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Puerto de Montevideo.

Foto: Ernesto Ryan

Las claves de la investigación que culminó con la condena del narcotraficante Martín Mutio

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El traslado de los contenedores, la autenticidad de los precintos y los antecedentes de la empresa fueron aspectos centrales de la investigación sobre el envío de 4.5 toneladas de cocaína al puerto de Hamburgo en junio de 2019.

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A fines de junio se conoció el fallo de la Suprema Corte de Justicia sobre el caso Martín Mutio, que confirmó su condena por narcotráfico a 15 años de penitenciaría, en la causa que investiga el envío de 4.5 toneladas de cocaína que fueron encontradas en julio de 2019, en el puerto de la ciudad alemana de Hamburgo. 

La droga viajaba en 4.200 paquetes, metidos en 211 bolsos deportivos, distribuidos en un contenedor que era parte de una exportación de 26 toneladas de semillas de soja, que tenía como destino el puerto de Amberes, en Bélgica, para un comprador italiano, la empresa United Cargo con sede en Milán.

La exportación, despachada por la empresa CABZEN SA, de la que Mutio era propietario, se concretó en tres contenedores, dos de ellos fueron cargados en la localidad canaria de Los Cerrillos y el restante, el que fue contaminado, fue cargado en Libertad, en el departamento de San José. La carga llegó al Puerto de Montevideo el 11 de junio de 2019, en el buque ‘Grande Benin’, de la naviera italiana Grimaldi Lines. 

El contenedor contaminado, identificado como GCNU 472814-7, fue encontrado en el Puerto de Hamburgo el 14 de julio de 2019, pero las autoridades alemanas no dieron a conocer el hecho hasta el 2 de agosto de ese año, cuando se desató una investigación con cooperación entre la sede de Interpol que culminó con la detención de Mutio el 30 de agosto. Hasta ahora no ha habido ninguna otra persona identificada como parte de la organización criminal, una de las principales cuentas pendientes de la investigación policial, señalada insistentemente por la defensa del narcotraficante, durante el proceso judicial en Uruguay.

La policía aduanera alemana encontró la droga en un contenedor que tenía los mismos precintos con los que había partido desde Montevideo; uno blanco, colocado por la empresa naviera, y otro verde, colocado por el Ministerio de Ganadería uruguayo. Ese punto desterraba el argumento de la defensa de Mutio de que la droga podría haber sido cargada en altamar, bajo la modalidad conocida como “Rip Off” o “maniobras de gancho ciego”, en las que se rompen los precintos de seguridad originales y se colocan otros clonados. Además, la investigación de la fiscalía logró determinar que el contenedor contaminado viajó entre otros dos, por lo que era imposible tener acceso a su puerta durante el viaje.

El punto central en que se basó la condena a Mutio fueron los movimientos detectados para la carga de los contenedores. En el Documento Único Aduanero de la exportación figuraba que los tres contenedores habían sido cargados en Los Cerrillos, en la planta de ACEFU, donde Mutio iba comprando soja a medida que iba necesitando para la exportación. La investigación determinó que en el momento en que fueron cargados los contenedores, Mutio tenía una cantidad de soja suficiente para cargar los tres contenedores en el lugar, pero decidió cargar un tercero en Libertad.

“El hecho de haber estado detenido un día y medio para su acondicionamiento en el silo de Rolando es el indicio más fuerte de que allí se realizó todo el procedimiento”, señala la sentencia, que da cuenta de que cuando el transportista fue a cargar el contenedor para llevarlo al puerto, Mutio le dijo que no podía cerrarlo con el precinto de la naviera porque debía esperar la fumigación y la inspección del Ministerio de Ganadería, algo que no podría suceder dado que la carga figuraba oficialmente en Los Cerrillos. 

De las cámaras de seguridad del trayecto y el registro en los peajes, surge que Mutio pasó por el peaje rumbo a Libertad a las 10.00 del sábado 8 de junio, para cargar con soja el contenedor y regresó a Montevideo a las 12.56. Luego volvió a Libertad, pasando por el peaje a las 18.07 y luego a las 3.17, de regreso a Montevideo.

La sentencia también descarta la hipótesis de la defensa de que el contenedor pudo haber sido contaminado antes de ser embarcado, mientras permanecía en el depósito de Lobraus SA, con quien trabaja la naviera Grimaldi. La defensa de Mutio se basaba en que la empresa no tenía cámaras exteriores, pero el argumento fue desestimado a partir de varias declaraciones de operadores portuarios, que dieron cuenta de las cámaras y niveles de seguridad que existen en el lugar donde fue dejado el contenedor contaminado.

“Contrariamente, del análisis de la totalidad de la prueba surge que el contenedor quedó en el puerto, en el lugar de Lobraus, al aire libre, y consecuentemente, en un lugar donde existen cámaras de la ANP, seguridad privada, seguridad portuaria, que quedó con el precinto colocado, y expuesto a la vista de todos”, señala el fallo.

Hasta noviembre de 2019, Mutio no figuraba como titular de Cabzen SA, por estar embargado, por lo que utilizaba testaferros que figuraban en los documentos de la empresa, pero la investigación de la fiscalía logró determinar que el referente de todas las operaciones de Cabzen en su vínculo con otras empresas y prestadores de servicio siempre fue Mutio.

En los antecedentes de los movimientos de la empresa, la investigación penal detectó patrones coincidentes con la operativa realizada para la carga de las 4.5 toneladas de cocaína con destino a Amberes, además de los resultados que arrojó la investigación vinculada a lavado de activos.

Entre 2017 y 2019, Cabzen realizó las exportaciones de 24 contenedores, de los cuales 17 fueron abandonados en los puertos de destino. Además, se detectó que uno de los contenedores que fue retirado en Europa, en anteriores maniobras, fue cargado en el silo de Libertad y se detectaron tres contenedores que fueron reexportados por el destinatario en Europa hacia África. Unos días antes de la embarcación de las 4.5 toneladas a Hamburgo, Cabzen realizó otra exportación de cuatro contenedores, uno de ellos cargado en Libertad, modificando el destino. En la cadena de mails entre los operadores que participaron de esa operativa figura uno de la empresa Benso Traders: “Me cobráis la cesión para poder realizar nosotros los transportes con el transportista del cliente final, porque vamos a sacarlos de reexportación porque irán a descargarse a sitios donde quieren privacidad en la descarga y solo entran camiones que sean sus proveedores”.

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