La ciudad de Kazán, situada en el centro de Rusia, 700 kilómetros al este de Moscú, será a partir de este martes la sede de una nueva cumbre de los BRICS, la primera en formato ampliado, ya que, además de los países fundadores del bloque, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, participarán los cuatro que se integraron de manera plena posteriormente: Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos y Etiopía.
Desde el Kremlin confirmaron que estarán presentes en la cumbre 23 jefes de Estado, entre ellos el chino Xi Jinping, el indio Narendra Modi y el turco Recep Tayyip Erdogan.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, no estará presente porque el sábado sufrió un accidente doméstico y sus médicos le aconsejaron no realizar el largo viaje a Kazán. De hecho, según informó la revista brasileña Carta Capital, el mandatario deberá hacerse una serie de exámenes durante esta semana para evaluar el sangrado craneano que tuvo tras caerse en su casa y sufrir un golpe en la nuca.
Pero, más allá de la notoria ausencia de Lula, estarán en Kazán numerosos jefes de Estado de países que aspiran a formar parte del bloque económico, originalmente surgido como un polo alternativo de poder a Estados Unidos y las potencias europeas. Entre ellos se encuentran Turquía, Azerbaiyán, Cuba, Venezuela, Malasia y Kazajistán.
Aparte de la economía y la definición de los criterios para que otras naciones puedan ser parte bajo una categoría especial, los dirigentes reunidos en Kazán abordarán asuntos regionales e internacionales. En una conferencia de prensa que ofreció la semana pasada, el presidente ruso, Vladimir Putin, adelantó que en el encuentro también se hablará sobre el conflicto en curso en Ucrania y la guerra en Medio Oriente.
Pero, por sobre todas las cosas, para el Kremlin este evento significará una gran oportunidad de mostrar al mundo que no está aislado a pesar de las sanciones que les impusieron Estados Unidos y las principales potencias europeas por la invasión a Ucrania de febrero de 2022.
Según el Kremlin, la cumbre de Kazán es, “de hecho, el principal acontecimiento de la agenda mundial estos días”.
“Rusia no está aislada. En el mundo contemporáneo es muy difícil aislar a un país, sobre todo, cuando se trata de uno como la Federación de Rusia”, afirmó hace pocos días el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, de acuerdo a lo que informó Efe.
A la vez, el presidente Putin la semana pasada destacó el papel que juegan los BRICS en la economía mundial, ya que su producto interno bruto en conjunto supera los 60 billones de dólares, “mientras su participación en la economía mundial supera la del llamado G7 y continúa aumentando”.
Las autoridades rusas tratan de aprovechar su presidencia en el grupo para contraponerse a los que denominan “clubes exclusivos” de Occidente, a los que acusan de imponer su visión del mundo al resto de los países.
Los funcionarios rusos destacan que los países BRICS representan a casi la mitad de la población mundial. Además, según estimaciones del gobierno ruso, en 2028 el volumen conjunto de la agrupación en la economía mundial alcanzará el 38%, teniendo en cuenta los nuevos participantes.
Paralelamente, el Kremlin informó este lunes que el día final de la cumbre, el jueves, Putin se reunirá con el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, el portugués António Guterres, quien también participará en la cumbre.
El portavoz diplomático del gobierno ruso, Yuri Ushakov, informó, de acuerdo a lo que consignó AFP, que Putin mantendrá “siete reuniones bilaterales”, incluida la de Guterres, tras finalizar la reunión de las potencias emergentes.
La del jueves será la primera reunión entre Putin y Guterres desde abril de 2022, dos meses después de la invasión rusa a Ucrania.