Facundo Cuadrado tenía 18 años cuando murió luego de pasar un mes en coma tras recibir un disparo con una chumbera. El joven compartía un campamento junto a otros amigos, cuando uno de ellos, que era el dueño de la casa en la que estaban, le disparó.
El hecho ocurrió el 20 de febrero de 2022 cuando la víctima acampaba con cuatro amigos del liceo en una chacra de la familia del imputado, en la zona del balneario Iporá, a donde habían llegado para celebrar el fin del bachillerato y el principio de una etapa universitaria en Montevideo.
El autor del hecho fue con otro de los presentes hasta la vivienda a buscar cerveza. El imputado le dijo que regresara al campamento que él iría después, tomó una chumbera de amortiguador de nitrógeno y, cuando llegó a la zona del campamento, comenzó a disparar desde atrás de unos arbustos. La víctima recibió un disparo en el tórax que le afectó una arteria del corazón, sufrió un paro cardíaco, fue internado con muerte cerebral y falleció un mes después, a fines de marzo de 2022.
El hecho comenzó a investigarse como un caso de lesiones, luego la carátula pasó a lesiones gravísimas, por la evolución de la víctima, y se determinó el arresto domiciliario del autor como medida cautelar. Tras la muerte, la carátula pasó a ser homicidio.
Un año después del ataque, la Fiscalía de Tacuarembó de 2º turno, a cargo de Mabel Brites, presentó la acusación contra el joven imputado y pidió 12 años de prisión efectiva por el homicidio.
La familia de Facundo se movilizó en varias oportunidades exigiendo justicia. La defensa de esta familia presentó entre las pruebas un diálogo de Whatsapp en el que la madre del imputado les hacía una oferta económica a los testigos. Desde la familia del imputado afirmaron que intentaban llegar a un “acuerdo reparatorio”.