Tras la muerte del joven Facundo Cuadrado, de 18 años, la jueza penal de 5° turno de Tacuarembó, Anabel Saravia, convocó a una audiencia para este martes, en la que se planteará el cambio de carátula y la revisión del arresto domiciliario contra el único imputado por el caso, otro joven de 18 años que le disparó a la víctima con una chumbera.

Karen Pintos, abogada de la víctima, informó a la diaria que en la audiencia pedirá que se imponga prisión efectiva sobre el autor de los disparos, por considerar que existe riesgo de fuga, al estar a 45 kilómetros de la frontera.

Un informe psiquiátrico y psicológico del Instituto Técnico Forense realizado al joven imputado sostiene que no se pudo evaluar su personalidad por el estado en que se encontraba, sufre amnesias lacunares y tiene un estado de angustia con alto riesgo de suicidio, y requiere atención psicológica y psiquiátrica.

Pintos señaló que presentará un informe del Instituto Nacional de Rehabilitación en el que aseguran que están en condiciones de recibir personas que sufren depresión o tienen riesgo de suicidio.

Otra de las evidencias que presentará Pintos es la pericia de un diálogo de WhatsApp en el que la madre del imputado hace una oferta económica a los testigos. Si bien para la defensa de la víctima se trata de un ofrecimiento para que los testigos cambien su declaración, allegados a la familia del imputado sostienen que se buscaba un acuerdo reparatorio por lo sucedido.

Desde la Fiscalía dijeron a la diaria que se pedirá el cambio de carátula a homicidio y cambios en las medidas cautelares, aunque señalaron que aún no tenían una definición sobre la prisión efectiva.

En cuanto al tipo de homicidio, si es culposo o doloso, la fiscal señaló que se trata de una definición que se realizará al momento de la acusación analizando toda la evidencia de la investigación preliminar.

Fuentes judiciales allegadas al caso plantearon a la diaria que no hay contradicciones en cuanto a cómo sucedieron los hechos, por lo que será clave el relato del joven imputado para conocer el móvil del hecho. Si bien los testigos señalan que se trató de una broma que el joven intentó hacer, aún no está claro por qué asumió el riesgo de disparar, sobre todo considerando que no tenía experiencia en el uso del arma.

El hecho ocurrió el 20 de febrero cuando la víctima acampaba con cuatro amigos del liceo en una chacra de la familia del imputado, en la zona del balneario Iporá, a donde habían llegado para celebrar el fin del bachillerato y el principio de una etapa universitaria en Montevideo.

En un momento, el joven imputado y la víctima fueron hasta la casa de la chacra a buscar cerveza. El imputado le dijo que regresara al campamento que él iría después, tomó una chumbera de amortiguador de nitrógeno y cuando llegó a la zona del campamento, comenzó a disparar desde atrás de unos arbustos. La víctima recibió un disparo en el tórax que le afectó una arteria del corazón, fue internado con muerte cerebral y falleció este domingo.

El hecho comenzó a investigarse como un caso de lesiones, luego la carátula pasó a lesiones gravísimas, por la evolución de la víctima, y se determinó el arresto domiciliario como medida cautelar. Si bien la defensa de la víctima pidió desde un inicio la prisión efectiva, la Justicia lo rechazó considerando el estado de fragilidad psíquica del imputado.