Es probable que los australianos mayoritariamente voten en contra de la proposición de reconocer a los aborígenes e isleños del Estrecho de Torres en la Constitución y rechacen en la consulta popular que finalizará el sábado la creación de un órgano consultivo del gobierno que se llamaría “La Voz”, que representaría a estos pueblos.
El 56% de la población está en contra de la reforma, contra un 38% que se manifestó a favor, mientras que 6% está indeciso, de acuerdo a una encuesta de YouGov. La encuesta reveló también que los votantes jóvenes están más a favor de “La Voz” que los mayores en la consulta popular, que comenzó el 2 de octubre y en la que ya votaron cuatro millones de australianos.
La propuesta sólo puede aprobarse si gana por voto mayoritario y tiene mayoría en al menos cuatro de los seis estados del país. Sólo ocho referéndums fueron aprobados en Australia desde 1901, cuando se convirtió en un país independiente.
“La Voz” ofrecería al gobierno consejos con respecto a asuntos de la salud, la educación y el alojamiento de los pueblos indígenas. Según el gobierno, sería una oportunidad para las primeras naciones de ser oídas sobre cuestiones que les conciernen.
Sin embargo, desde el Partido Liberal, el más grande de la oposición al gobierno del laborista Anthony Albanese, argumentan que el cambio constitucional podría causar división y plantear problemas legales. Por su parte, la senadora aborigen Lidia Thorpe, exintegrante del partido ecologista y actualmente independiente, cree que “La Voz” empeoraría la discriminación sufrida por los indígenas.
Según consignó la BBC, Thorpe dijo: “'La Voz' trata de asimilarnos a la Constitución colonial para convertirnos en pequeños australianos indígenas agradables y ordenados que seguirán siendo oprimidos por el colonizador”.
El primer ministro Albanese declaró el lunes que no admitirá la derrota antes del sábado. Le explicó a la Corporación de Radiodifusión Australiana: “Esperaremos y veremos cuando emitan su voto. No me estoy adelantando al pueblo australiano”. Agregó que la campaña por el No ha sido infiltrada por “arrogancia” y está basada en el miedo.
Miembros de la campaña por el No han estado utilizando el lema “Si no sabés, votá no” para aumentar la oposición a la propuesta.