La extensión de la concesión de la Terminal Cuenca del Plata generó importantes tensiones, no sólo entre el gobierno y la oposición, sino también dentro de la propia coalición multicolor. Pero además de esto, el polémico contrato firmado por el gobierno con Katoen Natie hizo que se tensaran las relaciones entre Bélgica y Finlandia. “Lo que estamos viendo aquí es una clásica pelea entre dos países europeos por quién se queda con un país de la periferia, en este caso Uruguay”, explicó un experto europeo en geopolítica y relaciones internacionales. “Los finlandeses dieron un paso muy importante al construir la primera planta de UPM, pero cuando se confirmó la construcción de UPM2 parecía que se iban a quedar con todo. Bélgica, mientras tanto, tenía a Katoen Natie en el puerto de Montevideo, pero como un simple concesionario. Pero ahora que le dieron prácticamente el monopolio del puerto avanzó varias posiciones y eso a Finlandia lo puso muy nervioso”, agregó el especialista.
Algunas declaraciones extraoficiales de funcionarios diplomáticos de ambos países parecerían confirmar que la tensión está llegando a un nivel máximo. “En el Río Negro y en el Río Uruguay que ni se metan”, advierten desde el lado finlandés. “El tren y las carreteras son de ellos, pero los puertos son nuestros”, responden los belgas.
La posibilidad de una guerra entre Bélgica y Finlandia preocupa a las autoridades de la Unión Europea, que en estos días presentarán un tratado de partición de Uruguay.