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Julián Mazzoni (archivo, diciembre de 2022).

Foto: Mara Quintero

Consejero docente cuestiona enfoque “economicista” de foro del BID en el que se presentó transformación educativa uruguaya

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Julián Mazzoni planteó que estos enfoques “reducen” el rol del docente a un “prestador de servicios” y reivindicó la educación liberadora.

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Con motivo del Día Internacional de la Educación, y con apoyo de la empresa JP Morgan, el 24 de enero el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) organizó en Washington el foro “Habilidades para la juventud: invertir en el capital humano de América Latina y el Caribe”, en el que participó el presidente del Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), Robert Silva. Más allá de que votó afirmativamente su concurrencia y de que esta no implicó gastos para la ANEP, Julián Mazzoni, uno de los consejeros docentes en el Codicen, cuestionó el enfoque de la actividad que, según planteó, echa por tierra los argumentos de quienes dicen que los organismos internacionales no tienen nada que ver con la reforma educativa uruguaya.

En diálogo con la diaria, Mazzoni señaló que en el evento quedó clara la idea que los organizadores tienen sobre la educación, lo que queda a partir de los disertantes elegidos, según valoró. Por ejemplo, el presidente del BID, Ilan Goldfajn, planteó que “para hacer crecer nuestras economías tenemos que mejorar la productividad, y eso puede hacerse, en parte, desarrollando las capacidades relevantes para el mercado laboral actual y del futuro”. En suma, sostuvo que el impulso a la productividad es uno de los esfuerzos principales a los que apunta el banco internacional, “y eso empieza en las aulas presenciales y virtuales”.

El jerarca dijo que “los sistemas educativos deben evolucionar para proporcionar a las personas habilidades relevantes y de calidad”, ya que son una importante forma de reducir desigualdades entre los jóvenes de distintos estratos sociales. En su exposición, Glodfajn planteó: “La cuestión de interés y la razón por la que estamos aquí hoy es: cómo podemos transformar la educación para garantizar que los jóvenes formen las habilidades que necesitan en este mundo en rápida transformación”.

Por su parte, el director de Educación y Competencias de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Andreas Schleicher, planteó que las personas “ya no reciben recompensas por los contenidos, sino por lo que pueden hacer con esos conocimientos”. Si bien señaló que es relevante contar con “los conocimientos fundamentales” de lengua o matemática, “si uno no va más allá de los conocimientos básicos ya no puede navegar el mercado laboral”. “Si uno no puede distinguir los hechos de las opiniones, las capacidades básicas ya no ayudan”, ilustró.

En alusión al reclamo de muchas familias de que los niños reciban la misma educación que décadas atrás recibieron los adultos, el funcionario de la OCDE cuestionó que se debe “preparar a las personas para su futuro, no para nuestro pasado”, y añadió que es necesario promover la enseñanza de competencias en el sistema educativo. “Tenemos que empezar por ver cómo educar ciudadanos con confianza, con un espíritu de colaboración; no tenemos que preguntarnos cómo vamos a preparar una larga lista de contenidos y de temas, sino cuál es el entorno de aprendizaje, para ayudar a fortalecer estas capacidades”, sostuvo.

Además, Schleicher planteó la necesidad de generar una mayor “colaboración” entre el mundo privado y el público, y como ejemplo agregó que “el aprendizaje en el trabajo tiene mucho más poder que simplemente aprender en un entorno académico”. También entendió que “la educación sólo funciona cuando es un emprendimiento integral de la sociedad”, lo que se da “cuando un estudiante se convierte en consumidor y el profesor es simplemente un proveedor de servicios, los padres son los clientes y tenemos que asegurar que todos cumplan con su responsabilidad”.

En la inauguración de la formación de mentores e inspectores realizada la semana pasada, Silva señaló que en su reciente visita a Estados Unidos “varios ponderaron los documentos” de la llamada Transformación Curricular Integral. Durante el foro en Washington, el jerarca participó en un panel en el que contó las principales líneas de los cambios que comenzarán a aplicarse este año.

Hacia la liberación

Mazzoni señaló que al escuchar los discursos de quienes participaron en el foro se cae la idea de que el corte “economicista” de la reforma que se lleva adelante en Uruguay es “un relato” inventado. El consejero dijo que queda claro que se sustenta en la teoría del capital humano y que hay un respaldo del BID a los cambios propuestos, más allá de que luego cada país lo instrumente a partir de las características de su realidad nacional.

El integrante del Codicen en representación de los docentes criticó que la noción de educación que predominó en el foro internacional “reduce el rol docente a un prestador de un servicio” que tiene que cumplirse, cuyos clientes serían los estudiantes y las familias. Según analizó, se trata de un “criterio empresarial” que “se aleja totalmente de una concepción pedagógica que tenga como centro al ciudadano, que no es un consumidor o un cliente, sino una persona que tiene que participar en la construcción de la sociedad en la que está”. En particular, reivindicó la noción de educación liberadora, que tiene una “larga tradición” en el continente, según dijo. Al respecto, definió que desde ese enfoque “la educación es un elemento de liberación y de formación para la participación en las transformaciones de una sociedad que necesita avanzar hacia mayor igualdad, libertad, participación”, entre otros aspectos.

Más allá de su incidencia mediante el diseño de políticas, Mazzoni señaló que desde hace años los organismos internacionales de financiamiento tienen participación directa en Uruguay por medio del otorgamiento de préstamos. Si bien los recursos que la ANEP recibe de esas fuentes no alcanzan a ser ni 1% del presupuesto del organismo, según dijo, sí costean directamente algunas dependencias que se encargan de implementar políticas. En concreto, dijo que el Programa de Apoyo a la Educación Media y Formación en Educación (Paemfe) depende del financiamiento del BID y el Programa de Apoyo a la Escuela Pública (Paepu) cuenta con recursos provenientes del Banco Mundial. El consejero entiende que no es correcto que “con tan poquito financiamiento” estos organismos pauten los cambios que debe sufrir la educación uruguaya. Al respecto, señaló que la promoción de la formación por competencias es una “concepción internacional” cuya base es la OCDE.

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