Los casos Marset y Astesiano y el episodio de la filtración a la prensa del Plan Nacional de Inteligencia evidenciaron que el gobierno está teniendo problemas para relacionarse con varias áreas del Ministerio del Interior. Ayer, esta relación tuvo un nuevo traspié: los agentes de inteligencia policial, junto con sus colegas de las Fuerzas Armadas, decidieron proclamar su independencia y fundar una república propia. Según explicó una fuente de la inteligencia estatal, “desde hace mucho tiempo nosotros nos venimos gobernando solos, viviendo en un régimen de autonomía total frente a los gobiernos de turno. Así que un buen día nos dijimos: ¿por qué no fundamos un país propio?”.
El país en cuestión funcionará dentro del territorio de la República Oriental del Uruguay y sus habitantes vivirán allí, aunque tendrá sus propias autoridades. “En realidad esto es simplemente darle un aspecto más serio y formal a algo que ya existía por la vía de los hechos. Pero creo que es importante que tengamos un presidente, un parlamento y un sistema judicial. Ojo, esto no quiere decir que vayamos a romper con Uruguay. No, para nada. Nuestro canciller va a tener una comunicación fluida con el canciller uruguayo para abordar cuestiones relativas a nuestra relación bilateral”.
La reacción oficial: “Yo creo que es una buena noticia porque ahora le vamos a poder echar la culpa de los escándalos a un país extranjero”. Gobernante pragmático.