Los equipos se armaron como pudieron para enfrentar lo que viene. Algunos destellos sobre el final de la conversación, como los de Peñarol, pueden obligar al destino a desviarse, es cierto. Pero también es cierto que en la planificación está el sostén de las estrellas. Meter un batacazo sin planificar cómo va a ser el contexto para ese batacazo puede llegar a ser un calvario, para la estrella y para el resto.
Si Peñarol, por ejemplo, no hubiese tomado la decisión previa de contratar a un arquero y terminar de decidir por Guillermo de Amores, o si no hubiese hecho el movimiento justo para ejecutar la vuelta de Maxi Olivera, o no hubiese estado atento al crecimiento de Ignacio Sosa, que desde hace tiempo la rompía en Fénix, la llegada del Cepillo Gónzalez podría haber sido un manotazo popular. Pero en este caso hay una planificación que permite al mismo tiempo que Camilo Mayada resuelva rayada por franjeada en su vuelta al país. Peñarol necesita identificarse con su cuadro, como siempre, más que nunca.
Nacional sostuvo la renovación de la estrella identificatoria. Más allá de la envergadura de uno y otro, el club albo pasó de Suárez a Pereiro y de Pereiro al Chori Castro con esa cuota de la vuelta al barrio y la magia intacta. Álvaro Gutiérrez fue concreto en casos como el lateral izquierdo y solucionó una partida en principio con una llegada, la de Camilo Cándido con la de Gabriel Báez, a quien tuvo la suerte de estrenar previo al inicio del Clausura, más allá del despojo de la Copa Libertadores. Tal vez buscó con Gonzalo Carneiro esa otra cuota menos relacionada en principio con la casa, pero la lesión del excelente jugador surgido en el violeta postergó ese estreno.
Peñarol armó un cuadrazo, Nacional no especuló. Peñarol metió un bombazo, Nacional cubrió los huecos propios de buenos rendimientos anteriores. Trató, digamos, de sostener un plan más allá de los nombres, toda una postura política. Es que Nacional necesita confirmar como siempre más que nunca. Por su parte, los equipos mal llamados chicos hicieron lo suyo. El Racing Club de Montevideo se armó para buenas mirando la tabla con desconfianza. Entre Luis Mejía y Octavio Rivero trazó una línea para pararse del lado de pelear hacia arriba y no hacia abajo. El negro de la Cuchilla, el que está más de moda, albergó a Vecino, que había quedado desprovisto en Unión de Santa Fé, y trajo a Pablo Siles, una exquisitez de jugador, la estirpe del nuevo volante uruguayo. River probará cambiando de técnico, Danubio y Defensor contrataron apenas. Defensor como siempre for export, Danubio detalles.
Los equipos se armaron como pudieron y tras la feria de nombres y posibilidades podríamos esbozar una selección de las mejores incorporaciones. Un ejercicio sin el diario del lunes de quienes podrían ser los mejores de los que vinieron, volvieron o cambiaron de camiseta. En el arco es difícil, porque hay buenos arqueros, como estamos acostumbrados. La llegada de Luis Mejía, el panameño, o el exótico caso del arquero israelí de Cerro Largo Fútbol Club, la vuelta al país de Guillermo de Amores y la de Kevin Dawson, parecen las más destacadas en el rubro. Pero claro, el momento y la implicancia de un equipo y el otro ponen a De Amores como el mejor arquero contratado en este período de pases.
En el caso de formar una defensa bien típica de cuatro defensores, aunque alguno tenga que jugar de pierna cambiada o corrido del ejercicio habitual, podríamos decir que la decisión del equipo de Torque de repatriar a Renzo Orihuela puede haber sido certera si nos basamos en los rendimientos previos. Es cierto que la necesidad de puntos acciona y no es la misma realidad la de los ciudadanos en la actualidad que hace algunos meses; algo parecido le pasa a Plaza Colonia. Los pata blanca apostaron por el marfileño Modibo Traoré, que ya fue ojeado por River Plate argentino. La vuelta de Maxi Olivera a Peñarol desde el fútbol mexicano y el regreso de Jhonatan Sandoval a tierras uruguayas después de un largo período en el fútbol argentino, cierran una supuesta defensa y los ponen entre las mejores contrataciones del período.
El mejor volante central de este período de pases es Pablo Siles. El futbolista de pasado danubiano viene de jugar en el Chapecoense tras su paso por el Atlético Paranaense, es un jugador con mucha clase y recorrido. Un volante moderno de perfil bajo. La llegada a último momento de Camilo Mayada a Peñarol lo pone en el once ideal de las contrataciones. El volante tiene el palmarés marcado por la franja de Danubio y la de River Plate argentino. Es cierto que los movimientos del Mama Arismendi o de Matías Zunino de Sud América a Fénix y de Liverpool a Boston River, respectivamente, no son joyas del mercado, pero son para sus respectivos clubes de altísima importancia, y para ellos la confirmación de la vigencia.
En el flanco creativo y definitorio del ataque la cosa se pone picante, porque, claro, es lo que más se cotiza. Sin dudas, la llegada del Cepillo Franco González con el aceite de campeón del mundo a uno de los equipos más grandes del país, que lo necesita como el pan, es de lo más destacado de la feria. Se pone la diez de cualquier cuadro que armemos. A la vez, Cerro con Santiago Ramírez, Cerro Largo con Alaniz o Nacional con el postergado debut de Carneiro aventuraron la búsqueda de los distintos, según las posibilidades de cada uno.
En el equipo de las mejores contrataciones podríamos decir que los delanteros con más peso son Nicolás Mezquida, que viene de jugar en Grecia y de larga data por el fútbol de norteamérica, y Octavio Rivero, de pasado en Nacional, con ganas de revancha en nuestro medio. Afuera ambos se cansaron de hacer goles. Gritarlos en cantidad con camisetas en el supuesto más chicas puede significar para ellos la continuidad de su implacabilidad, y para el club la salvación, por lo que ambos pueden ser figuras del Clausura que inicia esta noche. Por lo tanto, las once mejores contrataciones en la previa serían las siguientes, ¿usted qué opina?
Guillermo de Amores Jhonatan Sandoval Renzo Orihuela Maxi Olivera Modibo Traoré Matías Zunino Diego Arismendi Pablo Siles Camilo Mayada Cepillo González Octavio Rivero.