Comienza la edición número 34 de Divercine, el Festival Internacional de Cine para Niñas y Niños, que se extenderá durante todo agosto con funciones en salas de numerosos barrios de Montevideo y localidades del interior del país. Con la tónica que lo identifica, acercará con su programación una oferta variada de películas –tanto cortos como largometrajes– de diversas procedencias y seleccionadas con una curaduría basada en la calidad. La propuesta es ver cine como una forma de pensar, sentir y compartir, “una cita con películas que abren mundos y preguntas, que nos acercan a otras infancias y nos devuelven a la nuestra”.
Cine y realidad
La apertura del festival será este sábado a las 15.30 en Cinemateca (Bartolomé Mitre 1236). La edición de este año toma como tema la realidad, y para la ceremonia se invita a las niñas y niños a concurrir con disfraces de lo que crean que es la realidad: “un gol imposible, una bicicleta mágica, un héroe del recreo, una nube que cuenta historias, una rodilla con curita, una computadora que vuela o una cometa con mochila”, proponen como posibilidades, porque, aseguran, “la realidad también se sueña, se inventa, se juega”.
Camila de los Santos, y Álvaro Adib, durante los talleres en el Castillo del Parque Rodó.
Foto: Difusión
En el marco del lema que define esta edición de Divercine, la programación invita a ver historias protagonizadas por niñas y niños reales. “Que juegan, que lloran, que se ríen fuerte, que se caen y se levantan. Niñas y niños como los que te rodean, niños del hoy que viven su infancia en estos tiempos. Porque la pantalla también es un lugar para reconocernos, para vernos reflejados, para entender(nos) un poco más”, sostienen.
Al respecto, Álvaro Adib, uno de los directores del festival, comentó a la diaria: “Cuando comenzamos a pensar la edición de este año acababan de aparecer los nuevos datos sobre pobreza infantil en Uruguay. Las noticias internacionales nos hablan de infancias en situaciones de extrema vulnerabilidad. Entonces pensamos que desde el festival teníamos que tener un gesto que fuera más allá de pasar películas. De alguna manera, hacernos cargo de la realidad, pero sin dejar de ser lo que somos: un festival que intenta hablar con las infancias. Entonces empezamos a pensar un poco en esto de ‘lo real’, ‘la realidad’, y nos dimos cuenta de que tiene esa doble dimensión de tragedia y construcción. Es algo que hacemos a cada paso y con cada decisión. Algo que es amplio, diverso y dinámico. Que responde a nuestros anhelos y esfuerzos por hacerla. Nos pareció que era algo lindo para decirle a la gurisada. ¿Cómo aterriza eso en forma de festival de cine? Pensando en una programación que nos presente las múltiples formas de ‘la realidad’, que nos muestre niñas y niños reales en una amplia variedad de situaciones”.
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Accesible y descentralizado
Una de las características de Divercine es que la mayoría de las funciones son gratuitas, lo que permite el acceso sin la restricción económica. Además, a lo largo de sus más de tres décadas de historia los organizadores del festival se han preocupado por hacerlo llegar a públicos más amplios. El propósito de descentralizarlo se profundizó en los últimos años, de tal manera que la programación estará presente en salas de numerosos barrios de Montevideo y de localidades del interior del país. A las salas céntricas de Cinemateca y el Centro Cultural de España (CCE) se suman el Complejo Sacude, el Balcón del Cerro, el Centro Cultural (CC) Mercado Victoria, la Casa de la Cultura del Prado, el CC Crece, el CC Florencio Sánchez, el club Barrio Artigas, la sala Lazaroff, el CC La Experimental, el PTI del Cerro, el Centro Comunal Puntas de Sayago, el Centro Recreativo Lira Uruguaya, en Santiago Vázquez, el CC Parque del Plata y el teatro Escayola de Tacuarembó. “La intención de seguir expandiendo el festival tiene que ver con esto que te comentaba antes: no sólo queremos poner en pantalla infancias diversas, sino que también nos parece importante llegar a infancias diversas. A gurises en los distintos puntos del país y de Montevideo, del campo y las ciudades”, planteó Adib.
Por otra parte, destacó que toda la programación del festival cuenta con interpretación en lengua de señas uruguaya (LSU), “algo que nos hace sentir muy contentos y orgullosos”. Una visita, hace algunos años, de estudiantes de la escuela de sordos –la 197, Ana Bruzzone– dejó, junto con el haber aprendido a decir “Divercine” en LSU, la semilla de trabajar por una propuesta accesible para niñas y niños sordos y que permita además que mamás, papás, abuelos, tíos que no pueden escuchar acompañen a sus niñas y niños oyentes al cine.
Foto: Difusión
En la variedad está el gusto
Una de las virtudes de Divercine es que acerca al público cine de procedencias diversas y que no se encuentra en los circuitos comerciales. Esto permite una amplitud de miradas, una apertura a conocer otras realidades que conforman un mundo diverso. La programación de Divercine 34 (que se puede consultar en la web, ordenada por fechas y discriminada por rangos de edades (de 4 a 6, de 7 a 9 y de 10 a 12), incluye películas de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, España, México y, por supuesto, Uruguay.
“Destacamos la gran variedad de propuestas, con formatos, estéticas y narrativas diferentes. Muchas obras con niñas y niños en pantalla, que es algo que nos gusta mucho. Animaciones que tocan temas amplios e importantes para compartir, como la naturaleza y el manejo del tiempo, o la experiencia de vivir sin contar con el sentido de la vista”, mencionó Adib.
Foto: Difusión
Tal como lo definen sus organizadores, Divercine es además “un espacio de formación en donde el cine es la herramienta para interactuar y aprender”, en el que se fomenta y difunde “el cine para niñas y niños a través de la creación de contenidos que generen el disfrute y empoderen a las infancias”. De este modo, a la exhibición de cine se suman dos talleres gratuitos, a cargo de Ángel Cardozo y Mariana Noguera, de La Casa del Árbol, que se llevarán a cabo en el CCE (Rincón 629). Los cupos son limitados y ya están abiertas las inscripciones.
El sábado 9, de 14.00 a 16.00, darán un taller Foley dirigido a niñas y niños de 7 a 12 años: Un papel que suena a trueno. Jugando con el sonido, con inscripciones en el formulario que se encuentra en la web de Divercine. A partir de la premisa de que hay “un mundo secreto de sonidos en los objetos más comunes”, se invita a descubrir cómo se crean los efectos sonoros del cine utilizando elementos de uso cotidiano.
Foto: Difusión
El sábado 16, en el mismo horario, ofrecerán el taller de documental 30 segundos en la vida. Una mirada de pequeños y pequeñas documentalistas, para niñas y niños de 7 a 12 años. La propuesta, en este caso, consiste en explorar el entorno “para elegir un punto de vista desde el cual capturar algo especial. Puede ser un objeto curioso, una escena inesperada o un rincón que nadie había mirado así. ¡El desafío es mirar con otros ojos y contar con un solo plano!”. Para inscribirse hay que completar un formulario en la web de Divercine.