Ingresá

El presidente del INIA, Miguel Sierra (archivo, mayo de 2025).

Foto: Mara Quintero

Uruguay y Brasil refuerzan alianza científica para posicionar al Mercosur en materia de innovación agrícola

3 minutos de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago

Los institutos INIA (Uruguay) y Embrapa (Brasil) lanzaron una unidad mixta para desarrollar ganadería sostenible, bioinsumos y agricultura digital con inteligencia artificial aplicada al análisis de datos de suelo, clima, satélites y pasturas.

Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

El Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) de Uruguay y la estatal brasileña Embrapa (Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria) acordaron la creación de una Unidad Mixta de Investigación e Innovación Internacional, un mecanismo institucional que busca elevar a un nuevo nivel la cooperación bilateral luego de 15 años de trabajo conjunto.

La alianza -anunciada durante la reunión del Programa Cooperativo para el Desarrollo Tecnológico Agroalimentario y Agroindustrial del Cono Sur (Procisur) que se realizó esta semana- apunta a generar soluciones tecnológicas adaptadas al bioma pampa, fortalecer la investigación regional y posicionar al Mercado Común del Sur (Mercosur) como un bloque productor de alimentos sostenibles e innovación agrícola.

El presidente del INIA, Miguel Sierra, explicó, en diálogo con la diaria que la unidad mixta pretende “dar un salto en calidad” respecto a la colaboración previa: “Queremos salir de la lógica de proyectos de dos o tres años y construir una visión de mediano y largo plazo. La meta es identificar problemas y oportunidades relevantes, compartir infraestructuras, fortalecer la movilidad de investigadores y captar de manera coordinada fondos competitivos en la región y el mundo”.

El beneficio principal, según Sierra, será la creación de “soluciones tecnológicas adaptadas a los contextos productivos locales”. Señaló que las instituciones pondrán el foco en la producción sostenible de alimentos saludables, incluyendo el desarrollo de nuevas variedades vegetales adaptadas al cambio climático, vacunas ajustadas a los problemas sanitarios regionales, aplicaciones informáticas basadas en datos locales y sistemas de trazabilidad “del campo a la mesa” diseñados en la propia región.

Todo ello apunta a aumentar la sostenibilidad, agregar valor y garantizar información confiable a consumidores nacionales e internacionales. “Es importante para los productores y para la sociedad en su conjunto. Uruguay es un país exportador de alimentos; necesitamos sistemas confiables y basados en ciencia. Esta alianza nos posiciona internacionalmente”, afirmó.

Asimismo, Sierra consideró que la iniciativa “refuerza al Mercosur” y “marca un norte” para que se sigan construyendo unidades mixtas entre distintos actores y países. “Tenemos la visión de que el Mercosur tiene que ser no sólo un área abastecedora de alimentos, sino también generadora de soluciones tecnológicas adaptadas a nuestras realidades. Debemos agregar valor y retener talento, desarrollar tejidos empresariales y adecuar la normativa para cumplir con los mayores estándares del mundo”.

El presidente del INIA dijo que la unidad mixta “sin duda puede contribuir” a posicionar a la región en materia de producción agropecuaria sustentable e innovación ante el mundo.

Prioridades

La unidad funcionará a través de una comisión técnica integrada por dos referentes de cada institución. Los investigadores Álvaro Roel y Verónica Ciganda representarán a INIA. Este equipo será el encargado de definir la hoja de ruta y priorizar temáticas.

“Expresamos interés en los temas vinculados al bioma pampa. Ahora se inicia el año de los pastizales. Uruguay quedó definido por FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) como líder mundial en la iniciativa global sobre pastizales. Hay una línea de trabajo en Río Grande do Sul y otras zonas de Brasil en este tema”, dijo Sierra.

El también ingeniero agrónomo señaló que ambas instituciones expresaron interés en el tema de bioinsumos debido a que Embrapa tiene una “larga experiencia” científica, tecnológica, empresarial en temas de registro y normativa.

Asimismo, señaló que durante el encuentro se habló sobre inteligencia artificial y digitalización. Ambas instituciones tienen experiencia en control biológico, bioestimulantes y biofertilizantes, y buscan avanzar en procesos científicos, tecnológicos, empresariales y regulatorios para reducir el uso de agroquímicos y desarrollar insumos adaptados a la región.

“Consideramos clave la gestión sostenible del campo natural: desde manuales de buenas prácticas y el monitoreo del estado de los pastizales con tecnologías satelitales e inteligencia artificial, hasta el desarrollo de bioinsumos que reduzcan el uso de agroquímicos. Hablamos de control biológico, bioestimulantes y biofertilizantes, que permitan prácticas más sostenibles y reduzcan la dependencia de productos importados”, resumió.

Digitalización e inteligencia artificial

Por otro lado, Sierra señaló que la IA será clave para procesar grandes volúmenes de datos de suelo, clima, imágenes satelitales y estado de las pasturas.

“Antes era muy difícil integrar toda esa información; ahora podemos generar modelos más potentes para apoyar decisiones. INIA ya presentó avances en ganadería sostenible usando IA, y varios de nuestros equipos colaboran con Embrapa”.

La alianza también permitirá aumentar los puntos de monitoreo en campo, robustecer los modelos predictivos y conformar equipos interdisciplinarios más densos, integrando agrónomos, economistas, sociólogos y científicos de datos.

Desafíos y próximos pasos

La alianza enfrenta desafíos importantes, especialmente la asimetría de escala. “Embrapa es un gigante, está entre los tres institutos de investigación agropecuaria más grandes del mundo”, remarcó Sierra.

Embrapa cuenta con más de 6.800 personas y más de 2.000 investigadores mientras que INIA tiene unas 700 personas y 150 investigadores, agregó.

Esto obliga a diseñar relaciones “de mutuo beneficio”, dijo Sierra, remarcando que las temáticas, ritmos e inversiones deben ser acordes a las posibilidades de INIA.

La comisión técnica deberá presentar un plan de trabajo antes de marzo. La hoja de ruta incluirá: movilidad de investigadores entre ambos países, instalación temporal de científicos en los institutos asociados, definición de prioridades en bioinsumos, genética y digitalización agropecuaria y la búsqueda coordinada de fondos competitivos.

“Recién cuando los equipos de INIA y Embrapa definan prioridades y acuerden la hoja de ruta podremos precisar iniciativas concretas. Pero el norte está claro: profundizar, ordenar y hacer más ambiciosa la cooperación científica”, concluyó Sierra.

¿Tenés algún aporte para hacer?

Valoramos cualquier aporte aclaratorio que quieras realizar sobre el artículo que acabás de leer, podés hacerlo completando este formulario.

¿Te interesa el futuro?
None
Suscribite
¿Te interesa el futuro?
Recibí el newsletter de Futuro en tu email.
Recibir
Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura