Tras un largo debate, el Parlamento británico aprobó este martes una controvertida ley contra la inmigración ilegal, que restringe drásticamente el derecho al asilo en el país.
El texto es una iniciativa fuertemente impulsada por el primer ministro conservador Rishi Sunak, que cuando asumió su cargo, en octubre del año pasado, fijó como una de las prioridades de su administración la lucha contra la inmigración irregular y prometió “detener” las llegadas de migrantes por el canal de la Mancha.
El martes, dos entidades integrantes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) emitieron una declaración inusualmente crítica, afirmando que el proyecto de ley infringe las obligaciones del Reino Unido en virtud del derecho internacional.
En una declaración conjunta, el jefe de derechos humanos de la ONU, el austríaco Volker Turk, y el jefe de la agencia para los refugiados de la ONU, el italiano Filippo Grandi, dijeron que el proyecto de ley aprobado por los legisladores del Reino Unido “tendrá profundas consecuencias para las personas que necesitan protección internacional”.
“Esta nueva legislación erosiona significativamente el marco legal que ha protegido a tantos, exponiendo a los refugiados a graves riesgos en violación del derecho internacional”, afirmó Grandi.
De acuerdo a lo que informó la BBC, el proyecto de ley aprobado impone al gobierno la obligación legal de detener y expulsar a quienes lleguen de manera ilegal al territorio del Reino Unido, ya sea a Ruanda o a otro tercer país “seguro”. A fines de junio el plan del gobierno de Sunak de enviar a los migrantes hacia Ruanda fue declarado ilegal por el Tribunal de Apelaciones, aunque la sentencia fue impugnada y se está a la espera de una resolución definitiva.
Durante semanas, el gobierno estuvo enfrascado en una ardua discusión sobre la forma final del proyecto de ley con los Lores, donde un grupo de legisladores de todos los partidos hicieron varias enmiendas.
Según el proyecto de ley, el deber de expulsar a cualquier persona que ingrese ilegalmente al Reino Unido se aplica a las víctimas de la trata de personas y la esclavitud moderna, a los niños acompañados y también a los niños que lleguen sin ningún acompañamiento ni bien cumplan 18 años.
La nueva normativa, que para quedar aprobada definitivamente tendrá que tener la aprobación del rey Carlos III –un paso meramente formal– también eliminará los límites legales existentes sobre cuánto tiempo se puede retener a quienes ingresan ilegalmente al Reino Unido antes de ser deportados.
Los parlamentarios y sus pares intentaron reinsertar el límite de tres días sobre el tiempo que se puede detener a los niños, así como el máximo de 24 horas para los niños no acompañados por un adulto. Pero estos planes quedaron en la nada después de que fueran nuevamente rechazados en la Cámara de los Comunes, donde los conservadores tienen mayoría.
El gobierno ya había hecho concesiones sobre la detención de niños no acompañados, a quienes se les otorgará libertad bajo fianza migratoria después de ocho días, y sobre las mujeres embarazadas, para quienes se mantendrá el límite actual de 72 horas de detención.
Durante el debate en la Cámara de los Lores, el secretario del Ministerio del Interior, Simon Murray, dijo que la cantidad de llegadas de pequeñas embarcaciones había “superado” el sistema de asilo del Reino Unido y que el alojamiento de estas personas les cuesta a los contribuyentes 6 millones de libras esterlinas por día.
“Con más de 45.000 personas cruzando el canal de la Mancha peligrosamente el año pasado, esto simplemente ya no es sostenible”, dijo Murray, quien agregó que “lo correcto” es que se rompiera el “modelo comercial” que beneficia a los traficantes de personas.
La ministra del Interior del gabinete en las sombras del Partido Laborista, Yvette Cooper, fue sumamente crítica con la nueva ley a la que calificó como “una estafa que sólo empeorará el caos de asilo de los conservadores”.
“La acumulación de asilo es un récord, la cantidad de personas en los hoteles sigue aumentando, el plan de Ruanda se está desmoronando y los cruces de barcos en junio fueron más que el año pasado”, agregó Coooper.
Otro hecho que generó mucho rechazo fue que el gobierno de Sunak dispuso que los solicitantes de asilo deberán esperar su destino en una barcaza, llamada Bibby Stockholm que este martes llegó al puerto de Portland, en el condado de Dorset, en medio de una masiva manifestación de repudio.
Medios británicos informaron que se espera que los primeros solicitantes de asilo aborden el Bibby Stockholm a fines de este mes.