen, siempre se mantuvo una sinergia.
Casanova recuerda que con Supervielle se conocieron y se hicieron amigos ya en el lejano 2005, cuando empezaron a componer juntos, siempre con la idea de “intercambiar universos musicales y maneras de trabajar” que los sacaran de sus “lugares de confort, generando nuevos desafíos”. “Porque Luciano venía del hip hop y de la música educada, y yo venía de lo reo, del punk rock y bla bla. Nos juntamos, hicimos un tema, a Bajofondo le gustó, salió en un disco y desde ahí no paramos más”, comenta.
El vocalista de Traidores se refiere a la canción “Slippery Sidewalks”, que Bajofondo grabó en su disco Mar dulce (2007) con la voz de la cantante canadiense Nelly Furtado. Luego fue grabada por Supervielle como “Baldosas mojadas”, en su disco Rêverie (2011), cantada por Casanova –en español–. El vocalista dice que la canción les dio el viento en la camiseta para seguir trabajando juntos, y en 2010 hicieron su primera presentación arriba de un escenario, en la que tocaron “Y la nave va”, de Buenos Muchachos. Años más tarde, luego de un show de Poesía de Guerra, Dalton y Supervielle decidieron empezar a trabajar y componer juntos, y así se fueron dando todas las conexiones posibles entre los tres.
“Luciano y Pedro empezaron a componer directamente, y tienen al menos cinco o seis canciones inéditas. Cuando decidimos unificar nuestros kioscos en esta Suma Camerata, el repertorio y las canciones se transformaron, debido a que Luciano se puso a trabajar en arreglos de cuerdas para temas tan disímiles como ‘Y la nave va’, ‘En el limbo’ [de La Vela Puerca] y ‘Data’ [de Casanova], y así hicimos todo un repertorio que pasa por las cuerdas, que son fundamentales, por eso también el nombre [del proyecto]. Se convirtió en un show que aúna todos los universos musicales que nos habitan con los arreglos de cuerdas de Luciano como un factor unificante, que le dan un hilo conductor”, cuenta Casanova.
Este domingo a las 21.00, el proyecto se presentará en el Auditorio del Sodre, en lo que será su cuarto show en su tercer año de vida. Casanova remarca que los shows del proyecto son “galas”, porque se ponen traje. “Es un show fuera de nuestros parámetros habituales, porque somos unos reos y nos vestimos como queremos, pero esto es un show de gala”, insiste.
La data viene, la data va
Al centrarse en el proceso de arreglos para las canciones, Casanova destaca la aproximación de la “música educada” que implica ponerles violines “a canciones que de repente son tremendamente rockeras”. Pone el ejemplo de “Data”, la canción de aires dub –electrónica con pulso reggae– que lanzó a fines de 2020 con el grupo Vaimaca y que luego grabó para el disco en vivo Poesía de Guerra (2022), con Supervielle, en la que el cantante lanza versos como filosos dardos: “No tienen alma, no sienten empatía, / los entes criminales que controlan tu vida. / La tecnocracia modela tu normalidad, / te tienen zombi, no te quieren pensando. / La data viene, la data va, / somos la mercadería en la cloaca virtual; / las arañas en la red nunca dejan de trackear / el rastro que va dejando tu identidad digital”.
“Se da la mezcla de universos musicales y genera resultados increíbles cuando, por ejemplo, escuchás una canción como ‘Data’ con arreglos de cuerdas, que a su vez tiene subgraves, sintes y es como una especie de dub cósmico, es muy loco. Porque hay temas en los que queda más natural, como ‘En el limbo’, de La Vela Puerca, ahí los violines tienen sentido”, dice Casanova.
Otra de las características de Suma Camerata es que hay canciones en las que cruzan voces, es decir, el autor o intérprete de la original no se encarga de cantarla, sino que lo hace otro de los integrantes del proyecto. Por ejemplo, Casanova cuenta que se da el gusto de cantar alguna canción de Buenos Muchachos, banda de la que es “muy fan”, y, a su vez, Pedro Dalton pone su gola a disposición para “Flores en mi tumba”, el himno de Traidores. Casanova subraya que Dalton “rescata la melodía original” que él cantaba en los 80, que “nunca más” la volvió a hacer.
“Porque yo fui evolucionando y canto muy libremente lo que quiero, mudo todo el tiempo, voy interpretando según siento en el momento y lo que está pasando. Pero Pedro rescata esa melodía y me encanta escucharlo porque me recuerda, obviamente, lo que eran los tiempos en los que nos conocimos con él, en aquellos años 80”, dice.
¿Qué pensaría el Casanova punk y nihilista de los 80 si hoy se viera a sí mismo en un espectáculo vestido de saco y con violines y chelos atrás? Quizás imaginaría que se trata de una distopía, pero Casanova contesta que todo lo contrario, porque recuerda que Traidores, inspirados por el look de algunas bandas punk inglesas, al principio se vestían de sacos comprados en tiendas de ropa usada, “como debía ser para todo punkie que se respete”.
“Y en Traidores, si bien la forma en la que nos expresábamos era muy punk, escuchábamos mucha música de todo tipo. Así que al Juan de aquel entonces le hubiera parecido muy natural esto, porque en los instrumentos de cuerda hay tango. Víctor [Nattero, guitarrista de Traidores], además, en homenaje al tango usaba un sombrero característico. Entonces, me hubiera sorprendido para bien, en todo caso”, acota.
Homenaje velado
Para el concierto de este domingo Suma Camerata estrenará varias canciones y una de ellas será la primera compuesta por el trío que conforma el núcleo creativo. Casanova dice que fue como de costumbre: Supervielle les mostró unas bases que tenía y alrededor de eso empezaron a trabajar con Dalton. “Creo que nos quedó un lindo tema, sumamente inesperado. Va a ser una especie de sorpresa para la gente que lo escuche. Sé que puede haber cierta expectativa de qué vamos a escribir Pedro y yo. El tema tiene un homenaje un poco velado –y me gusta usar esa palabra en este caso– a una banda de amigos que queremos mucho”, dice en una –no tan velada– referencia a La Vela Puerca.
En este concierto también le harán un homenaje al músico y periodista Gonzalo Curbelo (Tüssi Dematteis), líder de La Hermana Menor –y compañero de este diario–, fallecido a fines de febrero. “Vamos a interpretar un tema de él que nos encanta, lo vamos a cantar Pedro y yo. Tiene unos arreglos de Luciano que te erizan la piel. Pero vamos a tocar varios temas diferentes y, sobre todo, algunos inéditos”, adelanta.
El espectáculo será grabado y filmado, porque entienden que es la forma de “cristalizar” el proyecto y “darle entidad”, y además es una manera de unir en un álbum las canciones que están componiendo. Por lo tanto, así les dan “cobijo” a muchas canciones que tienen “desperdigadas por ahí”, dice el cantante.
En este concierto Suma Camerata tendrá una orquesta de cuerdas de nueve instrumentos más la guitarra de Luis Angelero, y contará con varios invitados. Casanova subraya que los músicos que conforman la orquesta de cuerdas son personas que, si bien vienen de la música culta, que quizás es un mundo “muy estructurado”, en realidad “ya tienen mucha experiencia en salir del claustro de la música educada y la academia y poder tocar cualquier tipo de estilo e improvisar”. “Acá se da cierta libertad para que los instrumentos de cuerda también puedan tocar lo que sienten. Y todos los instrumentistas son fanáticos de las canciones que tocamos, ya sean nuestras o no, entonces, las sienten como propias”, subraya.
En medio del ensayo
Hay una frase trillada entre los músicos: crear música es el arte de hacer coincidir los horarios y, cuantos más integrantes tenga el proyecto de turno, eso es aún más complejo. Por lo tanto, Suma Camerata ensaya en pequeños grupos antes de los ensayos generales del final. Luego de conversar con la diaria en un barcito del Cordón, Casanova nos lleva a una casa a pocas cuadras, donde están las cantantes Camila Ferrari y Cecilia de los Santos, que también integran el proyecto, y Supervielle, junto con su teclado, en un descontracturado ensayo que es interrumpido para conversar con nosotros.
Casanova cuenta que ambas cantantes son mucho más jóvenes que ellos y que la idea de este proyecto es hacer no sólo un crossover musical, sino también incorporar nuevas generaciones y gente que viene “de palos muy distintos”. “Siempre integrar, es como un leitmotiv para Suma Camerata, además de pasar todo por un tamiz espectacular”, acota.
Supervielle aclara que viene de la música culta entre comillas, porque en realidad su principal influencia musical es el hip hop; de hecho, la primera banda que integró fue Plátano Macho –varios años antes de Bajofondo–. “Le dediqué más años al hip hop que a la música clásica, pero sí, durante la mayor parte de mi vida fueron cosas paralelas a nivel de formación”, comenta.
El músico subraya que con Casanova tienen muchos puntos en común, más allá de que son de una generación “levemente diferente” (Casanova tiene diez años más que él) y cuando Los Traidores salieron al ruedo (1986) Supervielle era un niño, por lo tanto, no lo vivió. “Descubrí Traidores y toda esa época fermental de su vida muchos años después de que ocurriera. Pero son muchos los encuentros que he tenido con Juan a lo largo de los años en distintos ámbitos musicales, así que hay muchísimo en común en cuanto a influencias y experiencias laborales diversas”, acota.
Camila Ferrari dice que cuando salió el disco debut de Bajofondo (2002) tuvo su primer acercamiento a la música de Supervielle, a Traidores los conoce de toda la vida porque su padre los escuchaba y de Buenos Muchachos también es fanática. “Pero todo por lados muy distintos. Cuando me hicieron esta invitación pensé ‘pah, qué locura’. Me pasaba de estar en el concierto por subirme a cantar y querer estar viéndolo abajo, quería ser dos seres. Pero, más allá de la admiración, me parece maravillosa la agrupación, sumar las distintas visiones de cada uno en un concierto”, comenta.
En el caso de Cecilia de los Santos, tenía apenas cuatro o cinco años cuando salió el primer disco de Bajofondo, pero tiene, dice, “ese recuerdo de sentir que fue algo importante”, y agrega: “Cuando me puse a escuchar con atención, a ver qué puedo dar yo a esta música, fue zarpado. A priori, pensás en el hip hop, la música clásica, el ensamble de cuerdas, el rock, el tango, y decís ‘¿a quién se le ocurre hacer esto?’. Pero es increíble cómo puede ser tan bello y cómo se pueden sumar infinitas capas. Así que me maravillo en tiempo real de estar ahí escuchando esa música y también de sentirme parte”.
“La imperfección también es parte de mi música”
Supervielle comenta que Suma Camerata “es una invitación a participar desde lo creativo”, porque todas las personas que lo integran son “muy talentosas, con muchas ideas artísticas”, entonces, él, que hace los arreglos de cuerdas, tiene muy claro que “desde el principio está concebido de manera de hacer participar a la gente”.
“Yo trabajo mucho con Craciun, el director del ensamble, y le dejo abierto a ver qué le parece, hay un gran intercambio con cada uno. Es realmente una invitación a hacer un trabajo colectivo. Eso es interesante y es lo que lo hace original respecto de cómo suele ser el trabajo con una orquesta, donde uno está más acostumbrado a decir ‘esto se toca así’ y punto, es mucho más estructurado”, subraya.
Además, Supervielle también destaca que en este concierto estrenarán canciones que compusieron con Casanova y Dalton, y agrega: “Soy un atrevido opinando sobre letras con Juan y Pedro, que son dos grandes escritores de canciones, pero ellos también me habilitan ese diálogo e intercambio. Y de la misma manera, todos estamos opinando sobre la música y los arreglos”.
Para el final, pensando en la grabación y filmación del espectáculo, cabe preguntarle a Supervielle si eso le pone una presión extra a la hora de tocar. El músico dice que respeta muchísimo a la gente que busca la perfección, pero él no es así. “Es decir, para mí el error, la imperfección es una cosa que también es parte de mi música. No me preocupa tanto. Entonces, esta música también la abordo desde ese lugar. La imperfección también es interesante, le doy valor. Incluso, haciendo los arreglos hay cosas que son un poquito abiertas. No se trata de hacerlo dos veces igual”, finaliza.
Suma Camerata este domingo a las 21.00 en el Auditorio del Sodre. Las entradas se consiguen por Tickantel y van desde $ 1.000 a $ 2.400.