En la sede del Tribunal Superior Electoral (TSE), en Brasilia, se realizó este lunes la ceremonia en la que el presidente electo, Luiz Inácio Lula da Silva, y el vicepresidente electo, Geraldo Alckmin, recibieron los diplomas que los acreditan formalmente en sus cargos, poniendo fin así al proceso electoral.
De acuerdo con lo que informaron medios brasileños, en el evento estuvieron presentes alrededor de 400 personas, entre ellos parlamentarios, ministros de tribunales superiores y representantes de gobiernos extranjeros. A la ceremonia también asistieron los expresidentes José Sarney y Dilma Rousseff. En el exterior del edificio en el que se encuentra la sede del TSE se dispuso un fuertísimo operativo de seguridad, con la finalidad de evitar cualquier tipo de inconvenientes en medio del clima aún caliente que hay en el país luego de las elecciones celebradas en octubre, en las que el líder del Partido de los Trabajadores se impuso sobre el todavía presidente, Jair Bolsonaro.
Tal como informó el portal Brasil de Fato, la ceremonia formal empezó con la interpretación del Himno Nacional ejecutada por la banda de los Dragones de la Independencia, del Batallón de la Guardia Presidencial. Luego, el presidente del TSE, el ministro Alexandre de Moraes, les entregó los diplomas a Lula y Alckmin. Tras recibir el documento de Moraes, el presidente electo pronunció un discurso.
En el comienzo de su alocución, Lula agradeció el apoyo recibido de sus aliados y simpatizantes. “Este diploma que recibí no es un diploma del presidente Lula. Es un diploma de una parte importante del pueblo que ha recuperado el derecho a vivir en democracia en ese país”, dijo. El futuro mandatario, de 77 años, se conmovió mucho al recordar el prejuicio que tuvo que padecer cuando asumió por primera vez la presidencia en 2003 por no tener un título universitario. Luego, visiblemente emocionado, recordó el período en el que estuvo preso en una dependencia policial de la ciudad de Curitiba. Con lágrimas en los ojos y la voz entrecortada, Lula expresó: “Quiero pedirles disculpas a todos por la emoción, pero quien pasó por lo que yo pasé y está en este lugar ahora me da la certeza de que Dios existe y que es más grande que cualquier persona”. “Sé cuánto le costó al pueblo brasileño esta espera para recuperar la democracia en el país”, agregó.
En la ceremonia también habló Alexandre de Moraes, quien dio un duro discurso en el que remarcó, citando los actos golpistas protagonizados en las últimas semanas por seguidores de Bolsonaro tanto en redes sociales como en las calles y en las puertas de algunos cuarteles, que los grupos que atenten contra la democracia serán “plenamente responsabilizados”.
“Este diploma da fe de la victoria plena e incontestable de la democracia y el estado de derecho contra los ataques antidemocráticos, contra la desinformación y los discursos de odio proferidos por diversos grupos organizados que, ya identificados, les garantizo, serán plenamente responsables para que esto no vuelva a pasar en las próximas elecciones”, dijo el magistrado.
“Brasil cierra un nuevo ciclo democrático y completa 34 años de estabilidad en el Estado Democrático de Derecho desde la promulgación de la Constitución de 1988. La estabilidad democrática y el respeto al estado de derecho no significan la ausencia de turbulencias y enfrentamientos o, incluso como se ha verificado en las elecciones, no significa la ausencia de ilícitos y criminales ataques antidemocráticos al sistema electoral y a la democracia misma”, agregó Moraes.
Sin mencionar el nombre de Bolsonaro, el presidente del órgano electoral defendió el sistema electoral brasileño de las acusaciones nunca comprobadas de fraude hechas por el todavía mandatario de la República y parte de sus seguidores, y recordó que nunca ha habido pruebas fehacientes de irregularidades graves desde la implementación de las votaciones en las urnas electrónicas, en 1996.
“Los ataques a la democracia y al proceso electoral no se limitaron a los dos grandes pilares del estado de derecho: la libertad de prensa y el sistema electoral. Las limitaciones institucionales al Poder Judicial y sus miembros, en especial al Supremo Tribunal Federal y al Tribunal Supremo Electoral”, sentenció Moraes.