“Puede ser que todo vuelva a empezar”, canta Martín Rivero en “Magia”, el regalo de canción con el que la banda uruguaya Astroboy volvió a aparecer en la escena musical, luego de su separación algo imprevista de 2008.
En 2023, con tres shows en Magnolio de entradas agotadas, los extravagantes músicos locales disiparon algo de la nostalgia provocada por las canciones de sus discos 5 estrellas (2003), Automática (2004) y Big for the City (2007) y, a cambio, recibieron la suficiente energía de sus viejos y nuevos seguidores para seguir de largo juntos un rato más.
En Ver para creer —su nuevo EP, lanzado esta semana por el sello Little Butterfly Records— todas las letras hablan del resurrecto robot algo herido de uruguayismo, pero todavía peleador e incorrecto, y en el video de “Vendo por viaje”, el conflicto de existencia queda traducido en una entretenida y bella metáfora cinematográfica.
Un martes de tarde, dos semanas antes de su actuación en la sala del Museo de Carnaval, el cantante se abriga con una campera onda britpop y camina cerca de la rambla con zapatos deportivos como los que usaba el no menos polémico tenista Andre Agassi. “Yo te inventé y ahora no sé cómo reprogramarte”, admite en “Premonición”, uno de los cinco nuevos cortes disponibles en Spotify.
A su lado, vestido como un personaje de las películas de Wes Anderson, el bajista Javier Vaz Martins ofrece una sonrisa amable mientras obtiene el título de la canción que está sonando en el bar palermitano mediante una aplicación de encendido rápido en su teléfono celular. “Quisiera hacer todo, pero no hacer nada bien”, se lamenta la voz del cantante en la peleadora y melancólica “Dillom, Paco y Rosalía”.
“No somos ese tipo de banda que nos juntamos todas las semanas”, continúa Martín, sentado en la mesa del bar, con un bocado de chocolate y un café como almuerzo a las cuatro de la tarde. “Creo que en un par de semanas nos vamos a Colonia y nos encerramos todo un fin de semana y le metemos duro. Inventamos como esos encuentros. Después ensayamos tres días antes del show”, aclara el bajista sobre el régimen de ensayos de la banda.
“En otra época, cuando éramos más chicos y estábamos sólo para esto, pasábamos todo el tiempo juntos. Hoy en día nos vemos, con suerte, para ensayar una vez por mes, cuando tenemos un show”, apunta el cantante y compositor.
Escuché sus nuevas canciones. ¿Piensan que siguen haciendo rock?
Rivero: ¿Qué es el rock?
Para mí es actitud.
Vaz: Entonces, sí.
Rivero: La actitud la seguimos teniendo.
¿Y desde el punto de vista del sonido?
Rivero: El sonido es rock pop. Siempre hicimos rock pop. Nunca fuimos mucho más rockeros que esto. Quizás nuestro primer disco era muy garajero y muy crudo. O sea, si estás buscando eso en esta nueva versión de la banda, no lo vas a encontrar.
“Vendo por viaje” es bastante pop rock, ¿no?
Vaz: Siempre nos llevamos bien con el pop. La verdad es que nunca tuvimos problema en abrazarlo.
Rivero: Creo que fuimos más mods que rockeros, pero sobre todo en la estética y con algunos detalles de las canciones.
Ahora parece que le dan más lugar a la electrónica en las bases.
Vaz: Usamos sintetizadores, teclados, pero no hay nada electrónico ni programado. La batería está tocada de principio a fin. La escuchás y tiene un tratamiento estético que podés decir: “La programaron”, pero no, está todo tocado. Roberto Rodino hace una gran diferencia en este disco, o en esta versión de Astroboy. Nuestro baterista, [Pablo Fiallo], no formó parte de esta grabación por esas cuestiones geográficas [reside en Italia]. Ellos tocan de manera muy diferente. Pablo tiene un estilo muy visceral.
Rivero: Y Rodino es un baterista mucho más quirúrgico.
¿Cuánto cambiaron ustedes como músicos, instrumentistas? ¿Cómo evolucionaron en todos estos años desde que dejaron de tocar como Astroboy?
Vaz: Antes de dejar de tocar, lo mío era muy de actitud. Lo que hablábamos antes. Ahora sumé ingredientes técnicos y puedo hacer los mismos dos chistes con mucho menos.
Rivero: Entiendo a dónde vas: si perdimos actitud. Cuando yo era chico, cantaba de cualquier manera, no me importaba si estaba afinando o no, y si me rompía la voz. Hoy en día no es que me importe, pero sí me interesa cantar más afinado. Pero no afinado de que esté todo perfecto, sino más en sintonía con lo que estoy cantando. Entonces, creo que si hay un cambio, tiene que ver con haber perdido esa actitud de descuidada. Hoy en día nos cuidamos más. Y capaz que lo que suena puede resultar más inexpresivo, más estándar, pero es lo que somos. Entonces, sí, encontramos unos estándares. Uno, con el tiempo, va adquiriendo herramientas que te hacen limar ciertas cosas que antes eran más crudas y rudimentarias. Si fuéramos los Sex Pistols, lo que hacemos hoy en día tal vez no tendría gracia. Pero como somos Astroboy y hacemos canciones, tampoco estaba tan bueno ser tan punks. No sé, la verdad es que me ponés en un aprieto. Puedo decir que perdí cosas que tienen que ver con esa frescura, tal vez en lo grabado, pero es lo que somos. En vivo seguimos siendo súper explosivos y hay mucha cosa lúdica y energética que está tremenda.
Vaz: Sí, lo que es seguro es que calzarnos ese traje de la actitud de antes sería falso.
Rivero: De hecho, aquel Astroboy no puede existir hoy en día. Lo bueno es que aprendimos a encontrar a Astroboy: un proyecto artístico que nos permite ser nosotros y, al mismo tiempo, ser el mismo proyecto. No cambiarnos de nombre, no hacer otra música. Es lo mismo, pero distinto.
¿Escuchan música uruguaya nueva?
Vaz: Yo escuché mucho a Davus, sin ser un gran consumidor de ese género. Es un artista en el que encontré algo auténtico. Para mí, él es un rockero.
Rivero: Y además es muy original, si pensás desde dónde compone. Está como enfilado para el lado de Dillom. Toma elementos del rock, habla de su estilo de vida y de sus amigos. Sus letras son muy originales.
A mí me gusta mucho Niño Gutiérrez, un músico que forma parte de la movida Tacuanoise. A él lo vamos a invitar al show a cantar su versión de “Common People”, de Pulp. La suya es en español y se llama “Piba de barrio” y es alucinante.
Vuelvo a la etapa inicial de la banda. ¿Cómo se llevaban con Andrés Sanabria, que estaba al frente de Bizarro Records?
Vaz: Sanabria forma parte de la historia de Astroboy. Nosotros teníamos el rollo de: “¡Tenemos que irnos a Londres a tocar!”. Y lo único que sabíamos era que tenías que conseguir un sello para que te grabe un disco. No teníamos idea de absolutamente nada. Entonces, lo que más estaba a mano era preguntarle a Samantha Navarro —la hermana de Martín—, que ya tenía una carrera. Ella nos dijo: “Vayan a hablar con Andrés”. Sabíamos que existían Bizarro Records y Koala Records, nada más. Y así terminamos en la oficina de Andrés: “Queremos que nos grabes un disco”, le dijimos y le dejamos un par de demos. Nadie nos conocía.
Rivero: En ese momento también nos había escuchado Maxi Angelieri, que nos pasó en su programa de radio Planeta Pop.
Vaz: Andrés fue el tipo que encontramos al que más le interesaba la música. O sea, más allá de cuántas copias hacemos y toda la burocracia.
Rivero: Nosotros le debemos bastante a Andrés porque fue una persona que, más allá de todo, confió en nosotros, confió en el proyecto Astroboy. Nos hizo un contrato por dos discos, nos armó una movida de prensa y hasta intentó conseguirnos mánager, aunque eso no funcionó. Sin eso, no sé qué íbamos a hacer: pedir plata en nuestras casas, tal vez.
En 2011 volvieron para telonear a Beady Eye en el Teatro de Verano. ¿Conocieron a Liam Gallagher?
Rivero: Sí, muy bien, la verdad. Y pensar que vio parte de nuestro show de ahí al ladito. Me acuerdo de eso.
Vaz: Fue nuestro falso regreso. Nos llamaron y dijimos: “Dale”. No podíamos decir que no.
Rivero: Re bien el loco. Me acuerdo que en la previa yo andaba vestido con una campera grande, bien esa onda brit, y me dijo: “Cool, loco”, no sé cuánto, se rió. Hablamos un poco. Le conté: “Teníamos una banda que logró cierta [cosa], pero nos separamos” y me respondió: “A mí me pasó lo mismo”. Muy copado el loco, muy accesible para charlar y muy divertido.
En algún momento soñaron con ir a tocar a Londres. Hoy, ¿qué sueños tienen con la banda?
Vaz: Poder continuar con lo que estamos haciendo ahora ya está buenísimo. Juntarnos, ya desde lo humano, nos hace muy bien y lo disfrutamos mucho. Irnos a Colonia para encerrarnos a tocar y después hacer un asado y mirar fútbol ya es un sueño hecho realidad. Y si aparte podemos grabar música, genial.
Rivero: Ese es el plan perfecto.
¿Bajaron las expectativas?
Rivero: No tenemos expectativas, o bueno, tratamos de no tenerlas.
Vaz: Yo no sé si tengo ganas de irme cuatro meses de gira por Europa y no ver a mi hija.
Rivero: No es lo que en este momento nosotros queremos del proyecto, ni lo que el proyecto nos va a dar ahora. Capaz que en cinco años sí, o no, ni idea, pero es lo que dice Javi. Ahora todos tenemos hijos chicos y queremos estar en nuestras casas.
Astroboy presenta Ver para creer. Jueves a las 20.00 en la sala del Museo del Carnaval. Entradas $ 1200 en Redtickets. 2x1 para la diaria