Alexandra Ruiz era una mujer trans que tenía 51 años y vivía en Pinamar Norte, en el departamento de Canelones. El sábado, un amigo avisó a la Policía que no lograba comunicarse con ella desde hacía varias horas. Cuando los funcionarios ingresaron a su casa, encontraron a Alexandra asesinada con un disparo en el pecho, de acuerdo a lo que informó la Jefatura canaria ese día.
El caso está siendo investigado por la fiscal Letrada Departamental de Atlántida de 1º turno, Tania Vidal, quien pidió pericias del celular de Ruiz y de la escena del crimen, que serán analizadas en los próximos días, dijeron a la diaria fuentes del caso.
El transfemicidio sucedió el jueves de noche, según pudo reconstruir la Fiscalía a partir de testimonios de vecinos que informaron que sintieron ruidos de disparos. Hay varias líneas de investigación abiertas y se están tomando declaraciones, pero todavía no hay detenidos.
Mientras se investiga el caso, el crimen fue repudiado el fin de semana por decenas de colectivos LGBTI+ de nuestro país, que exigieron justicia para la víctima y su familia, a la vez que pidieron que se ponga fin a la violencia, la discriminación y los discursos de odio contra las disidencias en Uruguay, en América Latina y en el resto del mundo.
Uno de los primeros en pronunciarse fue el Colectivo Trans del Uruguay (CTU), que en un comunicado denunció lo que calificó de “acto de barbarie”, que “no sólo destroza vidas y destroza corazones, sino que evidencia la brutalidad, la impunidad y la violencia sistemática que enfrentamos día a día. No vamos a quedarnos callades ni a aceptar que esta barbarie quede impune”.
En ese sentido, aseguró que el crimen contra Alexandra es “sólo una muestra más del retroceso salvaje en los derechos de las personas trans y disidentes en América Latina, el Caribe, Abya Yala y en el mundo. Los discursos de odio, la intolerancia y la criminalización de nuestras vidas se expanden como una plaga, alimentados por sectores que buscan borrarnos, anular nuestra existencia y justificar la violencia”.
A su vez, CTU hizo un llamado a la sociedad, que “debe despertar y enfrentarse a esta ola de odio que nos quiere silenciar y exterminar”. “La lucha por nuestros derechos, por la dignidad y por la vida no es opcional: ¡es una obligación!”, enfatizó, y agregó: “La violencia no será la última palabra. ¡Nos levantamos con furia y sin miedo! [...] ¡Basta de violencia, basta de odio, basta de que nos sigan matando! La resistencia continúa, y no pararemos hasta que la justicia sea una realidad y la barbarie sea derrotada”.
Por su parte, la Unión Trans coincidió en que el transfemicidio de Alexandra “no es una tragedia individual, ni se trata de un caso excepcional”, sino que es “el resultado de una ola de odio, impunidad y violencia sistemática que afecta día a día a las personas trans y disidentes”. El colectivo denunció que los transfemicidios son “consecuencia directa”, además, de la “negligencia institucional y social”, que ocurre “con la complicidad del morbo mediático, de quienes justifican la violencia y de quienes se quedan callados”.
“No se trata de ‘ampliar derechos’, sino de asumir la responsabilidad de no tolerar más el desprecio, el odio y la ignorancia”, agregó la plataforma, que se sumó al pedido de justicia.
También se pronunció Ovejas Negras, que en una publicación en redes sociales repudió el “espectáculo del morbo, titulares, comentarios y especulaciones que sólo confirman [...] que la impunidad y el odio son aún lo más corriente”. “Cuando denunciamos, repudiamos y actuamos ante la discriminación y el odio fascista que se presenta desde las formas más cotidianas hasta las más estructurales, es porque lo que está en juego son nuestras vidas, nuestra memoria, presente y futuro que queremos construir”, señaló el colectivo.
En tanto, la secretaria de Derechos Humanos, Collette Spinetti –hasta hace poco integrante de CTU–, lamentó el transfemicidio en un mensaje en su cuenta de X: “Hoy atraviesan las entrañas una compañera trans asesinada”.
Una decena de colectivos de distintos departamentos del país habían convocado a una concentración para este lunes a las 18.30, en la Plaza Libertad de Montevideo, pero finalmente se suspendió hasta nuevo aviso, para poder estar “más organizades y más unides que nunca”, informaron los grupos convocantes en la noche del domingo.