Cama elástica o castillo inflable. Ese fue el dilema de los niños que estuvieron en la tarde del 8 de marzo en la Facultad de Ciencias Sociales (FCS) de la Universidad de la República (Udelar). En un servicio universitario en el que muchos se especializan en técnicas de investigación cuantitativas, no faltaron los cálculos sobre cuántos cuidadores había por niño. Al principio, el elevado promedio preocupaba a los organizadores, un grupo de varones nucleados en la Asociación de Docentes de la Udelar (ADUR) de la FCS. Sin embargo, a medida que se acercaba la hora de salida de las escuelas y jardines, el espacio se poblaba cada vez más.
El pedido surgió de un grupo de mujeres de ADUR en la facultad, y rápidamente los varones recogieron el guante. Es más, a los docentes también se sumaron funcionarios y estudiantes de las distintas carreras que ofrece la facultad. De esa forma, en uno de los patios interiores se organizó un espacio de cuidados para niños, en el que participaron únicamente varones, más allá de alguna mujer que se acercó unos minutos a saludar. El espacio funcionó entre las 16.00 y las 20.00, con el objetivo de asegurar que las mujeres que concurren a la FCS pudieran ir a la marcha y participar en las distintas actividades previas.
Santiago Zorrilla, docente del departamento de Trabajo Social, explicó a la diaria que se anotó para participar porque consideró que se trataba de una actividad interesante y novedosa. En su caso, más allá de que tenía ganas de ir a la marcha, conversó con su pareja sobre la iniciativa y ambos estuvieron de acuerdo en que su hija de cuatro años se quedara desde la tarde con el padre. Según explicó, esa también es una forma de apoyar las reivindicaciones en el marco del 8 de marzo.