Justicia Ingresá
Justicia

Centro del Chuy (archivo, febrero de 2016).

Foto: Ricardo Antúnez, adhocFOTOS

Justicia imputó a tres personas en el Chuy por asociación para delinquir y trata de personas

1 minuto de lectura
Contenido exclusivo con tu suscripción de pago

Traían migrantes de Venezuela y Ecuador que vendían bonos para una supuesta organización protectora de animales; lo hacían por el techo y la comida.

Contenido no disponible con tu suscripción actual
Exclusivo para suscripción digital de pago
Actualizá tu suscripción para tener acceso ilimitado a todos los contenidos del sitio
Para acceder a todos los contenidos de manera ilimitada
Exclusivo para suscripción digital de pago
Para acceder a todos los contenidos del sitio
Si ya tenés una cuenta
Te queda 1 artículo gratuito
Este es tu último artículo gratuito
Nuestro periodismo depende de vos
Nuestro periodismo depende de vos
Si ya tenés una cuenta
Registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes
Llegaste al límite de artículos gratuitos
Nuestro periodismo depende de vos
Para seguir leyendo ingresá o suscribite
Si ya tenés una cuenta
o registrate para acceder a 6 artículos gratis por mes

Editar

A partir de una petición del fiscal de Chuy, Andrés Moller, la Justicia imputó este sábado a tres personas por asociación para delinquir y trata de personas con fines de explotación laboral, según informó ayer la Fiscalía General de la Nación. Además, se dispuso como medida cautelar la prisión preventiva por 150 días, mientras continúa la investigación, ya que se estima que podría haber más responsabilidades al tratarse de una “organización piramidal”.

Dos de las personas imputadas son de Ecuador y la otra de Venezuela. La Unidad de Víctimas asiste a 11 personas, también de origen venezolano y ecuatoriano, que estaban hospedadas en un hostel, ubicado a tres cuadras de la avenida principal del Chuy, y que vendían bonos para una supuesta organización protectora de animales, según explicó a la diaria el director de comunicación de la Fiscalía, Javier Benech.

Los contactaban mediante llamados laborales en la web y luego los explotaban a cambio de comida y techo. Una vez llegados al Uruguay, luego de una larga travesía por tierra, los obligaban a vender bonos de colaboración para ayudar a las “mascotas sin hogar”.

Cada uno de ellos recaudaba, en promedio, unos 2.000 pesos por día, según contó Benech. “El fiscal (Moller) piensa que es una organización piramidal y la idea de profundizar la investigación apunta a buscar a más responsables”, agregó.

¿Te interesa la justicia?
Suscribite y recibí el newsletter de Justicia en tu email.
Suscribite
¿Te interesa la justicia?
Recibí el newsletter de Justicia en tu email.
Recibir
Este artículo está guardado para leer después en tu lista de lectura
¿Terminaste de leerlo?
Guardaste este artículo como favorito en tu lista de lectura