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Ilustración: Luciana Peinado

Nadie puede evitar ser hijo del urubú y de la humareda

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Nacido en Bela Vista (Mato Grosso del Sur) en 1959, el ensayista, traductor y profesor brasileño Sérgio Medeiros ganó en 2017 el premio Biblioteca Nacional de su país en la categoría poesía con el libro A idolatria poética ou a febre de imagens (editado por el sello Iluminuras de San Pablo). De ese poemario, publicamos aquí un fragmento, que va de la página 57 a la 61, que aparece por primera vez en español.


Idólatra 12: En la arena blanca al mediodía dos urubúes iguales están lado a lado y uno de ellos de repente le picotea el pico al otro como si le diera un beso y ambos se enfrentan pacíficos mientras la marea va subiendo a los tumbos

Idólatra 11: El humo negro que el trepidante camión escupe en la pista ahuyenta a los autos que se pasan rápido al carril de al lado; el camión sigue impávido e imponente envuelto en su propio humo que brota continuamente

Idólatra 10: La vieja escuna ronca feo y lanza hacia atrás dos cilindros de humo negro que forman sobre el agua algo como un gigantesco hocico de chancho

Idólatra 9: Hambriento el urubú apoya una de las patas sobre el pescado y empieza a picotearlo con brusquedad rodeado de gaviotas atónitas o irritadas; una de ellas empieza a protestar a los gritos contra su actitud

Idólatra 8: Empujado por un vuelo lerdo el urubú se posa en el poste de luz de la playa pero no recoge las alas largas; se eriza todo; se deforma; y se inmoviliza en una pose inelegante frente al mar de la mañana

Idólatra 7: El camión blanco con una carrocería cuadrada blanca como un cubo de hielo pasa por un charco y lanza agua para todos lados soltando cilindros de humo negro

Idólatra 6: La arena de la playa está poblada de botellas de plástico viejas y de tapitas coloridas además de dos o tres pingüinos muertos que algunos urubúes devoran despacio sin demostrar angurria; entre pingüinos muertos un niño pasa corriendo con su perro adelante mientras los urubúes les aletean alrededor; una agitación momentánea

Idólatra 5: La ensenada recibió el sábado de tarde un barco negro que vino para quedarse inmóvil y emitir de vez en cuando humo espeso como una casa en un campo sin árboles en torno; no se ve ningún árbol en toda la extensión del paisaje

Idólatra 4: Un hombre arrastra por la calle largos alambres de acero y los deja unidos en el piso curvos como una herradura gigante al lado de una volqueta abarrotada de escombros

Idólatra 3: La luz de la tarde es la polvareda de los montes que parecen un gran rabo parado pero que avanza despacio o rápido es muy difícil saberlo

Idólatra 2: En una de las tardes del Sur la luna es un pequeño iglú derritiéndose mientras el sol entero se pone rápidamente

Idólatra 1: Entre los morros bajos sube un humo que va ganando el horizonte como el cuello desgoznado con pico curvo de un ave saliendo del nido

Lord Byron II: Cuando el helicóptero de los bomberos surge bajo en la playa con las piernas desnudas de los salvavidas colgando hacia afuera de la puerta abierta estas se balancean y parecen darle un impulso extra al aparato que sube un poco más

Inspiración: Los urubúes se acercan deslizándose en el aire a diferentes alturas y los que necesitan aletear para seguir yendo y viniendo sobre la arena lo hacen con prisa como si sintieran cierto escrúpulo al hacerlo frente a los demás que flotan tranquilos moviendo sólo la cabeza de acá para allá; sin parar de pitar (y no tocar bocina) un único instante el camión que vino a buscar los escombros entra marcha atrás en el jardín con la volqueta balanceadora blanca y negra; el silencioso urubú surge repentinamente de atrás de los árboles del jardín y es ágil a pesar de su vuelo bajo y vacilante de eterno aprendiz; sobre las palmeras agitadas del jardín un urubú baja rápido casi sin vacilar en el viento matinal cual plato volador negro; frente al mar terso el urubú está terso también y hace una curva baja y lenta entre palmeras inmóviles y arrugadas bajo el cielo gris; una ráfaga de viento sur arroja una servilleta blanca doblada desde la terraza que sobrevuela la piscina y se posa abierta en el pasto como una mariposa albina agonizante que sin ímpetu no pudiera ya cerrarse; zigzagueando entre autos que suben la colina la moto de repente se inclina bastante hacia un lado para que el motociclista pueda escupir al costado del asfalto; un urubú surge abierto de atrás de los bambúes verdes inclinados trémulos hacia un lado

Lord Lear II: El lerdo camión de basura pasó más temprano pero dejó en el medio del asfalto una bolsita de plástico lila bien cerrada

Inspiración: Uno más nada más: frente a la playa vacía la escuna está alterada: el rumor del motor es demasiado alto y la velocidad muestra que tiene prisa y que no lleva turistas; de hecho sólo un marinero minúsculo es visible corriendo sobre las viejas maderas

Idólatra 12: En el canalón soleado crece una plantita hirsuta con tres hojas verdes y una flor blanca; es uno de los lugares más inhóspitos de la casa en el verano que se prolonga encendido.

Traducción: Rosario Lázaro Igoa

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