Los países que integran la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) recibieron ayer con un aplauso el regreso de Brasil, con Luiz Inácio Lula da Silva como presidente, después de que el gobierno de Jair Bolsonaro retirara a su país de ese ámbito en 2020. “Sin duda, una Celac sin Brasil es una Celac mucho más vacía, con lo cual su presencia hoy nos termina de completar”, dijo el presidente argentino, Alberto Fernández, en el comienzo de la VII cumbre de la Celac, en Buenos Aires.
A su vez, durante su discurso, Lula afirmó que su país fue uno de los promotores de la Celac y la integración. “La excepción lamentable fueron los años recientes, cuando mi antecesor tomó la inexplicable decisión de retirar a Brasil de la Celac”, agregó.
El presidente de Brasil consideró que el “espíritu de diálogo, solidaridad y cooperación” con el que surgió la Celac, es necesario hoy, cuando “el mundo vive múltiples crisis: pandemia, cambio climático, desastres naturales, tensiones geopolíticas, presiones sobre la seguridad alimentaria y energética, y amenazas a la democracia representativa como forma de organización política y social”. Ese ámbito, señaló, puede brindar una “clara contribución” a la “construcción de un orden mundial pacífico” mediante la promoción del “diálogo y el refuerzo del multilateralismo”. Abogó por construir nexos con otras regiones, y mencionó en particular a la Unión Europea, China, India y “muy especialmente” a la Unión Africana. Llamó a trabajar por la integración regional frente a una “realidad inaceptable” de “desigualdades, pobreza y hambre”.
Lula agradeció el apoyo que recibió de los líderes latinoamericanos el 8 de enero, cuando una multitud de bolsonaristas atacó las sedes de los tres poderes del Estado. También Alberto Fernández se refirió a la necesidad de “defender la democracia y las instituciones” y afirmó: “La ultraderecha se ha puesto de pie y está amenazando a cada uno de los pueblos. No debemos permitir que esa derecha recalcitrante y fascista ponga en riesgo a nuestros pueblos”.
Por otra parte, Fernández hizo un balance del año que pasó en la presidencia pro tempore de la Celac y destacó que llevó “la voz de América Latina a todos los rincones del mundo” para poner sobre la mesa de foros internacionales los asuntos regionales. “Tengo la tranquilidad de haberle dicho al norte que, mientras en el norte vuelan misiles, en el sur se profundiza el hambre”, dijo, según recogió la agencia Télam.
Destacó también su reclamo del fin de los bloqueos económicos a países latinoamericanos y afirmó que esos “son métodos muy perversos” que afectan “no a los gobiernos sino a los pueblos”. “Cuba lleva un bloqueo de seis décadas y es imperdonable, Venezuela lleva otro tanto. Tenemos que hacer que la integración sea una realidad, tenemos que hacer que la integración sean acciones que nos permitan avanzar y progresar”, dijo Fernández.
Cuando fue su turno de hablar ante la cumbre, también el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, se refirió al bloqueo económico que enfrenta su país. “El gobierno de los Estados Unidos insiste en destruir el modelo de desarrollo que soberanamente hemos decidido construir los cubanos, mediante una política cruel, ilegítima, ilegal e inmoral de asfixia económica”, dijo.
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También criticó la decisión de Estados Unidos de incluir a Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo. Dijo que esa iniciativa “infundada” y “unilateral” afecta “severamente” al desarrollo económico de su país, según citó la agencia Efe. “Agradezco una vez más a esta Comunidad y a sus Estados miembros por su contundente reclamo para que se retire a Cuba de dicha lista y se levante el bloqueo”, dijo Díaz-Canel.
Por otra parte, el presidente cubano cuestionó a la Organización de los Estados Americanos (OEA), y dijo que “apoyó y apoya intervenciones militares, golpes de Estado y la injerencia en América Latina y el Caribe contra gobiernos populares y legítimos”, y lo hace “al servicio de Estados Unidos”.
Al igual que otros gobernantes, Díaz-Canel llamó a avanzar hacia la integración. “Nos une y convoca la indispensable integración latinoamericana y caribeña, en este mecanismo diverso e inclusivo; sustentado en una profunda vocación de independencia”, manifestó.
También el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, habló de una integración “sin hegemonías” y en la que se “respete la independencia” de los países. “Nosotros buscamos la unidad, la integración. No sólo en América Latina y el Caribe, sino en todo el continente. Vamos preparando las condiciones para toda la unidad”, afirmó desde México, y excusó por no haber asistido al encuentro en Buenos Aires.
A su vez, el presidente de Paraguay, Mario Abdo, abogó por “un futuro latinoamericano unido” y manifestó sus “esperanzas de que este foro se convierta en un espacio de encuentro”, y se refirió en particular a la necesidad de “cooperación internacional para dar respuesta efectiva contra la criminalidad organizada”.
La presidenta hondureña, Xiomara Castro, fue otra de las oradoras ayer y reivindicó a la Celac como espacio de integración. “Asisto a este foro con gran esperanza en un momento crítico para nuestra región: frente al fracaso de la OEA, hoy la Celac es más necesaria que nunca”, dijo.
Castro pidió unidad para proteger a la región de un ataque del “neofascismo” y manifestó: “La derecha no descansa. Cínicamente hablan de desarrollo y planifican golpes de Estado, a través de su maquinaria mediática, el boicot económico y la persecución política, el lawfare, mantienen una agresión permanente sobre nuestros pueblos”.
“Personas que salen a marchar terminan baleadas”
A su vez, el presidente de Chile, Gabriel Boric, se refirió a la situación en Perú durante su discurso. “No podemos ser indiferentes cuando hoy en día en nuestra hermana nación de Perú personas que salen a marchar y a reclamar lo que consideran justo terminan baleadas por quien debería defenderlas”, manifestó Boric ante la cumbre. Dijo que existe una “imperiosa necesidad de un cambio de rumbo en Perú”. “El saldo que ha dejado el camino de la represión y la violencia es inaceptable”, agregó, según citaron la agencia Efe y El Mostrador.
También se refirió a Nicaragua y dijo que “el deber que le asiste” a ese país es el “de avanzar hacia la libertad de los presos políticos, opositores que aún se encuentran detenidos en condiciones indignas”.
En cuanto a Venezuela, pidió el regreso del país a los foros internacionales y agregó: “La política de la exclusión no ofrece resultados auténticos ni durables. Así lo demuestra la historia de nuestra América Latina y el Caribe con el ignominioso bloqueo de Estados Unidos a Cuba y más recientemente a Venezuela”. Boric pidió que se celebren en Venezuela elecciones “libres, justas y transparentes” en 2024, y manifestó la voluntad de su país de “colaborar en el diálogo entre los distintos sectores” para “encontrar una salida”.
“Fuera de la democracia no hay libertad ni dignidad posible [...] La dictadura [en Chile] nos enseñó de forma brusca, a sangre y fuego, los efectos de relativizar la democracia y los derechos humanos”, agregó, y pidió que las violaciones a los derechos humanos se condenen “independientemente del signo político de quien gobierne”.
Por su parte, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, un defensor del expresidente peruano Pedro Castillo, se preguntó: “¿Por qué tiene que haber golpes parlamentarios y violentos, por qué presidentes elegidos popularmente hoy están presos cuando deberían estar en esta mesa?”.
“¿Por qué no fortalecemos el Sistema Interamericano de Derechos Humanos? ¿De esa carta de derechos liberales que hay que mantener, la ampliamos hacia los derechos ambientales, de la mujer y colectivos de última generación? ¿Y por qué no fortalecemos su poder judicial?”, dijo, según difundió la presidencia colombiana.
“Aquí tiene que haber un pacto democrático”, agregó. “Si llegamos al poder desde las izquierdas no es para encarcelar derechas. En América Latina no tiene que haber un solo preso político”. Abogó por un “pacto democrático en donde las derechas y las izquierdas no crean que cuando llegan al poder es para eliminar a su contrincante físicamente, y lo dice el presidente colombiano, que ha visto en su tierra morir miles de militantes de la izquierda colombiana asesinados”.
Por otra parte, le propuso a López Obrador que haga en su país una conferencia sobre la migración que convoque a América Latina y el Caribe. “La respuesta [a la migración] no son las ametralladoras y los muros y los campos de concentración”, dijo, y agregó que la falta de agua y alimentos es parte del problema.
Abogó también por promover la paz desde América Latina. “Desde aquí deberíamos, antes de dejarnos presionar por alinderamientos militares, exigir la paz. El mundo necesita la paz. Mientras se matan ucranianos y rusos, la crisis climática y el hambre van por el mundo como ese fantasma que va matando muchísimas más personas que la misma guerra”, sostuvo.
Advirtió que “hay una gran distancia entre la retórica de la integración latinoamericana y la realidad. Hablamos mucho, pero hacemos poco. Y yo creo que esta historia tiene que cambiar. De la retórica tenemos que pasar a la realidad”.
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