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Punta del Este (archivo, enero de 2024).

Foto: Virginia Martínez Díaz

Investigadora del CURE analizó impactos del turismo de segunda residencia en Maldonado y condiciones de empleo de la población caribeña

2 minutos de lectura
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La magíster María José Alonsopérez advirtió sobre la necesidad de adoptar políticas para mitigar la precariedad laboral por falta de cobertura social y salarios bajos en Punta del Este.

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La magíster en Economía del Turismo y docente del Centro Universitario Regional Este (CURE), María José Alonsopérez, expuso sobre el impacto de la segunda residencia en la economía del departamento y las condiciones de empleo de la migración caribeña, al participar en el simposio “Maldonado crece”, realizado esta semana en Punta del Este.

El turismo “genera más del 40% del PIB [producto interno bruto] local”, dijo la experta. Durante 2024 llegaron 647.839 visitantes no residentes, 872.159 visitantes residentes, en una población estimada de 219.951 habitantes.

Según los datos del Censo 2023, hubo más de 50.000 viviendas de uso temporal, es decir, “las segundas residencias ofrecen alrededor de 200.000 plazas en el departamento” y el sector hotelero “cerca de 25.000 plazas”.

En cuando a los migrantes, se refirió a una investigación del CURE que identificó dos grupos. Por un lado, quienes cuentan con disponibilidad de capital y que “lograron un impulso pospandemia”; por otro, quienes tienen “escasa o nula” disponibilidad de capital, que llegan al departamento en busca de un trabajo remunerado y enfrentan dificultades para el acceso a una vivienda digna.

El mencionado estudio determinó que los migrantes caribeños tienen una “rápida inserción laboral en sectores de gastronomía, limpieza, reparto y construcción”, aunque hay un grado “frecuente de informalidad y condiciones precarias”. A su vez, están “sobrecalificados”: se trata de profesionales capacitados que trabajan en empleos de baja calificación, y destacan como factor clave la obtención de la cédula de identidad para poder acceder a la formalización.

Impacto del turismo de segunda residencia

Alonsopérez indicó que el turismo de las segundas residencias -viviendas de propiedad privada diferentes a la vivienda principal, utilizadas con fines de ocio y recreación- “transforma la base social y económica de los destinos, como sucede en Punta del Este”.

Además, produce impactos positivos como la generación de empleo, las oportunidades de inversión, los niveles de gasto, aunque, por otra parte, se dan impactos negativos, como las dificultades en el acceso a viviendas debido al incremento de los precios.

La investigadora analizó los gastos entre los turistas de hoteles y de segundas residencias, con base en una encuesta del Ministerio de Turismo (Mintur). Los datos obtenidos arrojaron que los de hoteles suelen gastar en restaurantes y compras, mientras que los propietarios invierten más en alimentación, principalmente en supermercados, y en actividades culturales.

Precariedad laboral

De acuerdo con la Encuesta Continua de Hogares, se estimó que en Maldonado los empleos generados en actividades características del turismo convencional (hoteles, restaurantes, agencia de viajes) “pertenecen en su mayoría a la categoría asalariado-privado” y tienen acceso a seguridad social. En cambio, en los vinculados a las segundas residencias (construcción y mantenimiento de edificios y jardines), aparecen las microempresas, que tienen dificultades en la cobertura social. Esto demuestra que “hay un problema de precariedad en el empleo asociado a este tipo de turismo”, que se acentúa en el caso de las mujeres, quienes “perciben un menor salario por su labor, pese a tener mayor capacitación”, señaló.

Por otra parte, tras un estudio realizado en las torres de altura en Punta del Este mediante entrevistas a los administradores, se detectó que los puestos de trabajo vinculados a encargados de edificios, porteros, recepcionistas, mucamas, encargados y operarios de mantenimiento, personal de limpieza, jardineros, entre otros, se “duplican e incluso triplican durante la temporada alta de verano”.

En Maldonado este tipo de turismo tiene un “impacto positivo en los ingresos gubernamentales”. A partir de datos de la Intendencia de Maldonado (IDM), durante 2024 “existían casi 200 torres con más de seis pisos y tributaron casi 43.000.000 [millones de dólares]”, indicó. Con todo, Alonsopérez consideró necesario definir políticas específicas para el turismo de segunda residencia “para aumentar el número de visitas de propietarios”. También políticas de empleo para “mejorar la seguridad social, diferencias salariales por género y los niveles de capacitación, y de vivienda, “dado que muchos terminan viviendo en un asentamiento”.

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