Feminismos Ingresá
Feminismos

Manifestantes durante una marcha convocada por el movimiento "Ni una Menos" contra la violencia de género y por el derecho al aborto seguro, gratuito y legal frente al Congreso Nacional Argentino en Buenos Aires, el 3 de junio de 2019.

Foto: Emiliano Lasalvia, AFP

Argentina: a diez años del Ni Una Menos, los feminismos unifican su lucha con jubilados y trabajadores contra el ajuste y la crueldad

9 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago

Para acompañar el reclamo de los jubilados, la movilización en Buenos Aires está prevista para el miércoles en la Plaza de los Dos Congresos; este martes habrá manifestaciones y actividades en otros puntos del país.

Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

Cansadas de contabilizar nuevas muertes de mujeres violadas, quemadas o desaparecidas, las voces feministas de Argentina se unieron el 3 de junio de 2015 para visibilizar que nos estaban matando. El femicidio de la adolescente Chiara Páez, embarazada y asesinada por su novio, definitivamente derramó el vaso y motorizó la primera gran marcha, que reunió a unas 500.000 personas bajo la consigna “Ni una menos”, en respuesta a la creciente ola de femicidios ocurridos en el país.

En ese momento, el fenómeno Ni Una Menos (NUM) produjo un cambio de paradigma en Argentina y en el mundo: la violencia machista dejó de cometer “crímenes pasionales” y comenzó a ser condenada por femicidios. Al mismo tiempo, se comenzó a desnaturalizar la misoginia y se instaló la violencia de género como una problemática pública y política.

A pesar de los avances, los números de la violencia machista se mantuvieron altísimos: desde el 1° de enero al 31 de mayo de este año se registraron 109 víctimas violencia de género, según un nuevo informe del Observatorio de Femicidios en Argentina Adriana Marisel Zambrano, que dirige La Casa del Encuentro. Como cada informe demuestra, el lugar más inseguro para una mujer en situación de violencia continúa siendo su casa o la vivienda compartida con el agresor (67% fueron asesinadas en su hogar).

Este año, el movimiento feminista decidió unificar la lucha y acompañar a las y los jubilados en la marcha que realizan los miércoles en Buenos Aires, que se mantiene desde hace tres meses a pesar de la habitual represión. La gran movilización en la capital argentina se prevé para este miércoles a las 16.00 en la Plaza de los Dos Congresos. Este martes habrá otras movilizaciones y actividades artísticas durante todo el día y en distintos puntos del país.

Qué piensan las referentes del Ni Una Menos

A diez años del primer NUM, la diaria conversó con referentes del colectivo y otras organizaciones en contra de la violencia de género para analizar logros, identificar lo que falta y conocer cuál es la situación de los feminismos en la actualidad en la Argentina que preside Javier Milei.

“Los diez años del NUM son un hecho histórico profundamente significativo no sólo para los feminismos, sino para la sociedad en su conjunto, porque generó un cambio de paradigma cultural inmenso y desnaturalizó la violencia machista”, cuenta a este medio Silvia Fernández, integrante del colectivo Ni Una Menos, periodista de Radio Nacional y la Red PAR. “En las asambleas de los últimos días venimos pensando en cuántas vidas hemos logrado salvar en estos años, y también en cómo nos hemos salvado a nosotras mismas”, reflexiona.

Para Luci Cavallero, investigadora, socióloga y referente del movimiento del NUM, aquel 3 de junio de 2015 abrió “un ciclo de luchas a nivel local y también a nivel global” que, por supuesto, estuvieron “nutridas de otras genealogías militantes, como la de la campaña por el aborto legal, seguro y gratuito, la Ley de Educación Sexual Integral, incluso la lucha de los sindicatos y los movimientos piqueteros, y que fue inédito y fundacional”, y que coincidieron con un “momento de masificación de los feminismos en el que se puso en agenda como problema público la violencia de género”. “También podemos pensar que actuó como un gran proceso de resensibilización de la sociedad y de cambio de umbrales de tolerancia frente a las violencias de aquellos años, todos procesos que hoy intentan ser revertidos por el gobierno de Milei”, detalla.

Desde el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), la socióloga Agustina Rossi hace su aporte: “La gesta del movimiento de mujeres y diversidades no sólo organizó la demanda hacia el Estado, sino que también fue una escuela de formación sobre la violencia y las desigualdades para muchas personas. A su vez, nos acercó herramientas que hicieron posible darle cauce a una impotencia latente que sentíamos frente a la violencia, a la discriminación y a la injusticia. También nos dio impulso para hablar sobre aquellas violencias que vive una de cada dos mujeres argentinas pero que todas callábamos, esa violencia que se deslegitimaba con cada comentario machista en el que se repetía ‘le gustará que le pegue’, y que se escondía vilmente detrás de un titular periodístico de ‘crimen pasional’ o se justificaba cuando el juez preguntaba ‘¿y vos, qué ropa llevabas?’”.

Muchas personas, de repente, escucharon por primera vez hablar sobre “patriarcado” y “femicidio”. “En 2015 se comenzó a cuestionar con mayor masividad las múltiples formas de violencia que afectan la vida de las mujeres. Se volvieron un asunto de interés y preocupación social”, agrega. Por todo esto, Ni Una Menos, enfatiza Rossi, nos permitió visibilizar que “la violencia era un problema social, cultural, político y económico y como tal, que debía ser parte de la agenda pública, del debate sobre qué sociedad queremos y cómo la vamos a construir”.

La reacción de la ultraderecha a los feminismos

“Pareciera una revancha”, retoma Silvia, del movimiento NUM, al analizar el avance de la ultraderecha en el país y en el mundo luego de casi una década de haber conquistado nuevos derechos. “Todo lo que hemos combatido durante los últimos años ahora lo encarna el actual gobierno. Hay una especie de revancha muy grande hacia nosotras porque les ha molestado mucho que nosotras avanzáramos. Cada nueva ola feminista a lo largo de los últimos 100 años generó cambios importantes en el mundo, y no sólo para las mujeres y el colectivo de lesbianas, travestis, trans y no binarias, sino para todos, porque lo que buscamos desde hace más de un siglo es una sociedad más justa y más igualitaria y eso les molesta”.

“Es evidente –analiza Cavallero– que el gobierno actual encuentra en el feminismo un movimiento que pone en crisis el modelo de sociedad que ellos tienen pensado para Argentina, el mismo que viene acompañado de un plan global con mayor extractivismo, individualismo y concentración de la riqueza. Los feminismos ponemos en crisis jerarquías, producimos desplazamientos subjetivos que luego la ultraderecha identifica como antagónicos con su proyecto y entonces reacciona, nos ataca e intenta destruir la institucionalidad feminista”.

La actualidad del movimiento: límites y alcances

Según Fernández, a los feminismos y los transfeminismos les falta reorganizarse con nuevas estrategias para dar respuesta a la ola de violencia promovida por los sectores de poder de ultraderecha. “Una de las estrategias es apuntar a la unidad para enfrentar al gobierno nacional, por eso decidimos acompañar el 4 de junio la lucha de jubilados y jubiladas y hacer un llamado a que el resto de los sectores violentados por este gobierno también se sumen como ocurre con la salud, la educación, la ciencia, las personas discapacitadas, entre otras”. Y remarca: “Más que nunca los feminismos tenemos que sentarnos a debatir, a producir mucha teoría política, organizarnos mejor y pensar en otras estrategias que generen una alternativa al gobierno actual. Nosotras somos lo opuesto a las ultraderechas de la crueldad y la deshumanización actual”.

Por su parte, la especialista de ELA dice que, a pesar del enorme ataque al que hoy se enfrentan las feministas, “hay algo que aprendimos en el Ni Una Menos que resiste”: “la convicción de que la violencia que se sufre no es un problema ‘privado’ ni de unas pocas. La idea de que nosotras ‘nos lo buscamos’ encuentra todavía, a diez años, una feroz resistencia”.

“En términos de movilización y construcción colectiva, el Ni Una Menos nos ayudó a recordar que la lucha es con todas, todos y todes, que es en la calle, pero también en el trabajo, en el Congreso, en la escuela y en la casa, que es donde se producen nuevos saberes y se transforman las estructuras que nos oprimen y violentan”, continúa Rossi, y enseguida remarca: “Es reconocer que nosotras estuvimos, estamos y estaremos siempre trabajando por eliminar toda forma de discriminación y violencia. Es valorar que todas las políticas públicas y los programas que existen para revertir las desigualdades de género y dar una respuesta integral y efectiva a los hechos de violencia fueron siempre el resultado de arduas luchas, fueron conquistas del movimiento feminista, y que de nosotras depende defenderlas”.

“Contra el ajuste y la crueldad”

Cavallero detalla que los principales reclamos de este año están vinculados directamente “a las demandas generales del pueblo”, teniendo en cuenta que “las mujeres de la Argentina actual son quienes están siendo parte de un proceso de ajuste y de precarización que vuelve casi una utopía imaginarse salir de una situación de violencia cuando los alquileres están desregulados y te pueden cobrar cualquier cosa para entrar a una casa. Esta es la realidad más urgente, cuando no se entregan alimentos en las ollas populares porque el gobierno dejó de entregar alimentos, cuando se pone el foco en destruir la salud y la educación”. Asimismo, observa como demanda puntual del feminismo el reclamo por “la imposibilidad de jubilación gracias a las moratorias previsionales que ha pedido el Fondo Monetario Internacional”, y el desmantelamiento de las políticas feministas con perspectiva de género en el Estado.

Ante la consulta sobre cómo observan a la región en materia de derechos y políticas contra la violencia de género, Natalia Gherardi, directora ejecutiva de ELA, dice: “La región lleva también muchos años de un esfuerzo por consolidar políticas para la prevención y atención de las violencias basadas en género basadas en legislación que sigue los lineamientos de la Convención de Belém do Pará y que procura mejorar las condiciones para el acceso a la Justicia. Sin embargo, si miramos los datos de femicidios (que es el indicador más claro de la violencia extrema), vemos que las muertes violentas de mujeres, sobre todo a manos de parejas actuales o pasadas, no disminuyen. ¿Cómo puede ser? Creo que la respuesta hay que buscarla en causas más profundas, como la desigualdad socioeconómica y una cierta naturalización de la violencia hacia las mujeres, pero también en estructuras estatales que no llegan a dar respuesta a las problemáticas sociales que deben abordar. Y esto impacta en la falta de resolución de situaciones de violencia y también otras, como temas de salud o infraestructura”.

En la misma línea, Carolina Villanueva, cofundadora y directora de la organización Grow - Género y Trabajo, dijo a este medio que se produjo “un retroceso del Estado en casi todas las áreas vinculadas a esta agenda con la asunción de Milei”. Y lo detalla: “El Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad pasó a ser una subsecretaría, con una subsiguiente reducción en el personal, y se recortaron programas como Acompañar, que asistía económicamente a víctimas de violencia de género. El ministro de Justicia insiste en mencionar que el femicidio no requiere una figura legal específica, sino que está contemplada dentro del homicidio, mostrando una falta de comprensión de la problemática y de las obligaciones argentinas adquiridas en el derecho internacional”.

Consultada sobre cuáles son los grandes logros de estos diez años, Villanueva destaca “la repercusión que tuvo el movimiento hasta el día de hoy, gracias al cual se generó una mayor visibilización y sensibilización en el conjunto de la sociedad”. También considera un gran avance lo ocurrido en 2015, al establecerse en la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia de la Nación un Registro Nacional de Femicidios (figura legal reconocida por ley en 2012). Con dolor, sin embargo, agrega que, “a pesar de todos estos avances, la tasa de femicidios se mantuvo estable en estos últimos diez años”.

Genealogía de los logros más destacados en esta década, según ELA

  • 2015: la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia de la Nación comenzó el Registro de Femicidios. Fue una de las principales exigencias del primer Ni Una Menos, ya que antes no había un registro oficial en Argentina, sino que eran organizaciones de la sociedad civil las que se esforzaban año a año por visibilizar esa cruda realidad.
  • 2017: se presentó el Primer Plan Nacional de Acción contra las Violencias de Género, cuya elaboración e implementación fue otra de las demandas del Ni Una Menos. Dicho plan articula todas las políticas nacionales para prevenir, atender, proteger y reparar los hechos de violencia de género.
  • 2018: se sancionó la Ley Brisa, que estipula un régimen de reparación económica y cobertura de salud para las niñas, niños y adolescentes cuya madre o persona responsable de su cuidado haya muerto a causa de violencia de género.
  • 2018: se sancionó la Ley Micaela, que establece la capacitación obligatoria en género y violencia de género para todas las personas que trabajan en los tres poderes del Estado, a nivel nacional, provincial y municipal.
  • 2018: se trató por primera vez en el Congreso Nacional el proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Dos años después, el 30 de diciembre de 2020, fue aprobado por el Senado argentino.
  • 2019: se creó el Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad de la Nación. Fue una victoria del movimiento de mujeres la jerarquización de la agenda de género a rango ministerial, ya que se promovía una mayor participación de la agenda en la toma de decisiones, se fortalecen los recursos y, por ende, se logra un mayor alcance de las intervenciones, mayor capacidad de incidencia y de acción.
  • 2020: Argentina adhirió mediante la Ley 27.580 al Convenio 190 de la OIT para la eliminación de la violencia y el acoso en el mundo del trabajo.
  • 2021: se estableció el cupo laboral travesti-trans en la administración pública con la Ley 27.636 de Promoción del Acceso al Empleo Formal para personas Travestis, Transexuales y Transgénero Diana Sacayán - Lohana Berkins.
  • 2022: se publicó la primera encuesta de prevalencia de las violencias en el país.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

¿Te interesa el feminismo?
Suscribite y recibí la newsletter de Feminismos en tu email.
Suscribite
¿Te interesa el feminismo?
Recibí la newsletter de Feminismos en tu email todos los miércoles.
Recibir
Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura