Sobre la coyuntura económica y clima de negocios
La última edición de la Encuesta de Expectativas Empresariales, correspondiente a octubre, capturó un deterioro “moderado” de la percepción sobre el entorno en el que sus empresas desempeñan su actividad. Si bien más del 50% de las personas consultadas entienden que el clima de negocios es “bueno”, el informe alerta que la proporción de quienes lo consideran “regular” saltó a casi 40%.
Por otra parte, la mayoría de los agentes relevados no anticipan cambios relevantes en la situación económica del país, aunque casi el 25% evalúa que el contexto es peor que hace un año, y menos del 10% tiene expectativas de que mejore hacia adelante. Asociado a lo anterior, el 37% asume que el clima de inversiones empeorará el próximo año, un dato preocupante dado que se espera que la inversión sea el motor del crecimiento y que el crecimiento sea el corazón de la política económica del próximo quinquenio.
En línea con lo anterior, los empresarios que formaron parte de esta instancia de consulta volvieron a revisar a la baja sus perspectivas de crecimiento. En este sentido, el promedio de respuestas sugiere que la economía crecería 1,6% durante 2026, en tanto esperan que el PIB se expanda a un ritmo tendencial de 1,7% pensando en un horizonte de tres a cuatro años. A este respecto, el informe alerta que esta medición se ha venido ajustando sucesivamente a la baja a lo largo de los últimos relevamientos, alejándose cada vez más del 3% previsto en las respuestas relevadas en 2021 y 2022.
Mejor es el panorama que surge al desentrañar las expectativas inflacionarias de los empresarios, actores clave en el proceso de formación de precios. En este frente, y de forma consistente con los resultados que arrojan otras encuestas, las expectativas sobre la dinámica de los precios en 2025 y 2026 se ajustaron nuevamente a la baja, dejando un promedio de respuestas para ambos años levemente por debajo del 5%.
En efecto, dos tercios de las respuestas prevén una inflación en torno a la meta oficial (4,5%) para este año, y algunas, incluso (8,6%), esperan que se ubique por debajo de ese umbral hacia el cierre de este año.
Sobre este fenómeno, el documento agrega que “desde mediados de 2023 venía siendo casi unánime la opinión de que la inflación ya no volvería a superar el 8%, pero no era tan extendida la percepción de que la inflación se ubicaría de manera sostenida por debajo de 6%” (techo del rango de tolerancia). Por primera vez, destacan desde la consultora, más del 90% de los consultados asumen que la inflación no superará ese nivel. Esta idea se extiende unos años más hacia adelante, dado que el 80% sigue ubicando la inflación dentro del rango cuando se les consulta por la situación a tres o cuatro años.
Sobre la situación y perspectivas de las empresas
Más allá del menor optimismo asociado a la situación económica del país, el reporte destaca que “las expectativas sobre la marcha de las empresas el próximo año fueron marginalmente mejores” que las capturadas en abril, siendo “notoriamente más favorables” que las que refieren al panorama económico.
Sobre esto, el 54% de los entrevistados asumen que la situación de su empresa en un año será la misma que hoy, 10% entiende que empeorará y el restante 37% alberga expectativas de mejora. De esta manera, la proporción de respuestas positivas triplica la que surge al consultar sobre las perspectivas económicas en general (11%).
Profundizando sobre lo anterior, el 43% respondió que prevé un mayor volumen de actividad en sus empresas (sólo 6% indica que caerá) y el 41% anticipa que su inversión también se incrementará (sólo 9% señala que retrocederá). Un aspecto que se incorporó a este relevamiento tiene que ver con las estrategias que están asumiendo las empresas frente a los cambios anunciados por el gobierno para el régimen de promoción de inversiones.
De esto se desprende que casi la mitad está esperando más información para evaluar cuáles serán los impactos de las modificaciones, en tanto casi un tercio respondió que no le resultan relevantes (8% dijo estar reformulando proyectos y 12% que los adelantó).
En materia de empleo, casi un quinto de los encuestados prevé incrementar el empleo en su empresa, en tanto un 17% indicó que disminuirá (61% lo mantendrá). Consultados por los motivos que podrían estar restringiendo la contratación, las respuestas más mencionadas tienen que ver con el “salario real elevado” (59%), la “disponibilidad de tecnologías ahorradoras de mano de obra (41%) y el “bajo volumen de negocios” (40%).
Asociado a esto, la mitad de las empresas que forman parte de la muestra introdujo recientemente o planea introducir aplicaciones de inteligencia artificial en su empresa, en tanto el 71% está automatizando procesos y tareas. Sobre esto, cada vez es menor el número de unidades productoras que no han avanzado o piensan avanzar en este frente (19% en esta edición).
En el caso de la fijación de precios, el 45% de los consultados adelantó que no prevé menores ajustes nominales de precios y costos en su presupuesto del año próximo, más allá de la reducción de la inflación y de la mayor credibilidad en el accionar de la política monetaria.
Sobre la evaluación del gobierno
En este último módulo de la encuesta, la información sugiere que “la mayor parte de los ejecutivos expresaron un juicio neutro sobre la gestión del gobierno”, pero hay un 30% que manifestó desaprobación.
Con relación a la evaluación por áreas, destaca por lejos la aprobación con el manejo de la inflación, dado que el 85% entiende que es buena. Le siguen la promoción de la inversión (33%) y el desempleo (32% respondió favorablemente). En cualquier caso, advierte el informe, “predominan las visiones desfavorables en otras áreas de gestión (especialmente en lo relativo a la educación y la seguridad pública)”.
A su vez, el 60% de los encuestados no visualiza mayores cambios en la política económica durante el próximo año y más de la mitad entiende que el gobierno debería priorizar la mejora de la seguridad pública y la calidad de la educación, aunque también aparecen como áreas relevantes a priorizar la apertura de la economía, la mejora del resultado fiscal y la reforma del Estado.
Finalmente, el 52% no se manifestó en torno a la estrategia de ajuste fiscal propuesta en el marco del presupuesto, aunque entre quienes sí contestaron predomina una visión desfavorable sobre este proceso de consolidación para las cuentas públicas. “Entre los encuestados con una visión desfavorable de la estrategia de ajuste de las cuentas públicas impulsada por el gobierno, predominan las críticas por considerarla insuficiente y por no actuar sobre el gasto público”.