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Archivo, octubre de 2025.

Foto: Ernesto Ryan

La evaluación del Fondo Monetario sobre la economía uruguaya

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El directorio ejecutivo del FMI concluyó su revisión anual sobre la marcha de la economía, enfatizando la importancia de promover reformas estructurales orientadas a “revitalizar el crecimiento y estimular la productividad”

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Como dispone el artículo IV del Convenio Constitutivo del organismo, el FMI lleva adelante intercambios bilaterales con sus miembros todos los años, a efectos de relevar información económica y financiera para evaluar las políticas desplegadas en materia económica y analizar las fortalezas y vulnerabilidades del país.

Análisis del contexto

Según el comunicado del Fondo, la economía uruguaya exhibió un “fuerte crecimiento” durante el año pasado (3,1%), asociado, entre otros factores, a la producción agrícola (muy afectada por la sequía de 2023) y al incremento del turismo receptivo, lo que contribuyó además a “mejorar la posición externa” del país.

Esto permitió cerrar la brecha del producto1 casi totalmente y mejorar los niveles de desempleo, en un contexto de inflación baja y de un mayor anclaje de las expectativas en torno a la meta oficial del 4,5%. Esto último le ha permitido al Banco Central comenzar a “relajar la política monetaria” a partir de julio, promoviendo varios recortes de la tasa de interés. Finalmente, en la órbita de las finanzas públicas, el organismo señala que el incremento del déficit durante el año pasado “obligó a activar la cláusula de escape de la regla fiscal”.

Análisis de las perspectivas

Para el equipo técnico del Fondo, el PIB crecerá 2,5% este año, producto del impulso asociado a la demanda interna y también de las exportaciones, que se verán favorecidas por la “recuperación de los salarios reales”, la “reducción de la incertidumbre interna” y de los “sólidos flujos de turismo a comienzos de año”. En el caso de la inflación, el organismo también proyecta una convergencia hacia la meta, en el marco de una política monetaria que continuará flexibilizándose.

En este marco, visualiza que “los riesgos macroeconómicos están balanceados”. Por un lado, la economía uruguaya continúa siendo “sensible a los movimientos de precios de las materias primas, las condiciones financieras mundiales y los acontecimientos regionales”. Pero, por el otro, el país cuenta con “amplias reservas de liquidez” y tiene un perfil de endeudamiento sólido, además de que una “proporción cada vez mayor de emisiones internas de deuda limitan los riesgos fiscales a corto plazo”.

En esa línea, el documento indica que “los riesgos sistémicos permanecen contenidos” y que los escenarios positivos contemplan “fuertes rendimientos agrícolas, precios favorables de las materias primas y oportunidades para acceder a nuevos mercados, entre otros” elementos.

Evaluación del directorio

A la luz de lo anterior, los directores ejecutivos destacan “la resiliencia de la economía uruguaya frente a shocks externos”, que se recuesta sobre “sólidas políticas macroeconómicas”. En particular, celebraron los avances adicionales para modernizar los marcos de política fiscal y monetaria”, dado que reforzarían “aún más la estabilidad económica”.

En el primer caso, el énfasis estuvo puesto en el “compromiso de las autoridades con una política fiscal prudente y el proyecto de presupuesto quinquenal para reducir el déficit y estabilizar la deuda a mediano plazo”, más allá del incremento previsto para este año como consecuencia de la “inercia fiscal”.

Si bien los miembros de la institución que visitaron el país “acogieron favorablemente las propuestas de mejoras para la regla fiscal y el Consejo Fiscal”, dado que están alineadas con recomendaciones previas, “subrayaron la necesidad de llevar a cabo una consolidación fiscal sostenida para situar la relación deuda/PIB en una trayectoria descendente sostenida, incluso considerando la posibilidad de realizar esfuerzos fiscales adicionales”.

En el caso de la política monetaria, la evaluación del organismo indica que la orientación restrictiva fue adecuada y sugiere que las autoridades deberían mantener esa línea hasta lograr que las expectativas de inflación y las presiones inflacionarias converjan “firmemente hacia la meta”. Además, valoraron positivamente la estrategia de comunicación del BCU y los nuevos esfuerzos por avanzar en la desdolarización, aunque enfatizaron la importancia de “fortalecer la independencia de jure del banco central para reforzar aún más su credibilidad”.

Por otra parte, de la evaluación surge también una visión favorable en torno al funcionamiento del sistema financiero, con un sector bancario “que sigue siendo sólido, bien capitalizado y rentable”. Más allá de esto, recomiendan promover un desarrollo mayor del mercado de capitales en pesos y “seguir reforzando la eficacia de las medidas antilavado y de lucha contra el financiamiento del terrorismo conforme a las normas del GAFI”.

En la línea de las recomendaciones, el FMI también advierte sobre la necesidad de impulsar reformas estructurales para “revitalizar el crecimiento y estimular la productividad”, como “mejorar los resultados educativos, reforzar el capital humano y aprovechar la preparación de Uruguay para la inteligencia artificial”, además de apuntalar la competitividad “simplificando las regulaciones de negocios, facilitando el comercio y eliminando los cuellos de botella regulatorios”.

Finalmente, indica el documento, los miembros del equipo técnico “acogieron con beneplácito la propuesta del gobierno para las negociaciones salariales”, orientada a impulsar el incremento de los salarios más bajos y contribuir al proceso de desindexación, y las reformas destinadas a fomentar la participación en la fuerza laboral y facilitar la integración de los migrantes.


  1. Esta brecha se define como la diferencia entre el PIB real observado (publicado por el BCU) y el PIB potencial, que es el que surge de asumir que la economía hace uso pleno de sus factores productivos (y es estimado por el MEF, a partir de los insumos que le aporta el Comité de expertos, creado en el marco de la LUC). 

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