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Yamandú Orsi y Carolina Cosse, el 9 de octubre en San Carlos.

Foto: Natalia Ayala

La noche que Yamandú Orsi se metió a un pueblo en el bolsillo

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La fórmula presidencial del Frente Amplio tuvo en San Carlos el penúltimo acto de campaña electoral en el departamento de Maldonado; el humanismo y la épica de una ciudad que sabe de lucha y resistencia permearon los discursos.

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El estrado dispuesto sobre la peatonal Sarandí, con la figura de la emblemática iglesia San Carlos Borromeo recortada detrás de la escenografía roja, azul y blanca, presagiaba un discurso diferente en San Carlos, una ciudad que supo ser ejemplo de resistencia desde sus orígenes hasta el final de la dictadura y que, por décadas, fue un bastión del Frente Amplio fuera de la capital y la zona metropolitana.

Al caer la tarde del miércoles 9, ya decenas de puestos de las agrupaciones hacían finanzas en las diagonales de la plaza Artigas, mientras llegaban de a poco las familias munidas de termo, mate, banderas y hasta bicicletas y pelotas para entretener a la chiquillada ajena al acto de campaña, el penúltimo de la fórmula presidencial en Maldonado antes de las elecciones nacionales.

Frente a ese estrado, los focos orientados hacia la plaza iluminaban con nitidez rostros de cientos de hombres y mujeres de todas las edades. Sobre el pasto, los potenciales votantes y los izquierdistas de siempre se mezclaban, codo a codo, con viejos referentes y militantes locales, figuras nacionales y departamentales, y varios de los muchos candidatos que el FA de Maldonado lleva a la diputación. Todos protagonistas, horizontales, desde el llano.

De los ojos brillantes, las sonrisas amplias y los torsos volcados ligeramente hacia adelante -atentos a los movimientos y palabras de la fórmula presidencial vestida de azul, sólo acompañada por una intérprete de lengua de señas- emanaba algo parecido a la alegría y la esperanza. “Aaaah, tas loco…”, dijo el candidato, pisando los aplausos que celebraban la reciente intervención de Carolina Cosse, centrada en los avances generados por los gobiernos del FA en materia energética y un programa que trae “credibilidad, esperanza y soluciones entre todos”. “Aaah, tas loco”, reiteró Orsi, esa expresión típica de la ciudad que trascendió las murallas capitalinas en el carnaval 2017 con la murga La Clave.

Posiblemente, en ese instante el candidato vio que tenía al público comiendo de su mano. Pero no aflojó. Alentado por las risas y los aplausos, siguió hablando del disfrute que le generan la campaña, la alegría y la energía de la gente. “Al FA lo une la esperanza, el orgullo de pertenecer a esta fuerza política y levantar la bandera con los colores del FA. Jamás renegamos de ello, jamás quitamos los colores de nuestra fuerza política de cara a una campaña electoral”, dijo, otra vez sobre aplausos, como si antes de llegar al centro hubiera notado el celeste y blanco de los cientos de carteles de la lista 10, del colorado Pedro Bordaberry, parasitando las columnas de calles y avenidas de la ciudad.

Foto: Natalia Ayala

Golpe al corazón del bastión

“También nos empuja una historia maravillosa”, agregó Orsi como preludio de otro golpe emotivo para la audiencia. “Escuché mucho hablar del Pepe Frade en esta zona del país”, dijo en alusión a una figura legendaria para los frenteamplistas dentro y fuera de San Carlos, uno de los pilares en la fundación de la coalición de izquierdas. Y siguió, otra vez bajo una salva de aplausos.

“Cuando me tocó vivir por acá cerca tuve la suerte de conocer a Ramón Guadalupe, que me llevaba a conversar y me hablaba con aquella paciencia de veterano”, agregó, sobre el maestro carolino y primer diputado de la izquierda por Maldonado, en 1985. Después destacó “la suerte” de que Enrique Pérez Morad le “abriera las puertas con su sonrisa”; hablaba de aquel médico argentino que se radicó en San Carlos, que llegó a ser diputado del FA por Maldonado y secretario general de la Intendencia de Maldonado durante el primer gobierno de Óscar de los Santos, destacado por su integridad y solidaridad.

La épica de la ciudad llevó a Orsi a recordar que, cuando Tabaré Vázquez triunfó en 2004, “algo maravilloso” ya había ocurrido en San Carlos en 1999. La Junta Local, Autónoma y Electiva de San Carlos fue la primera que ganó el FA en el interior del país, cuando todavía estaba lejos la ley de descentralización. La figura del momento era el desgarbado Carlos Toto Núñez, con quien Orsi compartió tiempos de militancia y generó un vínculo tan fuerte que, después de este acto, pidió que lo buscaran y fue a visitarlo.

“Sorpresa en casa, después del acto. Yamandú me había regalado un libro de José Luis Rebelatto allá por 2002, diciéndome que me iba a servir más que a él. Veintipico de años más tarde se lo devuelvo, porque a él le va a servir más que a mí. ¡Gracias, compañero!”, escribió el Toto un rato más tarde, en su cuenta de Facebook, junto a una foto con el presidenciable libro en mano.

Carlos Nuñez Pallas y Yamandú Orsi. Foto: Facebook de Carlos Nuñez Pallas

Estando aún en el escenario, Orsi siguió desgranando su genuino conocimiento de las figuras locales que, de algún modo, considera relevantes para la fuerza política. Entonces contó que en la mesa política y en el Congreso de Intendentes le “tocó disfrutar de la sabiduría y la bonhomía” de Óscar de los Santos. “No me aflojes, Flaco”, le dijo al ubicarlo en la multitud y reconocer los avatares políticos y personales del dos veces intendente de Maldonado por el FA. “Qué suerte que no le aflojes y que estés entre nosotros dándole para adelante”, le gritó al actual candidato a la diputación, mientras un público espontáneo coreaba por el exintendente.

Elogio del interior

Tras los reconocimientos, Orsi enfatizó que “actores y actrices” de esta zona del país son los que “obligan con gusto” a cumplir con un mandato que viene “de atrás, y del interior”, aunque muchos piensen que viene de la zona metropolitana. El FA gobernó en San Carlos durante 20 años, hasta que en 2020 perdió con los blancos. “También en San Carlos se escribe la historia de nuestro FA y tenemos que honrarla con el triunfo de octubre”, destacó el candidato.

Reconoció que la localidad es “una fábrica de hacer cultura” y a modo de ejemplo opinó que “sorprende y seguirá sorprendiendo” con sus carnavales y murgas. En este punto, hizo una especial mención al Turco Martínez, protagonista durante muchos años con la murga carolina A Pico Seco. “Tuve la suerte de militar con él. Andá a saber en qué escenario andás, Turco”, soltó. Un aplauso sentido tomó la plaza.

Para rematar su calidad de conocedor del pueblo, Orsi dijo que cuando se vino a vivir a la zona y formó su familia “con Laurita”, también tuvo “la suerte de haber venido a tomar una a lo de Rubérico”, ese controvertido bar ubicado frente al Teatro de Verano Cayetano Silva que, en sus más de tres décadas de existencia, se convirtió en referencia de la noche carolina.

“Ustedes son un milagro”, dijo al final. Y mostró que todo lo dicho venía a cuento de cuánto el FA conoce a la gente y sus necesidades. “Cada rincón del país es distinto y uno recorre y sorprende la realidad”, admitió para recordar a los jóvenes ganaderos de Artigas que necesitan tierras del Instituto Nacional de Colonización, y anunciar que si llega al gobierno destinará 25.000 hectáreas “para esa gente y para los productores lecheros del sur”.

Después repasó otros sectores productivos del país, como el forestal o el minero, y aseguró que el FA buscará “conciliar” cada pedazo del territorio, ponerlo en valor para generar grandes oportunidades.

Foto: Natalia Ayala

La alegoría del vendedor de cartuchos

Orsi, que no habló de macroeconomía ni de educación ni de seguridad ni mencionó una sola vez a la coalición de gobierno o al Partido Nacional, destinó los últimos cinco minutos de su discurso de 20 para instar a la militancia a captar votantes indecisos sin perder el respeto, sin agraviar y hablando de “los problemas reales del pueblo”.

“Tenemos mucho respeto por los partidos, porque la construcción de este país se ha hecho a partir de la lucha de todos ellos. El agravio le hace daño a la persona que lo recibe, al partido que representa y al sistema todo. Cuando uno agrede a una colectividad, agrede al pueblo que está detrás”, advirtió.

El candidato hablaba de su expectativa de que cada militante tienda puentes de diálogo, cuando un hombre solitario y de ropas humildes se acercó al escenario con dos calas en la mano y exigió ser escuchado. Vociferaba sobre el mal servicio del Hospital de Maldonado; que “los judiaron” con el coronavirus y ahora “los baños tienen olor a mierda”.

“No sería un acto del FA si no tuviéramos estos episodios. No puede haber acto del FA sin la presencia del pueblo”, lanzó Orsi a la audiencia confundida. “Son calas, cartuchos en mi barrio, cómprenselos y son para mí”, comentó, ya con la gente más distendida. El hombre se llevó 500 pesos en el bolsillo y continuó balbuceando en un costado mientras el candidato reconoció que “perdió el hilo” del discurso.

Cuando retomó, arengó a promocionar las bondades de los gobiernos del FA y su programa para “luchar por la pública felicidad”. “Eso implica tener las orejas y el corazón bien abiertos a toda nuestra gente. Esto que nos pasó acá es una muestra de la mano grandísima que necesita mucha gente, que va más allá de comprarle un par de cartuchos”, cerró.

Al cabo de unos instantes de reflexión, la gente continuó la fiesta. “Para remontar los sueños con alma en una canción, descubrir lo que nos une, hablar con el corazón”, reberberó el jingle del FA en los altos de la iglesia, que nadie pinta desde el casorio del malogrado colorado Francisco Sanabria, hace más de diez años.

Foto: Natalia Ayala

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