De acuerdo al índice de costos de transporte elaborado por la Reserva Federal de Nueva York, las presiones sobre las cadenas de suministros han disminuido en los últimos meses, pese a que todavía se ubican en niveles superiores a los observados antes de la irrupción de la pandemia. El último dato, que corresponde al mes de julio, pautó una caída del entorno del 58% en relación al pico alcanzado a fines de 2021.
Esto supone una buena noticia desde el punto de vista de la estructura de costos y los mecanismos de formación de precios a nivel global. Las interrupciones en las cadenas globales de suministro han sido uno de los principales desafíos mundiales en el frente inflacionario, primero generadas por la pandemia y luego por el estallido de la guerra. En efecto, los problemas logísticos y las disrupciones de estas cadenas afectaron negativamente a la producción y por esa vía a los precios, que fueron impulsados al alza producto de la escasez consecuente.
Además de lo anterior, hay otro conjunto de indicadores que apuntan en la misma dirección. Por un lado, se redujo el costo promedio de transportar un contenedor estándar de 40 pies, que cayó cerca de 45% desde el pico máximo alcanzado durante los últimos meses del año pasado.1 Por el otro, el número de embarcaciones en espera fuera del puerto de Los Ángeles disminuyó 75% en lo que va del año, a pesar de que junio habría sido el mes con mayor actividad en el último siglo. También se comprimieron los tiempos de entrega de carga aérea y los tiempos de entrega de insumos y materiales en las principales economías. Según el relevamiento de la Reserva Federal de Filadelfia, más de 40% de los fabricantes estadounidenses esperan mejoras en los plazos de entrega durante los próximos seis meses.
Más allá de lo anterior, estos datos también podrían estar reflejando la debilidad de la demanda global, en un contexto todavía caracterizado por alta inflación, elevada incertidumbre y marcados desequilibrios. En otras palabras, pasado el rebote de la pandemia, las economías están volviendo a perder impulso. Además, la tensión entre China y Taiwán podría suponer nuevas alteraciones, como quedó en evidencia con los ejercicios militares desplegados recientemente en el estrecho de Taiwán.
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“Global supply chain pressures are easing - for now”. Financial Times. ↩