“Hemos llegado al acuerdo de celebrar los Juegos Olímpicos en Tokio no más allá del verano de 2021”. Así lo declaró Shinzo Abe, el primer ministro japonés, luego de la videoconferencia que mantuvo con el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), el alemán Thomas Bach.
La resolución se conoció mucho antes de lo que se esperaba. Bach, en nombre del COI, había manifestado que, ante la insistencia de varios comités olímpicos nacionales, se tomaría cuatro semanas para resolver si los Juegos Olímpicos serían este año o no. El punto de inflexión de la historia se produjo el lunes, cuando el primer ministro nipón comentó que sería muy difícil desarrollar el evento deportivo con la situación mundial en torno al coronavirus. Además de los citados, en la videoconferencia estuvieron Mori Yoshiro, presidente del Comité Organizador de Tokio 2020; el ministro olímpico, Hashimoto Seiko; el gobernador de Tokio, Koike Yuriko; el presidente de la Comisión de Coordinación del COI, John Coates; el director general del COI, Christophe de Kepper; y el director ejecutivo de los Juegos Olímpicos del COI, Christophe Dubi.
Luego de que Abe diera a conocer la decisión bilateral, el COI emitió un comunicado expresando que “en las circunstancias actuales y en base a la información proporcionada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) hoy, el Presidente del COI y el Primer Ministro de Japón han concluido que los Juegos Tokio deben reprogramarse para una fecha posterior a 2020, pero no después del verano de 2021, para salvaguardar la salud de los atletas, todos los involucrados en los Juegos Olímpicos y la comunidad internacional”.
Con el aplazamiento de un año, se estima que los Juegos Olímpicos puedan realizarse entre el 23 de julio y el 8 de agosto de 2021, período similar al que estaba marcado para este año. Con tiempo por delante, resta saber cómo se reajustarán las competencias de clasificaciones que faltaban cumplirse. Se sabe que los clasificados lo están. Los que aún no están en esa situación –entre ellos, varios deportistas celestes– tendrán más tiempo para prepararse, que podrán aprovechar para mejorar sus marcas o para ganar alguno de los cupos que estarán disponibles.
Será la primera vez que una edición de Juegos Olímpicos modernos no se pueda desarrollar por un motivo que no sea una guerra. Eso ocurrió con los de 1916, que se iban a desarrollar en el Imperio Alemán pero fueron cancelados debido a la Primera Guerra Mundial, y los de 1940 y 1944 –que hubieran sido en Helsinki y Londres, respectivamente–, suspendidos por la Segunda Guerra Mundial.
Seguirán llamándose Tokio 2020
Más allá del arreglo entre las autoridades del país asiático y los máximos jerarcas del COI, los Juegos Olímpicos no cambiarán su nombre. En una rueda de prensa convocada después del anuncio del cambio de fecha, Yoshiro Mori, presidente del comité organizador, comunicó que los Juegos Olímpicos mantendrán su nombre. “Hemos decidido mantener la denominación original de Tokio 2020”, dijo.
Otra de las decisiones de la jornada fue que la llama olímpica, que llegó a Japón días pasados, no volverá a Grecia y quedará encendida en suelo nipón hasta que los Juegos se realicen. Si bien se suspendió el recorrido previsto por Japón, la llama permanecerá en la prefectura de Fukushima, al noreste de Tokio.