A inicios de 2017 y cuando Ludosóficos promediaba su primer semestre, Vera Navrátil contaba a la diaria sobre el nacimiento del proyecto, que era la confluencia de una serie de encuentros: a la experiencia de Navrátil como docente de teatro en escuelas de Montevideo se sumaba el descubrimiento, en la librería de su madre, Cecilia Picún, en Sabadell, Cataluña, de la propuesta de filosofía visual para niños de Wonder Ponder, un hilo que condujo a su vez a la editorial argentina Iamiqué con su serie Los Filosos. Esa combinación germinó para dar lugar a los talleres que Navrátil ha llevado adelante en estos años, dirigidos a niños, niñas y adolescentes, con la premisa de provocar a un tiempo la reflexión, la expresión y el disfrute. Hoy Navrátil define ese espacio como “exploración en movimiento; un espacio con la calidez de una casa y la potencia de un escenario en acción”: “Proponemos un espacio de cruce entre la filosofía, la literatura y el teatro para niños y adolescentes, por lo que en cada encuentro utilizamos el lenguaje teatral y la mirada filosófica. Ludosóficos late en una frecuencia de exploración en movimiento, y se desarrolla en un espacio con la calidez de una casa y la potencia de un escenario en acción”.
La novedad al cumplir su primer lustro, tras atravesar la incertidumbre de la pandemia y nuevos cruces del Atlántico y hallazgos en El Librerío de la Plata, es la decisión de potenciar el trabajo realizado con la incorporación de un nuevo rubro: Ludosóficos distribuirá en Uruguay, en exclusividad, 15 –por ahora, porque hay algunas más con las que hay conversaciones pero que aún no se concretaron– editoriales españolas independientes que publican libros para niños, niñas y adolescentes, cuyo denominador común es la calidad.
“Cada libro es una obra de arte”, se entusiasma Navrátil, quien cuenta sobre la génesis de esta idea: “Mi propósito es ser puente. Comunicar, enseñar y aprender con las gurisas, los niños y niñas que vienen a los talleres. En este tiempo también me di cuenta de que soy una referente para ellos, y esa responsabilidad me estimula para seguir repensando el proyecto y ofrecer nuevas experiencias. De niña me gustaba la literatura que no era ‘para niños’, me gustaban las historias con personajes complejos, surreales, historias prohibidas, madres malvadas o crueles, la impunidad de los personajes buenos me daba lata. Algo de eso quise hacer con esta distribuidora: seleccionar editoriales que aborden temas complejos desde una mirada poética, historias reales o imaginadas, historias para conectar. También me interesaba seleccionar editoriales que estuvieran alineadas y compartieran con Ludosóficos, en cierta medida, una mirada similar sobre la infancia y adolescencia”.
Para llevar adelante su nuevo proyecto Navrátil tuvo que aprender los pormenores de la importación de libros, tender puentes entre las editoriales de allá y las librerías de acá. “La distribuidora nace del trabajo con niños y adolescentes, nace de la curiosidad, de la intuición y de estar atenta y escuchar a las madres y padres, pero también a las maestras: fui docente de primaria varios años, trabajé en el MEC, y esa experiencia me dio herramientas para crear hoy este emprendimiento”, dice.
Son 15 (+2)
Al visitar la pequeña librería donde se exponen los libros de la primera tanda es evidente que la selección fue cuidadosa y concienzuda: hay mucho trabajo detrás, a varias manos y cabezas entre Navrátil, Picún y los directores de las editoriales. “Ludosóficos Distribuidora nace con el propósito de crear un puente entre España y Uruguay para traer libros potentes y de alto nivel”, afirma Navrátil antes de la debida presentación de los sellos: A Buen Paso, A Fin de Cuentos, Babulinka, Bookolia, Bululú, Ediciones Modernas El Embudo, Entredos, Gato Sueco, Liana, Libre Albedrío, Litera, Los Cuatro Azules, Pastel de Luna y Takatuka. Todos ellos se suman a Wonder Ponder y a la argentina Iamiqué, que han acompañado el trabajo de Ludosóficos desde el inicio. Se trata de editoriales cuyo trabajo ha sido reconocido con el Premi Llibreter de Catalunya, el Premio Hans Christian Andersen, el Bologna Children’s Book Award, la fundación Cuatrogatos, y recomendado por Gretel (Grupo de Investigación de Literatura Infantil y Juvenil de la Universidad Autónoma de Barcelona).
No sólo libros
Los libros se pueden encontrar en Espacio Ludosóficos (previa coordinación por el 098 898 779) o en las librerías de Montevideo y del interior que poco a poco se van sumando. “Pero no solamente serán libros los que transiten este puente. También lo harán autores, ilustradores, editores, todo ello en forma de talleres con libreros, maestros, padres y comunicadores”, anuncia Navrátil. Las primeras actividades que tiene planeadas son: un conversatorio con el escritor uruguayo radicado en Cataluña Germán Machado y la ilustradora Mercè Gali sobre su libro Yo soy el otro; otro con la escritora y editora Arianna Squilloni, directora de la editorial A Buen Paso, sobre el rol del mediador en la lectura; y un taller con Albert Asensio sobre su libro El banco azul, premio Llibreter 2017.
“El motor es el trabajo con los chiquilines en los talleres. Sale de seleccionar libros que son poderosos, que son intensos, que interpelan. Después de todos estos años, y con el apoyo de las familias, me dije: es el momento”, dice Navrátil. Perderse entre los libros y encontrar maravillas, dejarse atravesar y atrapar por historias que emocionan e invitan a sumergirse en su magia particular, forma parte de este viaje.