El Auditorio Nelly Goitiño del Sodre fue escenario el sábado de una nueva edición de los Premios Amanda Rorra, un galardón que el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) otorga desde hace 15 años para reconocer el aporte de las mujeres afrouruguayas al desarrollo del país en distintas áreas. Para eso, cada año, mujeres afro de distintas trayectorias y profesiones son nominadas por diferentes organizaciones y colectivos de la sociedad civil. La premiación se suele celebrar a fines de julio, en el marco del Día Internacional de la Mujer Afrolatina, Afrocaribeña y de la Diáspora.
El evento es también un homenaje permanente a la activista social y política Amanda Rorra, fallecida en 2005, que fue una referente fundamental del movimiento afrouruguayo y la primera mujer que llegó a la presidencia de la Asociación Cultural y Social Uruguay Negro.
Este año fueron premiadas cuatro mujeres y otras tres recibieron menciones. La directora del Inmujeres, Mónica Bottero, saludó a todas las homenajeadas y destacó que es el primer año en el que la premiación se realiza con la colaboración de la División de Promoción de Políticas Públicas para Afrodescendientes del Mides, creada este año. Al mismo tiempo, aseguró que esta edición implica “el mensaje de una continuidad de la política pública”. “Las políticas públicas, cuando se implementan para visibilizar derechos y empoderar a comunidades que fueron olvidadas y que no tuvieron un acceso sustantivo a la igualdad de oportunidades, deben ser mantenidas”, señaló Bottero, y agregó: “Eso es lo que estamos intentando hacer”.
La primera en recibir el premio fue Nelba Inceta, de 73 años, que actualmente se desempeña como jefa del Departamento de Equidad de la Intendencia de Rocha. Antes, fue presidenta de la Federación de Asociaciones de Policías y Pensionistas del Uruguay y edila de la Junta Departamental de Rocha durante cinco años, donde integró la Comisión de Género y Equidad. Desde todos los cargos que ocupó, Inceta “realizó múltiples aportes al colectivo afro”, recordó Inmujeres en la presentación.
La otra premiada fue Olguita Brenda Celestino Pérez, montevideana de 60 años, que integra el Grupo de Trabajo para la Memoria y la Reparación Integral de la Comunidad Afrouruguaya en Tiempos de Terrorismo de Estado. Celestino Pérez nació en el conventillo Medio Mundo, del cual fue desalojada junto con su familia y reubicada primero en la fábrica Martínez Reina y, más tarde, en el barrio Cerro Norte. En este último, creó el Grupo de Apoyo Social comunitario. En esa línea, trabajó para ubicar a las personas que fueron desplazadas forzadamente de Medio Mundo y Ansina y promovió la asociación de vecinos Volver a mi Barrio, con el fin de elaborar un informe temático con recomendaciones para la reparación integral.
El otro galardón fue para Mayra Álvarez, de 37 años, también de Montevideo. Álvarez es abogada, docente de la Universidad de la República y brinda clases de derecho a personas privadas de libertad. “Se ha destacado en el auxilio, el apoyo y la promoción de estudiantes afrodescendientes, en un ámbito usualmente discriminatorio”, aseguró Inmujeres, y recordó que sus aportes se intensificaron durante la pandemia, “con el auxilio para el Hospital Pereira Rossell, refugios, cárceles y ollas populares”.
La cuarta premiada fue Rita Uriarte, una activista de 74 años con larga trayectoria de lucha por los derechos de las personas afro, residente de San José. Además de integrar múltiples colectivos sociales, Uriarte participó en representación de la sociedad civil en la elaboración de la Estrategia Nacional de Igualdad de Género del Inmujeres y en 2018 obtuvo el premio Iris Cabral, que entrega el Movimiento Afro Nacionalista a mujeres afro que se han destacado en distintas áreas sociales, políticas o culturales.
Menciones
Luego de la entrega de premios, se anunciaron las menciones. La primera fue para Raquel Andrada Suárez, una agente policial ejecutivo-comunitaria de 36 años, oriunda de la localidad de Cerro Chato. El Inmujeres destacó que la activista, a través de su función, está comprometida en “contribuir con la sociedad en su conjunto”.
Por su parte, la cantante de Artigas Miriam Britos fue reconocida por “hacer de su voz una herramienta para ayudar y motivar a la gente”. Además de haber sido destacada en eventos culturales dentro y fuera de Uruguay, Britos, de 47 años, fue nombrada presidenta para Artigas de la Fundación Pérez Scremini.
La tercera mención fue para Ciria Gónzalez, de 69 años y residente del departamento de Cerro Largo, reconocida por organizar eventos vinculados a la cultura afrouruguaya. Es referente de la Escuela de Candombe y del Centro Uruguay, el primer espacio exclusivo para la población afro de Cerro Largo. A la vez, fue una de las primeras mujeres en visibilizar el candombe en Melo.
Reconocimientos
Además de los premios y las menciones, el Inmujeres reconoció la trayectoria de otras ocho mujeres afro que fueron y son referentes en distintos ámbitos.
En el área de emprendedurismo, fue distinguida Reina Fernández del Puerto, por ser “un ejemplo de superación personal que ha desarrollado su creatividad a través del diseño y la creación de vestimenta carnavalera, trajes y atuendos para vedettes”, una labor que le permitió “difundir la riqueza cultural del colectivo, fomentando su arraigo en las nuevas generaciones”.
Por su parte, Rita Ribeira, mujer afro y migrante, fue reconocida como referente política: fue, ni más ni menos, la primera mujer en ejercer el derecho al voto en Uruguay y en América Latina, durante un plebiscito celebrado en Cerro Chato, en 1927.
En materia de cultura, la vedete Jenny Zulma Píriz La Paz fue reconocida por ser “la principal difusora de la cultura afrouruguaya en el Departamento de Río Negro” y “seguir siendo la figura referente del candombe” de ese departamento, “hasta el día de hoy”.
En el área de la educación, los aplausos fueron para Silvana Benítez, trabajadora en una escuela de tiempo completo y estudiante de profesorado de portugués en el Instituto de Formación Docente de Melo. Benítez se ha dedicado a “difundir y promover espacios entre mujeres afrodescendientes para alcanzar la vivienda”, resaltó el instituto, y es la actual presidenta de la cooperativa COVI Melo XV, integrada por mujeres afro.
La licenciada en Comunicación Andrea Guerra fue la reconocida, justamente, en el área de la comunicación, en particular por conducir desde hace años el programa Malaika, mirando más allá, que se transmite en redes sociales, en el que se realizan entrevistas a diferentes personas de la comunidad afro para visibilizar sus realidades y luchas.
En materia social, la distinción fue para el programa de viviendas Unidades Familiares Mundo Afro, un proyecto que se realiza desde hace más de 20 años gracias al impulso de las mujeres afro que integran el Programa de Desarrollo de Organizaciones Mundo Afro y el Grupo de Apoyo a la Mujer Afro.
Gladys Esther Guzmán, enfermera en el Hospital de Treinta y Tres, fue reconocida en el ámbito de la salud por su trabajo en policlínicas rurales del departamento, “siendo la única referente de salud en el medio rural”.
Por último, en el área académica, la investigadora y docente Fernanda Olivar fue distinguida por “fomentar la educación antirracista en todos los ámbitos”, habitar espacios de activismo por los derechos de las mujeres afro e integrar diversos proyectos que buscan “sensibilizar en derechos, empoderar y generar conocimiento científico”.