Perspectivas económicas globales
Panorama general
En 2020 la economía global se habría contraído 3,5%, cerca de nueve décimas menos que lo que había previsto el organismo meses atrás. Esta mejora responde a un desempeño mejor del previsto durante la segunda mitad del año. Sin embargo, hay que tener presentes los impactos asimétricos de la crisis, que han caído desproporcionadamente sobre las “mujeres, los jóvenes, los pobres, los empleados del sector informal y los trabajadores de sectores de contacto personal intensivo”.
De acuerdo con la visión del FMI, si bien la aprobación de vacunas puede resultar un punto de inflexión en los próximos meses, las nuevas olas y las distintas variantes del virus que han emergido recientemente continúan amenazando las perspectivas en el corto plazo. También los problemas logísticos asociados a la distribución de vacunas y la incertidumbre en torno a su aceptación por parte de la población.
En este contexto, el crecimiento estimado para 2021 se ubica ahora en 5,5%, lo que representa una revisión al alza en relación con el pronóstico realizado en octubre (5,2%). Detrás de esta revisión pesaron los desarrollos en el frente de las vacunas y también los estímulos que fueron agresivamente desplegados por parte de los distintos países, especialmente en la órbita de las economías avanzadas. Para 2022 la estimación se mantuvo incambiada, en el entorno de 4,2%.
Sin embargo, para encarrilar la recuperación en el corto plazo, seguirá siendo clave el mantenimiento de las políticas de apoyo para evitar que la caída de la actividad y el empleo genere efectos persistentes en el tiempo. “Aún tenemos que ser muy cuidadosos para no retirar el apoyo de manera prematura, porque si lo hacemos tendremos una ola de insolvencias y un desempleo estructural que sería muy difícil revertir”, había advertido semanas atrás Kristalina Georgieva, directora del organismo. Además, mantener a raya la pandemia requiere profundizar esfuerzos en el frente de la cooperación internacional. “Estos esfuerzos consisten en reforzar el financiamiento del Fondo de Acceso Global para Vacunas Covid-19 y acelerar así el acceso a las vacunas en todos los países, garantizando la distribución universal de las vacunas y facilitando el acceso a tratamientos a precios asequibles para todos”.
Una recuperación “incompleta y desigual”
Pese a que el organismo proyecta un fuerte rebote para este año, el repunte será heterogéneo entre las distintas regiones y grupos de países. Por un lado, la dinámica de la recuperación global será apuntalada por China, que continuará creciendo en 2021 y 2022 a un ritmo elevado (y fue de las pocas economías que crecieron el año pasado). Concretamente, el gigante asiático expandiría su producción 8,1% y 5,6% respectivamente. Dentro del contexto emergente destacan también India y los países del sudeste asiático, que registrarían un crecimiento de 11,5% y 5,2% respectivamente durante este año. Hay que tener presente que, a diferencia de China, tanto India como este grupo de economías asiáticas se contrajeron durante 2020.
Por su parte, dentro del universo de economías avanzadas convivirán realidades diferentes durante los próximos dos años. Por un lado, Estados Unidos recuperaría el nivel de actividad precrisis durante este año. En concreto, tras caer 3,4% en 2020, la actividad se expandiría 5,1% y 2,5% en 2021 y 2022 respectivamente. El nuevo paquete de estímulos anunciado recientemente tras la victoria de Joe Biden será fundamental a tales efectos. A este respecto, la economía estadounidense había implementado medidas de soporte entre marzo y abril por el equivalente a 14,8% del PIB. Luego, en diciembre, sancionó un impulso adicional del entorno de 4,3% del PIB.
Por el otro, los países de la Unión Europea, junto con Reino Unido, enfrentarán un escenario más complejo hacia adelante. Además de una caída comparativamente más profunda durante el año pasado (-7,2% y -10,0%, respectivamente), el dinamismo estimado en el corto plazo no será suficiente para recuperar el terreno perdido ante la pandemia. Por el contrario, la Unión Europea recuperaría los niveles prepandemia en 2022 y Reino Unido podría tardarse incluso más.
Más acá en la geografía, el FMI estima que la caída de América Latina y el Caribe en 2020 habría sido de 7,4% y prevé un rebote de 4,1% y 2,9% para el próximo bienio. Pese a lo anterior, el repunte no alcanzará para recuperar el nivel de actividad previo a la irrupción de la crisis dentro de este horizonte temporal. Esto la convierte en la región emergente que recuperará su actividad de forma más tardía.
El panorama fiscal en el mundo
La pandemia generó una profunda disrupción económica con impactos extraordinarios en la esfera de las finanzas públicas, y llevó el endeudamiento público a niveles históricamente altos. Como era esperable, el incremento del déficit fiscal y de la deuda fue mayor en las economías avanzadas. Dentro de esta órbita, el impulso fiscal ascendió a 11,8 billones de dólares, lo que empujó al déficit primario –sin considerar los intereses– a ubicarse, en promedio, en torno a 9,6% del PIB. Dada la reversión de las medidas transitorias desplegadas en el marco de la pandemia y el crecimiento que se anticipa para este año, la deuda pública del conjunto de países avanzados aumentará moderadamente este año y tenderá a estabilizarse a mediano plazo.
Dentro del grupo de economías emergentes, cerca de 90% desplegaron estímulos fiscales para contrarrestar el impacto de la crisis durante el año pasado. Esto implicó que el déficit global promedio saltara 5,5 puntos porcentuales, hasta situarse por arriba de 10% el PIB. Como contracara de lo anterior, el ratio deuda/PIB ascendió a 63,3% para este conjunto de economías. Para este año, de materializarse el escenario base previsto por el organismo, el déficit promedio podría bajar hasta 8,6% del PIB. En el caso de la deuda, la proporción en relación con el producto seguiría con una trayectoria alcista durante los próximos dos años.
Como fue advertido, son muchos los riesgos que podrían comprometer la senda de recuperación prevista en el corto plazo. En este sentido, los estímulos fiscales seguirán siendo claves para dar soporte a la demanda en un contexto en que la política monetaria se encuentra bastante exigida. Esto, obviamente, genera riesgos crecientes que pueden disparar crisis de endeudamiento y una ola de reestructuras. Más aún si se considera que los problemas de deuda en la órbita privada pueden generar una presión adicional para el sector público. Sin embargo, entre tanto la vacuna no pueda difundirse masivamente, el riesgo principal en el corto plazo continúa siendo la destrucción de tejido productivo y social, dado que puede tener efectos más permanentes sobre la capacidad de las economías de reproducir crecimiento.
La estabilidad financiera mundial
Por último, el FMI actualizó su visión en torno a la estabilidad financiera global. Como fue advertido, los estímulos fiscales extraordinarios aumentan el riesgo de crisis de endeudamiento. Pero este no es el único riesgo latente que surge de la reacción de la política económica ante la pandemia. En este sentido, la reducción de las tasas de interés y las inyecciones masivas de liquidez pueden generar burbujas de activos que comprometan la estabilidad financiera y por esa vía arriesguen la recuperación.
A este respecto, el organismo advierte que la autorización y la distribución de las vacunas mejoraron las expectativas globales y provocaron un aumento de los precios de los activos de riesgo, pese a todas las amenazas que aún permanecen latentes. En esta línea, las políticas acomodaticias han aliviado las tensiones de liquidez, pero no es posible descartar que emerjan presiones sobre la solvencia, especialmente en los segmentos de mayor riesgo crediticio y en los sectores más golpeados por la pandemia.
“En un entorno de tasas de interés reducidas, los problemas de rentabilidad podrían lastrar la capacidad y la voluntad de préstamo de los bancos en el futuro”, advierte el FMI. A su vez, agrega que “con los inversores apostando que se mantendrán las políticas de apoyo y un exceso de confianza filtrándose en los mercados por el nuevo aumento de las valoraciones de activos, las autoridades económicas también deben estar preparadas para hacer frente a los riesgos de corrección de los mercados”.
Como titulaba Bloomberg días atrás, “las advertencias de burbujas en todas partes son cada vez más fuertes”. De acuerdo con un relevamiento realizado por el Deutsche Bank entre 627 agentes, 90% de los inversores visualiza burbujas en distintos tipos de activos; se destacan los casos del bitcoin y de las acciones de empresas tecnológicas estadounidenses.
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