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Los jugadores de Argentina después de ganar la final de la Copa América 2024, el 15 de julio, en el Hard Rock Stadium, en Miami, Florida.

Foto: Chandan Khanna, AFP

Argentina ganó la Copa América tras vencer a Colombia en el alargue

3 minutos de lectura
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Lautaro Martínez, con gol convertido a los 112 minutos, le dio el bicampeonato a la selección albiceleste.

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No es nuevo el campeón: Argentina. La albiceleste festejó un título más tras imponerse 1-0 a Colombia con gol convertido en el segundo tiempo del alargue por Lautaro Martínez, goleador de la copa.

La selección de Lionel Scaloni tuvo paciencia. Sufrió y por momentos fue doblegada por el equipo cafetero, pero supo aguantar contra las cuerdas, contó con una muy buena actuación de su arquero y de la pareja de zagueros, también pudo levantarse de la lesión que sacó a su ídolo máximo y además aprovechó un error rival en la salida para convertir y ganar el bicampeonato de América.

Primera parte

El primer tiempo terminó 0-0, pero tuvo una dinámica interesante. Primero, Colombia marcó la cancha. Se paró alto –como lo hizo contra Uruguay en el partido por semifinales– y con presión extendida le complicó la salida a Argentina. La albiceleste, apretada, en más de una ocasión debió reventar la bocha lejos y cayó en el trampero siempre: los defensores cafeteros, varios centímetros más altos que Julián Álvarez y (ni hablar) que Lionel Messi, ganaron siempre. Y con esa ganancia volvía a empezar otra vez Colombia desde el fondo.

El colombiano Jhon Córdoba y el argentino Lisandro Martínez, el 14 de julio, en el Hard Rock Stadium, en Miami, Florida.

Foto: Juan Mabromata, AFP

Jhon Córdoba se perdió el primero de arranque con un tiro cruzado que pasó cerca; Emiliano Dibu Martínez, además, fue llamado a la acción y atajó dos tiros peligrosos, el primero a Luis Díaz, el segundo a Richard Ríos –era un golazo–.

Lo que tuvo Argentina fue paciencia. Con eso, sumado a las atajadas de su arquero, con el correr de los minutos empezó a emparejar las acciones, sobre todo atacando por la zona zurda, con buenas combinaciones entre Nicolás Tagliafico y Ángel Di María. Precisamente, en una de esas, el Fideo desbordó y tiró el centro atrás para Messi, que no fue gol porque rebotó en un compañero suyo.

El complemento

En el segundo tiempo, cuando mejor estaba Argentina, se lesionó Lionel Messi. En realidad, se terminó de lesionar tras una caída en el primer tiempo en la que pareció torcerse el pie derecho. El entretiempo –largo, de media hora por el show de Shakira– sirvió para ponerlo a punto. Pero el crack no estaba en su noche, volvió a caerse corriendo a un rival de atrás y terminó pidiendo el cambio. Se retiró con gestos de dolor y con bronca.

El colombiano Jhon Córdoba y el argentino Lisandro Martínez, el 14 de julio, en el Hard Rock Stadium, en Miami, Florida.

Foto: Juan Mabromata / AFP

Con todo el peso que tiene Messi en Argentina, Colombia no supo capitalizar el golpe de efecto. Primero, porque no pudo entrarle a una defensa bien parada; segundo, porque James Rodríguez no estuvo certero en los centros y eso dejó a los cafeteros sin juego aéreo; tercero, cuando Colombia se adelantó y cayó en la trampa del fondo, la albiceleste pagó con contragolpes importantes.

El ida y vuelta fue constante. Se pagaron ataques por ataques, Dibu Martínez continuó con buenas intervenciones y se le sumó su colega Camilo Vargas para tapar tiros que pedían goles. Los cambios empezaron a ser claves. Nicolás González entró bien por Messi. En Colombia hubo una doble sustitución porque con el trajinar las baterías se fueron consumiendo. En esas circunstancias, se fueron al alargue sin goles.

El colombiano Luis Díaz y el argentino Rodrigo De Paul, el 14 de julio, en el Hard Rock Stadium, en Miami, Florida.

Foto: Charly Triballeau, AFP

El desenlace

Con lo que quedaba de físico, hubo autopista en el mediocampo. Se jugó a alta velocidad pero con poca precisión. Hubo cambios por los dos lados para buscar el aire que faltaba. González siguió siendo lo más desequilibrante de Argentina, Juanfer Quintero ingresó bien en Colombia y tuvo una apilada de campito medellinense que podría haber sido el primero.

A los 112 se juntaron dos que estaban fresquitos: Gio Lo Celso metió un pase que fue puñalada, y Lautaro Martínez, el goleador de la copa, ajustició a una Colombia que se confió para salir del fondo, bajo las peores circunstancias para confiarse: salir jugando promediando el segundo tiempo de un alargue, sin aire para pensar bien, sin energía para reaccionar, sin reflejos para cerrarse rápidamente. Y eso, en una final, se paga carísimo, mucho más si enfrente está una selección que, más allá de su talento, reconoce en la paciencia una virtud para ganar.

El argentino Lautaro Martínez, el 15 de julio, en el Hard Rock Stadium, en Miami, Florida.

Foto: Juan Mabromata, AFP

Y ganó el campeón, que ahora es bicampeón y también el máximo ganador de la historia de la Copa América, con 16 títulos.

De mal en peor

No todo fue una fiesta: las afueras del HardRock Stadium de Miami previo a la final de la Copa América 2024 entre Colombia y Argentina fueron un caos. Según indican medios extranjeros, los tumultos se iniciaron porque mucha gente quiso entrar al estadio sin tener tickets.

Según consignó Infobae, “más de un centenar de fanáticos cafeteros intentaron vulnerar los controles de seguridad para saltar los molinetes y lograr una ubicación en alguna de las gradas para ver el histórico espectáculo”. Esto lo certificó la cadena internacional ESPN, que indica que la mayoría de esos hinchas que quisieron colarse fueron detenidos, pero otros lograron el cometido de entrar.

Dada esta situación, la organización decidió cerrar los accesos al estadio que estaban siendo vulnerados. Esto provocó que muchísimas personas que estaban con sus tickets para ingresar quedaran trancadas en los molinetes de ingreso.

En un primer anuncio, la Conmebol decía: “Informamos que las personas que no cuentan con tickets no podrán ingresar al estadio. Sólo aquellos que tengan tickets adquiridos podrán hacer el ingreso una vez que vuelvan a ser habilitados los accesos. Informamos que el partido se retrasará 30 minutos, iniciando a las 20.30 hora local [21.30 hora uruguaya]”. Pero eso no fue así, y con los equipos en los vestuarios la organización volvió a cambiar el horario, para finalmente pasarlo a las 22.15 de nuestros relojes.

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