La casa de Alicia fue el lugar elegido por dos proyectos artísticos en los que grupos de estudiantes y sus docentes de comunicación visual trabajaron sobre esculturas. Según explicó Beatriz Miranda, la directora del centro cultural en el que conviven las dos muestras, ambos proyectos llegaron por vías distintas pero se pudo generar un espacio de encuentro.
Si bien se realizó una inauguración pública conjunta, la primera de las muestras se montó el 11 de agosto y vino desde Paysandú. Un grupo de 16 estudiantes de varios liceos sanduceros, coordinado por los profesores Martha Abraham, Hugo Minetti y Junathan Oroná, obtuvo financiamiento de los Fondos Concursables del Ministerio de Educación y Cultura. El proyecto consistió en la generación de una muestra de fotografías en 3D de esculturas alojadas en la sede de la Fundación Pablo Atchugarry en Manantiales, departamento de Maldonado. Según contó Miranda, dicha instancia sirvió también para que varios de los liceales conocieran el mar. Además, el proyecto cuenta con un blog en el que se fueron registrando todas las etapas.
Después de recorrer otros puntos del país, las fotografías 3D ahora están colocadas en una de las salas de la Casa de Alicia, con sus respectivos lentes para acceder a una experiencia sensorial diferente. Los lentes 3D fueron construidos por los propios estudiantes. Gracias a que consiguieron financiamiento del Consejo de Educación Secundaria para los pasajes, los liceales pudieron viajar a Montevideo para montar la exposición.
La otra muestra se colocó el 18 de agosto, y convive en la misma sala con las fotografías tomadas por los estudiantes de Paysandú. Se trata de una muestra de esculturas abstractas en la que participaron 25 estudiantes de quintos años artísticos de los liceos 9 de Colón y 63 del Prado y del Instituto Andrés Pastorino, también de Colón. Desde la coordinación del proyecto, la docente Alejandra Gutiérrez motivó a los adolescentes a la creación, mediante de los procesos creativos del artista Octavio Podestá.
Según detalló Miranda, a Podestá le gusta mucho el contacto con los jóvenes y poder compartir con ellos sus historias y conocimientos. “Los gurises pudieron seguir el trabajo de Podestá a través de la web y entrevistas, ir a visitar el taller y después iniciar su propio proceso de creación de esculturas abstractas, utilizando más o menos el mismo proceso de Octavio, que es tomar materiales de deshecho y en base a eso ver qué inspiración se genera”, señaló. Además, en el caso del Liceo 9, se sumaron al trabajo tres practicantes del Instituto de Profesores Artigas, que cursan el profesorado de comunicación visual y están realizando su práctica con Gutiérrez. Uno de ellos trabajó también con la literatura, tomando como base el libro Las ciudades invisibles, de Ítalo Calvino. En la muestra también pueden verse dibujos y producción de textos.
Miranda contó que el día de la inauguración de las muestras al público se llevó a cabo una actividad a la que definió como “una fiesta”. Además de la participación de Podestá, que intercambió con los estudiantes, también participó un coro, hubo coreografías y hasta un espectáculo de magia a cargo de dos liceales.