Con el comienzo de la segunda fase del protocolo para el retorno al fútbol profesional, seguramente algunos reclamos, otras molestias, se atemperarán debido a que en esta fase los futbolistas pueden actuar más en colectivo o con mayor proximidad, se pueden utilizar todas las instalaciones, incluyendo lugares cerrados, y también pueden hacer uso de la pelota de manera colectiva. Durante las dos primeras semanas de trabajo de la primera fase hubo algunos pocos entrenadores que se sintieron molestos y preocupados porque entendían que algunos de sus pares no estaban cumpliendo a cabalidad con lo estipulado, que implicaba una serie de restricciones, por ejemplo que el trabajo fuese individual, a cielo abierto y que no hubiese conexiones con pelota.
No dar pelota
El entrenador de Torque, el club que desoyó la recomendación de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) y empezó una semana antes que el resto, fue uno de los que manifestaron públicamente que veían imágenes de acciones con pelota en colectivo. Hubo también otro importante grupo de técnicos que se preocupó por cumplir fehacientemente con las indicaciones que llegaron a través del protocolo, y no miraron para el costado para ver si los otros lo estaban cumpliendo.
Básicamente se trató de situaciones quizá no del todo claras, como lo referente al uso de la pelota. El protocolo indicaba que debía hacerse de manera individual. Frente a la consulta o reclamo de algunos directores técnicos, la Asociación Uruguaya de Entrenadores de Fútbol (AUDEF) hizo público un exhorto solicitando “el respeto y fiel cumplimiento de todas y cada una de las medidas protocolares dispuestas para auspiciar, sin inconvenientes, el próximo comienzo de partidos oficiales en todas las categorías AUF”.
Intensidad colectiva
La segunda fase, también de dos semanas –en la que entrarán todos, incluyendo a Torque, que hizo tres semanas de la primera fase, y a Plaza Colonia, que como sus jugadores seguían en seguro de paro no podía trabajar de manera oficial, y todos aquellos que estén habilitados (hasta Cerro Largo, que empezó cuatro días después de los demás), con un grupo reducido por el retraso de los hisopados y sus resultados–, habilita a mayores posibilidades de trabajos colectivos y con pelota.
Según el documento, en la segunda fase “el equipo comenzará a entrenar con mayor intensidad y de forma colectiva, luego del reacondicionamiento físico individual pero sin contacto. Tanto el traslado como el arribo y las condiciones de este deben mantenerse en esta etapa de forma idéntica a la fase 1”. Además, el protocolo marca que “podrán utilizarse los vestuarios” y que “la ropa de entrenamiento será entregada por el equipier con las medidas higiénicas recomendadas”. Por otra parte, se establece que se podrá “utilizar los gimnasios y demás instalaciones cuidando la distancia óptima antes referida y con las mismas medidas de seguridad (guantes, desinfección) descriptas en la etapa previa”.
La tercera fase, que podrá comenzar el 13 de julio, es la que, a excepción de los controles médicos y la profilaxis higiénica específica, devolverá a los planteles sus rutinas de entrenamientos sin restricciones. Se podrá hacer fútbol interno y amistosos con otros clubes hasta que se retome la actividad, que parece ser acontecerá a mediados de agosto (la AUF marcó el 1° de agosto como fecha de arranque; el gobierno mantiene el 15).