La serie documental Argentina 78, estrenada a fines de noviembre en la plataforma Disney, fue motivo de un duro cruce entre la actual vicepresidenta, Victoria Villarruel, y su predecesora en el cargo, Cristina Fernández de Kirchner.
El domingo por la noche, la líder peronista recomendó la serie con un mensaje que publicó en su cuenta de X.
“Este fin de semana vi el documental Argentina ‘78. En cuatro imperdibles capítulos de corta duración se relata, en texto y contexto, el mundial de fútbol que se desarrolló en nuestro país en 1978. Si te gusta el fútbol, no te lo podés perder. Si te gusta la historia, tampoco. Y si te gustan el fútbol y la historia, ni hablar. Felicitaciones a los realizadores”, expresó Fernández.
Un día después, en la misma red social, Villarruel, una reconocida negacionista de los crímenes de la dictadura, le respondió a la expresidenta tomando como punto de partida la participación en la serie documental del exlíder de Montoneros, Mario Firmenich.
“Para Firmenich el pasado es siempre el presente. Estamos hablando de terrorismo y este terrorista está libre y pontificando después de asesinar inocentes. Y para más caradurez una ex presidente que debiera estar presa se pone a recomendar esta serie de mierda de lo que pasó en los 70. (Entiéndase por mierda la indignación total por ver delincuentes que debieran estar presos, gozando de la libertad). Cristina ¿por qué no te vas a ver esta serie de cuarta pero presa en Ezeiza?”, haciendo referencia al centro de reclusión ubicado en dicha localidad bonaerense.
Argentina 78: serie en serio
El trabajo documental está basado en el libro 78: historia oral del Mundial, del periodista Matías Bauso, publicado en 2018.
“El Mundial sirvió para que el mundo se entere de las violaciones a los derechos humanos en la Argentina”, expresa Bauso en su libro, en el que también llega a una conclusión por demás interesante: “A los militares les jugó en contra: el mundo los empezó a mirar totalmente distinto a partir del 78, al contrario de lo que se piensa”.
La serie, en sólo cuatro capítulos de menos de una hora, sintetiza de manera brillante la previa, el desarrollo y las consecuencias del torneo, que fue mucho más que un evento deportivo.
Seguramente el mérito más grande de la serie dirigida por Lucas Bucci y Tomás Sposato es la elección de los entrevistados, la edición de sus testimonios, que junto al valioso y abundante material de archivo logran un relato dinámico y completo que aborda múltiples costados del Mundial.
Sobre la organización del evento, el documental describe la puja interna en las Fuerzas Armadas y cómo la Armada, liderada por Emilio Massera, logró quedarse con la dirección del Ente Autárquico Mundial 78.
Esta entidad, que nunca rindió cuentas, gastó 700 millones de dólares en la organización del Mundial, diez veces más de lo presupuestado inicialmente, diferencia que sugiere niveles de corrupción y robo elevadísimos.
Otro elemento valioso son los testimonios del director técnico del equipo campeón, el recientemente fallecido César Luis Menotti, de su goleador, Mario Alberto Kempes, y del capitán, Daniel Passarella, un hombre que suele ser reacio a las cámaras.
Sobre sus palabras y apoyándose en análisis y hechos, la serie no cuestiona la legitimidad del triunfo deportivo, lo cual también le aporta singularidad.
La aparición de Firmenich a la que hizo alusión Villarruel es también singular, además de sumamente esclarecedora. Retrata con claridad la personalidad megalómana de un personaje siniestro que seguía jugando a la guerra, mandando al matadero a sus compañeros, cuando la triste historia de la organización que comandaba ya estaba escrita.
Algo parecido sucede al escuchar a Miguel Bonasso, que habla de las estrategias adoptadas por Montoneros, en el momento en que miles de las mujeres y hombres que integraban esta organización habían sido asesinados o, en el mejor de los casos, estaban detenidos en condiciones escalofriantes.
Una de estas personas es la periodista Miriam Lewin, que sobrevivió a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) y aparece en la serie relatando el funcionamiento de La Pecera, la redacción periodística con mano de obra esclava que los militares tenían trabajando en el predio de la Marina, convertido en el mayor centro de tortura de la dictadura.
Un aporte por demás valioso es también el de los periodistas neerlandeses que, con la excusa de cubrir el Mundial, fueron los primeros en recoger y mostrar al mundo las palabras de las Madres de Plaza de Mayo. Y no menos valioso es el testimonio de James Neilson, entonces editor del periódico Buenos Aires Herald, el único medio de prensa argentino, aunque publicado en inglés, que denunciaba dentro del país las desapariciones de personas y daba cuenta de las movilizaciones de las Madres.
Un tema imposible de obviar cuando se habla del Mundial 78 es el polémico 6-0 de Argentina a Perú. En este caso, los directores obtuvieron entrevistas con tres jugadores del equipo peruano y con un periodista de esa nacionalidad. Lejos de esclarecer las cosas, sus palabras mantienen en la nebulosa lo que pasó con los jugadores visitantes esa noche en la cancha de Rosario Central.