La asociación civil Nativos Punta Colorada emitió un documento en respuesta a las “apreciaciones e imprecisiones” en los discursos del intendente Enrique Antía y del director general de Obras de la comuna, Darío Camacho, durante la reciente inauguración de la nueva rambla de la playa Brava. La organización también expuso que la “ideología” del jefe departamental “privilegia la explotación y no la protección” de los bienes naturales.
La semana pasada, al cortar la cinta inaugural de un tramo de la rambla entre Punta Colorada y Punta Negra, en jurisdicción del Municipio de Piriápolis, Antía no sólo ofreció algunos detalles de la obra y defendió la gestión ambiental de su gobierno, también acusó a vecinos y catedráticos de ser “una máquina de impedir obras” y sostuvo que “en Piriápolis está el germen de la contra”.
Para Nativos, el “tono violento” del intendente “no contribuye al bienestar del que habla cuando agrede a la población del lugar, a otra institución pública y a la academia en general”. En este punto, la organización sugirió que Antía intentó “amedrentar” a los expertos Daniel Panario y Omar de Feo al denunciarlos por declarar en el marco de un recurso judicial planteado por los vecinos. “¿Cuándo se ha visto en la historia del Uruguay que se denuncie penalmente a científicos por dar opiniones científicas? ¿Será amedrentamiento?”, expresó en el documento, al que accedió la diaria.
La asociación enfatizó, además, que el gobierno departamental incumplió el acuerdo de Escazú y la ley de defensa de la faja costera al excluir su opinión sobre el proyecto y ocultar información con respecto al plan de obras. Entiende que, en este caso, “la coordinación y cooperación público-privada para promover un modelo de desarrollo costero sostenible, democrático y participativo estuvieron totalmente ausentes”.
No se dio a conocer un proyecto ni un plan de obra, no hubo participación de la comunidad local y tampoco se realizaron estudios de impacto ambiental, además de desatender las observaciones previas del Ministerio de Ambiente, señalaron.
Sobre “imprecisiones” y “desinformación”
Para la asociación, Antía incurrió en “un acto de desinformación absoluta” cuando sostuvo que, para preservar y regenerar el cordón dunar, el trazado de la rambla “se corrió” 30 metros. “La zona supralitoral no sólo no recuperó 30 metros ‘naturales’ sino que ha sido mantenida la rambla vieja con su gravillado histórico y se han volcado, al menos, 2.000 metros cúbicos -entre cien y doscientos camiones- de tierra negra encima de las dunas y en canteros de bicisenda”, advirtió Nativos.
En este punto, remarcó que la rambla nueva “refleja todo lo contrario” a las disposiciones de la ley de defensa de la faja costera en cuanto a que “los trazados viales vehiculares cercanos y paralelos a la ribera tenderán a transformarse en paseos costeros marítimos peatonales o vehiculares de baja intensidad” y que se “propenderá a alejar de la costa el flujo intenso de vehículos”.
“De ese modo, se triplicó la zona pavimentada: bicisenda, más rambla vehicular, más rambla vieja como estacionamiento de vehículos”, sostuvieron los vecinos, basados en sus observaciones del lugar. También notaron que, en tres puntos a lo largo de la costa de la playa Brava de Punta Colorada, hubo “agua estancada con afloramiento de cianobacterias, plagada de larvas de mosquitos, así como un sitio arqueológico contaminado por tierra negra que fue vertida en el lugar y erosionada por la lluvia”.
Sobre esa base, pusieron en duda los dichos del director Darío Camacho, quien aseguró que a raíz de las obras “se lograron mejores escorrentías para el agua”. “Como la población no cuenta con la información pública debida, no tiene acceso a planos, cronogramas ni planteos de obra para comprender estas intervenciones, las dudas sobre estas afirmaciones aumentan”, lamentaron.
La asociación tampoco dejó pasar la defensa que realizó Antía sobre las plantaciones de la rastrera “garra de león” (Carpobrotus edulis) para fijar las dunas. “Intentar detener el movimiento natural de la arena con plantas exóticas forma parte de la incomprensión del ecosistema costero de Punta Colorada”, respondió Nativos.
Contra los viejos paradigmas de desarrollo
“Podría interpretarse que en el discurso del intendente se expresa una idea de economía clásica, de progreso y desarrollo sostenido a través de la artificialización del ambiente, que habla de recursos naturales y no de bienes naturales, que privilegia la explotación y no la protección”, señaló Nativos hacia el final del documento.
“Esa ideología está en tensión con una percepción de la zona costera como patrimonio natural, acervo del territorio como herencia de antecesores que muchos habitantes locales perciben y legado para las generaciones futuras”, agregó.
Tras cuestionar “los viejos paradigmas de progreso y desarrollo” y los modelos de gestión “obsoletos, de manera inconsulta, autoritaria y reñida con la normativa”, los vecinos reclamaron al gobierno departamental que instrumente políticas públicas que tengan en cuenta las prioridades de la comunidad.
“Un buen manejo debe ser transparente y participado, integral, coherente y basado en planes de ordenamiento de los cuales hoy carece el balneario. Reafirmamos que reflexionar sobre las ideas que tenemos sobre bienestar, desarrollo y vida no puede ni debe ser considerado ‘poner palos en la rueda’”, concluyó la organización.