El 8 de diciembre, un barco registrado en Liberia, fletado por la naviera Maersk, perdió seis contenedores mientras estaba a unos 80 kilómetros de la costa del norte de Portugal. Entre los contenedores perdidos se encontraba uno que contenía 1.000 bolsas de 25 kilogramos de pellets, bolitas de plástico de pocos milímetros que se utilizan para fabricar bolsas, envases y otros productos. Durante las últimas semanas, millones de pellets llegaron a regiones en el noroeste de España, entre ellas, las playas de Galicia.
El derrame provocó un conflicto político, ya que el gobierno regional conservador de Galicia, del Partido Popular, acusó al Ejecutivo español, del Partido Socialista Obrero Español, de estar al tanto del incidente por dos semanas antes de informar a la Xunta el 3 de enero.
Sin embargo, según informó el diario Público, miembros del gobierno, entre ellos, el ministro de Transportes, Óscar Puente, afirman que sí se le comunicó al gobierno gallego, liderado por Alfonso Rueda, de la situación antes de esa fecha, el 20 de diciembre. También la Delegación del Gobierno afirma que llamó ese día al servicio gallego de Guardacostas.
A su vez, la oposición acusa a Rueda –que se postula a la reelección en las elecciones regionales del 18 de febrero– de no haber actuado a tiempo, ya que los primeros restos de pellets llegaron a Galicia hace un mes, el 13 de diciembre, según registros de denuncias que hicieron ciudadanos anónimos. De acuerdo con Público, recién el 5 de enero la Xunta activó un plan de emergencia y lo hizo en condiciones que no habilitaba la actuación del Ministerio para la Transición Ecológica.
El miércoles, el comisario de Medioambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevicious, expresó su preocupación en X ante esta situación en la que los pellets que llegan a las costas de España “amenazan el medioambiente marino y actividades económicas como la pesca”. Agregó que “las normas de la UE [Unión Europea] sobre pérdidas de pellets y la acción internacional son claves para luchar contra la contaminación plástica en el futuro”.
Varias organizaciones ecologistas creen que millones de estos pellets podrían haber sido liberados del contenedor perdido. Además de representar un peligro para el ambiente, estas piezas pueden representar un riesgo para la salud humana, ya que se descomponen y son comidas por los peces que luego capturan los pescadores para consumo humano. Cristóbal López, un vocero para el grupo español Ecologistas en Acción, explicó a Associated Press: “Estas bolitas se convierten en un problema medioambiental porque los peces las confunden con huevos y se las comen, el pez se envenena con estas bolitas y esto pasa a la cadena trófica y estos peces se convierten en pescado... y acaban en la mesa de nuestras casas”.
En un correo enviado a Associated Press, la naviera Maersk afirmó que los contenedores fueron perdidos durante un viaje desde el puerto español de Algeciras a Rotterdam y que el Toconao, el buque que estaba transportando los contenedores, es alquilado y no forma parte de la flota de la empresa danesa. Explicó en un comunicado que ese buque no llevaba ningún producto “peligroso” y que “los dueños del barco han designado varios especialistas para apoyar en la remoción de los pellets”.
Según informó Reuters, algunos legisladores de la UE están presionando para fortalecer las leyes sobre la contaminación por microplásticos como resultado del incidente. En octubre, la UE empezó a desarrollar una nueva ley para evitar derrames de pellets, de los cuales 176.000 toneladas métricas se liberan accidentalmente cada año, según la Agencia Europea de Sustancias Químicas.
Joao Albuquerque, el principal negociador del Parlamento de la UE sobre la nueva ley, dijo el jueves que propone que los requisitos para que las empresas eviten derrames incluyan también al sector marítimo, especialmente después del incidente en Galicia. La propuesta también ampliará la ley para cubrir no sólo los pellets, sino también las hojuelas y polvos de plástico. En una reunión del comité del Parlamento de la UE, Albuquerque dijo: “Esto se ha vuelto extremadamente urgente. Estos dramas casi siempre son evitables”.
Según explicó RTVE, muchos españoles se han organizado para limpiar playas, armados con escobas, coladores, recogedores, espátulas de cocina y otras herramientas. En muchos casos, las autoridades no les han proporcionado a estos voluntarios un protocolo o instrucciones a seguir y muchos grupos de voluntarios se convocaron por grupos de Whatsapp o Telegram. En algunos casos, residentes de las zonas afectadas han ofrecido sus casas a los voluntarios que viajaron desde regiones más lejanas para colaborar.