Las autoridades suecas decidieron crear una comisión de investigación que analizará los detalles por los que miles de niños llegaron a ser adoptados por ciudadanos del país durante al menos cuatro décadas.
La acción del gobierno fue motivada luego de que el periódico local Dagens Nyheter publicara un informe titulado “Niños a toda costa”, en el que se detallaba cómo el gobierno dictatorial chileno que lideró Augusto Pinochet usó la entrega de niños a la nación nórdica.
Se trata de adopciones ilegales internacionales de niños que, según notificaban los jerarcas chilenos, estaban en condiciones de vulnerabilidad, abandonados por sus padres, pero en realidad habían sido separados de sus progenitores mediante todo tipo de engaños, informó France 24. De esta manera, disfrazaban el robo de menores como una causa humanitaria para otorgarles un futuro más próspero a cambio de apertura diplomática y buena imagen en el exterior.
Tras conocerse el informe, el gobierno sueco anunció que creará una comisión de investigación que abarcará al menos 60.000 casos de adopciones concretadas desde 1950, y que tienen a Chile y China como los protagonistas con mayor cantidad de posibles irregularidades.
Lena Hallengren, ministra sueca de Asuntos Sociales, remarcó que el estudio tendrá dos años de duración y buscará alinearse con la indagación judicial que está en curso en Chile para “no hacer dos investigaciones paralelas”, aunque admitió que la acción que se está realizando sobre el caso en el país trasandino viene teniendo muchas demoras.
En 2018 la Justicia chilena abrió averiguaciones a cargo del juez Mario Carroza para analizar adopciones irregulares al exterior –incluidas naciones como Suecia– durante la dictadura de Pinochet. En ese lapso, de 1973 a 1990, aproximadamente 2.000 niños chilenos fueron acogidos por familias suecas dentro de la campaña para suavizar tensiones entre ambos países.
El apogeo de las adopciones en Suecia se dio luego de una visita de Mónica Madariaga, prima de Pinochet y dos veces ministra durante la dictadura, a Estocolmo a mediados de los años 70, según manifestaron informes de los investigadores chilenos. También tuvieron un rol trascendental en estas operaciones el Centro de Adopción Sueco y civiles de extrema derecha suecos afines al dictador chileno.
La base de esta investigación histórica fueron los hallazgos que Karen Alfaro –doctora en Historia de la Universidad Austral– y José Luis Morales –docente de Historia en la Universidad Autónoma de Barcelona– obtuvieron luego de revisar documentación diplomática en la embajada chilena establecida en territorio sueco y documentos del Archivo General Histórico del Ministerio de Relaciones Exteriores y del Ministerio de Justicia, entre otros.
“Las adopciones se convirtieron en parte de un juego político para levantar el aislamiento internacional de Chile”, afirmaron las investigadoras en su trabajo.