María E. Casullo, Harry Brown Araúz. Siglo XXI; Buenos Aires, 2023. 288 páginas, 990 pesos.
Las múltiples crisis y la guerra presionan sobre un tablero mundial que amenaza con estallar. Las “nuevas” derechas radicales acechan a gobiernos progresistas que con demasiada frecuencia se evidencian impotentes. Cuando la incertidumbre sobre el porvenir es absoluta, es necesario actualizar mapas, detectar procesos, precisar categorías. En esta línea se inscribe el presente volumen que, para María Esperanza Casullo, ahora acompañada de Harry Brown Araúz, colega panameño, es una extensión natural de su obra anterior, ¿Por qué funciona el populismo? (Siglo XXI, 2019) De allí retoman una noción positivizada de populismo, que lejos de considerarlo una anomalía propia del subdesarrollo lo asume como producto inevitable del juego del poder, una posibilidad siempre presente en el abanico de las estrategias políticas democráticas (y no tanto).
La construcción de un adversario externo es central en el discurso populista, tanto como la designación de una fracción interna que cumple el rol de “traidor”. También la presencia de un liderazgo fuerte y la del pueblo que se redime. Y la inevitable violencia política con la que las elites limitan o bloquean estos procesos. Sobre esta matriz se despliega una rica paleta de estudios de casos que –a contrapelo de la imagen de “repúblicas bananeras” y puestos en perspectiva histórica– evidencia que el populismo es inherente a la política centroamericana, como a la de toda América Latina.