Las autoridades canadienses están considerado la posibilidad de emplear poderes de emergencia no aplicados desde 1970 ante los problemas que tienen las autoridades para controlar las protestas que el movimiento antivacunas y grupos radicales de derecha mantienen desde hace semanas en varios puntos del país.
Según informó Efe, el ministro de Preparación de Emergencias, Bill Blair, ayer reconoció la incapacidad de las autoridades para controlar la situación y dijo que el gobierno del primer ministro Justin Trudeau está considerando invocar poderes de emergencia, lo que podría habilitar a sacar a las Fuerzas Armadas a la calle.
Esta medida no se toma desde 1970, cuando una organización radical quebequesa secuestró al viceprimer ministro de Quebec y a un diplomático británico.
Las declaraciones de Blair se produjeron después de que en la mañana de ayer, la Policía arrestara en la localidad canadiense de Windsor a una docena de personas que bloqueaban desde hacía una semana el acceso al puente internacional Ambassador, el principal cruce fronterizo entre Canadá y Estados Unidos.
Pero pocas horas después del desalojo de la protesta, el puente seguía cerrado al tráfico y decenas de policías se mantenían en la zona para evitar que manifestantes volvieran a bloquear el acceso al puente.
La Policía de Windsor dijo en Twitter que seguirá actuando en la zona de la protesta y que no tolerará la más mínima “actividad ilegal”, lo que no evitó que varias decenas de manifestantes permanecieran en las cercanías del puente Ambassador, aunque sin bloquear las calles.
La protesta en este paso fronterizo se inició hace una semana, cuando varias decenas de camioneros bloquearon su acceso en solidaridad con los manifestantes antivacunas que desde hace 16 días ocupan el centro de Ottawa, la capital canadiense, en protesta contra las medidas restrictivas impuestas por el gobierno.
Ante la pasividad de la Policía, los manifestantes en Windsor impidieron durante días el tráfico de mercancías y particulares, lo que generó graves daños a la economía de los dos países. Al menos seis plantas automotrices, tanto canadienses como estadounidenses, tuvieron que reducir o parar totalmente su producción por la falta de componentes.
Pero al mismo tiempo que la Policía despejó el bloqueo del puente Ambassador, en la provincia de Alberta, en el oeste de Canadá, se mantiene la protesta que dificulta la circulación desde hace más de dos semanas en el cruce fronterizo de Coutts, pegado al estado estadounidense de Montana.
La protesta de Coutts, protagonizada por camioneros y agricultores, obligó a la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá a anunciar el sábado que el cruce estará cerrado hasta nuevo aviso.
Por otra parte, en la provincia de Manitoba, en el centro de Canadá, también se mantiene la protesta de camioneros y agricultores en el cruce fronterizo de Emerson, pegado a la localidad de Pembina, en Dakota del Norte.
Paralelamente, en Ontario, otros grupos de manifestantes dificultaron por segundo día consecutivo el tráfico en el paso de Cornwall, una localidad situada al sur de Ottawa.
En la capital canadiense, la ocupación del centro de la ciudad por parte de camioneros y el movimiento antivacunas entró en su tercera semana, sin que las autoridades puedan ser capaces de asumir el control de la situación, lo que ha provocado la reacción de los habitantes de la ciudad.
Desde el 29 de enero, unos 400 camiones y centenares de personas bloquean los accesos al Parlamento de Canadá, a pesar de los reiterados pedidos de la Policía de Ottawa para que depongan la protesta.