La organización End Rape On Campus, que trabaja desde hace una década para poner fin a la violencia sexual en los recintos universitarios de Estados Unidos, lanzó la semana pasada un mapa interactivo que permite consultar cuántos casos de violación y agresión sexual hay registrados en las distintas universidades. La iniciativa recopila las estadísticas de situaciones denunciadas entre 2018 y 2020 en más de 750 universidades de Estados Unidos, Puerto Rico, Hawái, Islas Vírgenes y Alaska.
El objetivo no es sólo informar a estudiantes y sus familias sobre el panorama en cada centro educativo, sino también “revolucionar las conversaciones” en torno al tema, “hacer rendir cuentas” a las facultades y, eventualmente, “buscar posibles huecos y oportunidades” para cambiar las políticas de algunas instituciones, según explicó la directora ejecutiva de End Rape On Campus, Kenyora Parham, a la agencia Efe. “Queremos que sea parte del proceso de decisión del alumno, porque no se trata sólo de cuál es el programa mejor calificado, sino también de seguridad y de cómo esos campus gestionan las agresiones sexuales y el acoso”, puntualizó la referente.
Además de hacer accesible el mapa, la página incluye información sobre la normativa nacional que contempla este problema, así como recursos de prevención y apoyo a las y los sobrevivientes de violencia sexual. También propone consejos para ayudar a combatir la violencia sexual en el “día a día” y habilita la posibilidad de que la usuaria o usuario pueda agregar una nueva universidad al mapa.
El sitio también aporta estadísticas basadas en una encuesta que realizó la Asociación Estadounidense de Universidades en 2019. Según ese estudio, alrededor de 26% de las universitarias son víctimas de violación o de abusos sexuales en Estados Unidos, y apenas 20% de ellas acude a la Policía, de acuerdo con datos del Departamento de Justicia.
Algunas de las cifras
La Universidad de Nueva York, a la que asisten aproximadamente 53.000 estudiantes, reporta 38 casos de violación, mientras que Brown –con cerca de 50.000 estudiantes– compila 50 situaciones, Harvard –con 30.000– informa de 74 y la Universidad de Columbia –también con 30.000– reporta 27, sólo por mencionar algunas de las instituciones universitarias más conocidas.
Parham señaló que un poco más de un tercio de las universidades seleccionadas comunicaron “cero incidentes”, lo que a su entender no es algo necesariamente positivo, ya que no quiere decir que “no haya habido agresión sexual”, sino que quizás los mecanismos de denuncia no están lo suficientemente aceitados, son ineficaces o por algún motivo no brindan las garantías suficientes como para que las estudiantes se animen a denunciar.
De hecho, en la página web, la organización advierte que el hecho de que en algunos casos haya un cero en el marcador “no es una indicación de que no ocurrió una agresión” y asegura que “muchos factores pueden desempeñar un papel en las estadísticas bajas, incluidas las universidades que no divulgan sus números –amparadas en una ley que lo permite–, un reporte insuficiente de los casos o investigaciones que aún no han concluido”. Por el contrario, las responsables del proyecto aseguran que las altas cifras de casos pueden traducirse en un “buen trabajo” de la institución, en su tarea de “hacer de los campus un sitio seguro para denunciar”.