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Luis Eduardo Susaeta, Stella Godoy y Lucía Rodríguez.

Foto: Hugo de León

Después de un largo periplo, vecinos y organizaciones de Flor de Maroñas logran que se retome la obra del nuevo local para la escuela Elena Quinteros

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La demanda se había instalado en 2001 y las obras comenzaron en 2019, pero la empresa se declaró insolvente y recién pudieron ser retomadas la semana pasada.

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Leído por Mathías Buela
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El barrio Flor de Maroñas de Montevideo cuenta con una organización vecinal y de instituciones que se preocupa y ocupa por resolver los problemas de la zona. La Mesa de Coordinación Zonal Flor de Maroñas se creó hace casi dos décadas de la mano del Servicio de Orientación, Consulta y Articulación Territorial, más conocido por su sigla, Socat, que trabajaba en la zona y era administrado por la organización Santa Gema.

El Socat era el que administraba el espacio, pero los vecinos, organizaciones e instituciones educativas que concurren asiduamente a las reuniones son los verdaderos propietarios. Eso quedó demostrado una vez que en el gobierno anterior los Socat fueron retirados del territorio como política del Ministerio de Desarrollo Social. Pese a eso, la mesa siguió funcionando para poner en común problemas, soluciones e ideas para mejorar el barrio.

Uno de los focos de interés de la mesa está en lo educativo. Desde ese espacio se han coordinado esfuerzos para darles una mayor potencia a actividades de las instituciones y organizaciones del barrio, pero también se ha incidido en la oferta educativa para Flor de Maroñas.

Una de las demandas por las que están peleando desde hace tiempo es la construcción de un nuevo local para la Escuela 181, que desde 2008 lleva el nombre de Elena Quinteros, maestra desaparecida durante la última dictadura. El centro educativo se ubica en Domingo Salcedo y Justino Jiménez de Aréchaga, a una cuadra de la Avenida Luis Braille.

En diálogo con la diaria, Luis Susaeta, Stella Godoy y Lucía Rodríguez, tres integrantes de la mesa zonal, recordaron que la demanda surgió en 2001, antes de la creación del espacio de coordinación. La entonces directora de la escuela, Cristina Dos Santos, fue quien comenzó a hacer gestiones con el entonces Consejo de Educación Inicial y Primaria, con el argumento de que tenían un local muy pequeño para el desarrollo de actividades educativas, en una zona con una importante demanda escolar. Los entrevistados señalaron que es “una casa”, a la que, más recientemente, se le agregaron algunos contenedores que ofician como aulas.

Recién en 2006 Primaria tomó el tema con más fuerza, luego de que el entonces consejero Héctor Florit visitara la escuela y constatara lo reducido de sus espacios. Después de algunos intentos infructuosos de comprar el predio lindero, junto con el Centro Comunal Zonal empezaron a buscar alternativas.

El tema llegó a la Mesa de Coordinación Zonal en el siguiente período de gobierno, un poco antes de que en el barrio se concretara la inauguración de la Escuela 382, denominada Maestro Ruben Lena. En ese momento, recordó Susaeta, desde el Consejo Directivo Central de la ANEP les pidieron a los vecinos que buscaran terrenos para la construcción del nuevo local para la Escuela 181, así que comenzaron esa búsqueda en diálogo con la Intendencia de Montevideo (IM).

Esto coincidió con la búsqueda de otros terrenos para la instalación de una escuela técnica de UTU y de un centro CAIF. A nivel barrial, también se estaban otorgando los terrenos para el realojo de una parte del asentamiento Isla de Gaspar y para la construcción de una cooperativa de viviendas, ambos en un amplio predio ubicado en Sebastopol y Cochabamba. Fue entonces cuando Eleonora Bianchi, que se desempeñaba como directora del Departamento de Acondicionamiento Urbano de la IM, les señaló que había un predio lindero al de los complejos de vivienda que podía usarse para la construcción de todos los locales educativos que hacían falta en el barrio.

Desde la mesa zonal vieron con muy buenos ojos la idea, que permitía generar una especie de polo educativo en la zona, con una propuesta para la primera infancia, una escuela y una UTU en el mismo predio.

Dificultades que se extendieron durante seis años

Si bien el nuevo local para la Escuela 181 Elena Quinteros fue la primera demanda constructiva en la zona, distintos problemas que se presentaron con su construcción, que fue aprobada en 2015, hicieron que fuera el único proyecto que hasta ahora no pudo ser concretado.

Foto: Mesa de Coordinación Zonal Flor de Maroñas.

Luego de que los integrantes de la mesa de coordinación zonal tuvieran que acudir a distintas autoridades de la época para destrabarlo, en 2016 se abrió la licitación para la obra, proceso que transcurrió durante 2017, según recordaron. Susaeta rememoró que la obra fue adjudicada a una empresa, pero hubo impugnaciones que hicieron que la licitación quedara desierta.

En 2018 se llamó a una nueva licitación y la ganó la empresa constructora Skocilich, que empezó a trabajar en enero de 2019, después de la licencia de la construcción. Sin embargo, meses después se declaró en quiebra y suspendió las obras que tenía en curso. En la órbita de la ANEP, además de la escuela en Flor de Maroñas, estaba construyendo un liceo en Lezica.

Los integrantes de la mesa explicaron que cuando se realiza una obra, se le hace entrega de las llaves a la empresa que quedó a cargo. El proceso para recuperarlas y continuar estuvo, en este caso, plagado de dificultades. Susaeta recordó que, pandemia mediante, pasaron tres años para que se pudiera recuperar el terreno con la intervención de la Justicia.

En ese momento, los recursos que debían destinarse a la obra eran otros, por lo que hubo que generar un nuevo proyecto, que la ANEP definió hacer por medio de la Corporación Nacional para el Desarrollo. Sin embargo, también enfrentaron dificultades, principalmente porque hubo que acudir a un ingeniero que, a cuatro años del inicio de las obras, viera si se podía continuar sobre lo ya hecho o había que derrumbar para volver a construir. Susaeta señaló que la contratación de este profesional también sufrió demoras y finalmente se determinó que hay que deshacer la planchada que se había construido para el segundo piso de la escuela.

De esa forma, y con la intervención de las facultades de Ingeniería y Arquitectura, se pudo abrir un nuevo llamado que finalmente ganó la empresa constructora Fabra. Después de tanto tiempo de espera, la semana pasada los vecinos observaron con entusiasmo que obreros de la firma se instalaban en el lugar para limpiar y retomar la construcción del local.

Susaeta, Rodríguez y Godoy destacaron que durante todos estos años la mesa, los vecinos y las instituciones educativas del barrio generaron diversas actividades para mantener la demanda de que se retomaran las obras del nuevo local para la escuela, que en muchos casos también incluyó recordar a Elena Quinteros. De hecho, en el lugar se generó un espacio público que los vecinos intentaron convertir en plaza, que simbólicamente lleva el nombre de la maestra desaparecida.

Los integrantes de la mesa plantearon que en distintas reuniones que mantuvieron con autoridades de la ANEP por este tema, que han ido cambiando a lo largo de los distintos períodos de gobierno, eran los propios vecinos los que tenían más claros los pasos seguidos a nivel administrativo y judicial.

En ese sentido, mostraron su satisfacción por la instalación de una empresa constructora en el predio para retomar la construcción, especialmente cuando se están conmemorando los 80 años del nacimiento de Quinteros. Respecto del local donde funciona actualmente la escuela, la organización pretende que se convierta en un centro de estudios para personas adultas, de forma que puedan culminar los ciclos de la educación obligatoria.

Consultada por la diaria, la directora de Educación Inicial y Primaria, Gabriela Salsamendi, mostró su satisfacción por haber podido retomar las obras pese a todas las complejidades que atravesó el proceso, que también implicó que ingresaran intrusos al predio donde estaba detenida la edificación.

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