Alguien en la tribuna del Montevideo City Torque colgó una bandera que decía –o que dice, en realidad, porque las banderas no son descartables–: “El día que muera te alentaré desde el infierno”. ¿Será que en una década y monedas el celeste inglés se metió en las almas?
Lo cierto es que Pablo Marín alineó cuatro en el fondo y un timón, Leandro Ezquerra. Algo más posicional, Álvaro Brun, baluarte a esta altura. Darío Pereira fue el complemento y tres puntas con el Chapa Blanco, Lucas Rodríguez y el argentino Gustavo del Prete. Hubo otra bandera que juró que “Nunca importó la categoría”, como salvaguardando que hay formas de conjugar pasión y empresa.
Tras esas banderas se festejó el primero de la tarde. En un mordisco del botín con la gramilla, el Chapa pudo poner el segundo. Fénix, como de costumbre, con cuatro en el fondo que casi siempre son tres. Con un volante bien parado que fue generalmente Andrés Schetino, luego Ángel Rodríguez. Juan Ramón Carrasco se permitió poner por delante tres hombres y dos puntas. Aunque Maureen Franco la recibió poco, es medio gol cuando la agarra. En la única con claridad del primer tiempo para los locales, convirtió de cabeza pero en posición inválida.
El mismo Maureen gritó antes de caer por un tobillo castigado. Casi al mismo tiempo, un guardia de la supuesta seguridad pateó una pelota que le cayó cerca. La devolvió a unos botijas en pleno fragor (entre la primera línea de butacas y el alambrado hubo un campeonato aparte). En los pies de Andrew Teuten tras rebotes cayó el segundo. “Bordaberry, fascista como tu padre”, surgió de los bravos barras capurrenses. “Cuadro facho”, salió por transitiva. Maureen otra vez convirtió con la bandera a cuadros flúor en alza. Un gol anulado es como un beso que se olvida.
Fénix, terco, sin embargo. Torque sostuvo el juego veloz todo el partido. Carrasco mandó a Ignacio Pallas como una estampita para las alturas. Sin embargo, al ras, primero Maureen y después Pereira desataron suspiros y puteadas por el gol esquivo. El mismo Pereira, de penal, descontó para el local. Le puso incertidumbre al final. Leonardo Coelho se perdió el empate en un entrevero de área chica. Y en la respuesta Óscar Piris, fuera del hábitat, rubricó el marcador: 3-1 en Capurro.