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Foto: Ernesto Ryan.

Inflación: ¿qué esperar en los próximos meses?

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Según el último informe del Centro de Investigaciones Económicas, la inflación permanecerá dentro del rango meta en 2024 y 2025.

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El Centro de Investigaciones Económicas (Cinve) divulgó ayer su último informe de perspectivas inflacionarias. Según las nuevas proyecciones, la inflación mensual de agosto se ubicará en torno a 0,3%, lo que dejará el registro interanual en 5,7%. Esto implica una aceleración con respecto a los meses previos, siendo el registro más elevado desde junio de 2023, cuando la variación interanual del índice de precios al consumo (IPC) se situó en el entorno del 6%.

Más allá de esto, la inflación se mantendría dentro del rango meta (3%-6%) durante lo que resta de este año y también durante el próximo. En concreto, la actualización de las perspectivas indica que la inflación cerrará este año próxima al 5% y que se ubicará en 5,5% en diciembre de 2025.

Factores que incidirán sobre la trayectoria esperada

Varios aspectos podrían condicionar la trayectoria prevista de los precios, especialmente durante 2025. Entre los factores domésticos, el Cinve destaca la incertidumbre asociada al cambio de gobierno, dado que eso podría suponer cambios en la órbita de la política monetaria desplegada por el Banco Central del Uruguay (BCU). A este respecto, el documento indica que en el caso del Frente Amplio todavía no están claros los detalles de la política que será aplicada, principalmente en lo que refiere al tipo de cambio.

Más claridad existe en el caso del Partido Nacional, que nominó a Diego Labat para el Ministerio de Economía y Finanzas. Esto permite anticipar, según se señala, que no existirían grandes innovaciones en materia de política económica y, en particular, en la gestión de la política monetaria. Uno de los puntos críticos de su gestión al frente de la autoridad monetaria ha sido el del “atraso cambiario”, producto del manejo de la tasa de interés en el marco del combate a la inflación.

Más allá del aumento reciente del tipo de cambio, la situación cambiaria ha sido objeto de múltiples cuestionamientos durante los últimos años, tanto desde la oposición como del sector productivo. A modo de ejemplo, la semana pasada la Federación Rural volvió a alertar sobre los costos que ha tenido la política antiinflacionaria para el sector exportador e insistió sobre la gravedad del atraso cambiario actual. En la misma línea, pero con un tono más crítico, se había manifestado hace algunas semanas Norberto Pereyra, dirigente de Un Solo Uruguay, quien calificó de “muy nefasto” el manejo del balance entre la inflación y el precio del dólar.1

En este marco, el Cinve asumió como supuesto para las proyecciones de inflación actuales una devaluación del peso equivalente al 4% para el período comprendido entre diciembre de 2023 y diciembre de 2024, y aclaró que esto podría ajustarse en función de los anuncios de política que puedan surgir en los próximos meses.

Por su parte, se identifican tres factores del escenario externo que también podrían impactar sobre la trayectoria prevista de los precios en nuestro país. En primer lugar, el devenir de los conflictos en curso, principalmente la guerra entre Rusia y Ucrania y las tensiones en Medio Oriente. En segundo lugar, podrían existir presiones bajistas derivadas de la menor demanda de China, que se ha traducido, por ejemplo, en un descenso del precio de la soja, que podría trasladarse hacia otros commodities. Por último, otro factor que tendrá peso en la dinámica de los precios es el timing y la intensidad de la reducción de la tasa de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED).

Con respecto a este último punto, el informe señala que el cambio de dirección de la política monetaria estadounidense podría suponer un dilema para el BCU, teniendo en cuenta la brecha entre las tasas de interés que se generaría con la reducción que promovería la FED. Esta reducción podría incentivar las operaciones de carry trade en nuestro país (financiarse a tasas bajas en Estados Unidos para invertir a tasas más altas en Uruguay), con un efecto bajista sobre el tipo de cambio. En otras palabras, el dilema que enfrentaría el BCU sería el siguiente: bajar la tasa de interés para evitar esas operaciones o mantenerlas para evitar que las expectativas de inflación se desanclen. Ante este escenario, el Cinve considera para sus proyecciones que el BCU reducirá su tasa entre 1% y 1,5% este año (actualmente se ubica en 8,5%).

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