El hashtag #FreeBritney está cada vez más lejos de ser sólo una consigna, una expresión de deseo o un pedido de justicia, para convertirse en realidad. Es que después de varias batallas, el tribunal de Los Ángeles a cargo de la jueza Brenda Penny removió a James Spears como tutor legal de su hija, Britney Spears, y designó un reemplazo temporal hasta el 31 de diciembre. Además, la magistrada le exigió que “entregue todos sus activos y poderes como tutor”. Las medidas tienen efecto inmediato. De esta forma, el padre de la estrella de pop deja de ejercer como supervisor del patrimonio de Britney –valorado en 60 millones de dólares– y, sobre todo, ya no tendrá ningún tipo de control sobre sus decisiones.
La siguiente batalla de la artista, y quizás la última, se peleará dentro de 30 o 45 días, en una nueva audiencia que solicitó el equipo legal de la cantante para ponerle fin por completo a la tutela a la que está sometida desde hace 13 años.
Si bien Britney lleva un tiempo intentando esta remoción, el giro del proceso tuvo lugar el 23 de junio, cuando la artista pidió por primera vez en una audiencia pública el fin de la tutela de su padre, que describió como “abusiva” y como un obstáculo para vivir “una vida plena”. Llegó a decir incluso que su padre “debería estar en la cárcel”, luego de describir una serie de situaciones de vulneración de derechos que vivió durante los últimos 13 años. En esa ocasión, Britney también solicitó la posibilidad de elegir a su propio abogado, un pedido que fue concedido por la jueza Penny. El 14 de julio, Mathew Rosengart fue designado para representar legalmente a la cantante y, tan sólo 12 días después de asumir ese rol, pidió formalmente que James Spears fuera destituido y reemplazado como tutor.
Frente a este pedido y ante una presión mediática internacional que crecía totalmente en su contra, James Spears presentó el 12 de agosto un documento judicial en el que manifestó la intención de renunciar a la tutela legal de su hija.
“Es un buen día para la justicia”, aseguró Rosengart al salir de la audiencia de este miércoles. La cantante no estuvo presente y tanto su padre como su madre, Lynne Spears, comparecieron ante la jueza vía Zoom, junto con su abogado. Quienes sí pusieron el cuerpo y marcaron presencia, una vez más, fueron sus fans, que se concentraron en los alrededores del tribunal y celebraron la decisión judicial entre abrazos y carteles que pedían #FreeBritney, ahora con la esperanza de que por fin se haga realidad.