Según la última medición del índice de confianza del consumidor (ICC), elaborado por Equipos Consultores y la UCU Business School, la confianza del consumidor cayó 3,8 puntos porcentuales (pp) con relación al registro previo, que corresponde a abril. Concretamente, en junio el ICC se ubicó en torno a 48,1 pp, retornando a la zona de moderado pesimismo. Esto no sucedía desde setiembre del año pasado, cuando el registro cayó a 48,7. De hecho, señala el informe, la cifra de junio marca el nivel más bajo observado desde abril de 2022 (45,9).
El ICC surge a partir de la consideración conjunta de tres subíndices, que relevan la percepción de las personas en torno a la situación económica del país, a su situación económica personal y a la predisposición a la compra de bienes durables (como electrodomésticos, vehículos e inmuebles).
Perspectiva bimestral
La contracción bimestral del ICC entre abril y junio se explica por el retroceso constatado para la primera y para la última de estas tres dimensiones. En efecto, el subíndice correspondiente a la situación personal cayó 1,7 pp, mientras que el que monitorea la predisposición a la compra de productos durables se retrajo 11,2 pp. En el caso de la situación a nivel país, la última edición de este relevamiento arrojó una mejora equivalente a 1,3 pp.
Perspectiva interanual
Si bien la variación del ICC también fue negativa al contrastar el último dato con el de junio de 2022, la situación es un poco distinta que la que se desprende del análisis bimestral cuando nos adentramos en la evolución de los tres subíndices.
En ese sentido, la caída del indicador fue producto de la menor predisposición a la compra de bienes durables, que cayó 7,9 pp frente a igual mes del año anterior. Este retroceso contrarrestó, de hecho, la mejora interanual relevada para las otras dos dimensiones, cuyo incremento no fue suficiente para evitar la caída del indicador agregado.
Otros indicadores de confianza económica
Complementando el panorama que se desprende del análisis del ICC y de sus componentes, los otros indicadores de expectativas relevados mostraron resultados heterogéneos durante junio.
Por un lado, las expectativas de desempleo aumentaron, tanto en la comparación bimestral como interanual, y fue mayor el deterioro en este último caso. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa de desempleo para junio se situó en torno a 8,2%, en un contexto caracterizado por la mejora del empleo (demanda laboral) y también de la actividad (oferta laboral). Vale destacar que la tasa de empleo alcanzó el registro más alto desde diciembre de 2021 (58,2%) y que la tendencia-ciclo de esta medición, que depura los factores irregulares y estacionales de la serie, alcanzó su nivel más alto desde 2016.
Además, el número de personas ocupadas volvió a incrementarse, situándose próximo a 1.704.000. Esta cifra representa un valor históricamente alto, aunque es importante notar que se trata de una medición que se realiza en términos absolutos y no relativa a la población que está en edad de trabajar (como la tasa de empleo). “En ese sentido, opera como una señal adicional relevante para comprender, entre otras cosas, las perspectivas del consumo en el corto plazo”.
Por el otro, las expectativas de ingresos mejoraron desde ambas perspectivas, es decir, contrastándolas contra el pasado mes de abril y con junio del año anterior. Según los últimos datos divulgados por el INE, el ingreso medio de los hogares aumentó 7,1% interanual en el segundo trimestre, producto de la mejora en el plano del empleo y también de los salarios. El incremento fue de 7% en el interior del país y de 7,3% en Montevideo. En este último caso, el dato supone un cambio de tendencia, en tanto los ingresos habían caído durante el primer trimestre del año.
Por último, en el caso de las expectativas de inflación, los resultados difieren según la referencia de comparación. Puntualmente, se registró un aumento con relación a la medición realizada en abril, pero un nuevo descenso con relación a lo esperado hace un año. “Debe tenerse presente que, como fue analizado en el informe previo, las expectativas de inflación cayeron de forma relevante en los últimos meses, en línea con la moderación efectiva de los precios”.
Como fue analizado la semana pasada, durante los últimos meses la inflación se moderó de forma pronunciada y se ubica actualmente próxima al centro del rango meta establecido por el Banco Central del Uruguay (4,8%). A la luz de este fenómeno, es esperable que las proyecciones para los próximos meses continúen ajustándose a la baja.