Los nueve miembros del Consejo Presidencial de Transición de Haití juraron este jueves su cargo con el objetivo de encaminar al país a la realización del proceso electoral tendiente a la normalización del país caribeño, que desde hace casi tres años está viviendo una enorme ola de violencia que está afectando particularmente a la capital, Puerto Príncipe.
La ceremonia de instalación oficial del Consejo se llevó a cabo en el despacho del primer ministro, conocido como Primature, en Villa d’Accueil, ubicada en Bourdon, en las colinas que dominan la capital haitiana, de acuerdo a lo que informó France 24.
Estaba previsto que la ceremonia se llevara a cabo en el Palacio Nacional, pero por cuestiones de seguridad se decidió modificar el lugar del acto, porque el miércoles hubo varios ataques armados por parte de las organizaciones criminales que operan en la capital.
La situación es tal que incluso la toma de mando se adelantó varias horas antes de lo planificado, también por razones de seguridad. El consejo de transición acordó que Michel Patrick Boisvert, antes ministro de Finanzas, sea el primer ministro interino hasta que sea electo en las urnas un nuevo gobernante. El acuerdo político para formar el Consejo, que tendrá un período de 22 meses, se logró a principios de este mes.
Los líderes políticos haitianos, ahora investidos para restaurar el orden del país, tendrán hasta el 7 de febrero de 2026 para lograr un consenso nacional y celebrar elecciones. Sin embargo, está estipulado que ninguno de ellos podrá participar en dichos comicios.
Antes de la investidura del Consejo Presidencial de Transición, el ahora exprimer ministro Ariel Henry envió su carta de renuncia desde la ciudad estadounidense de Los Ángeles. Henry había anunciado su decisión de dejar el cargo el 11 de marzo, debido a la enorme presión que estaba recibiendo de parte de los líderes de las organizaciones criminales que tienen la capital prácticamente bajo su dominio.
La presión, ordenada por el máximo líder de las organizaciones delictivas que operan en la capital haitiana, el expolicía Jimmy Barbecue Cherizier, se tradujo en una ola de ataques a entidades públicas, que forzaron la renuncia de Henry, quien en ese momento estaba fuera del territorio haitiano, al que nunca retornó.
Esta semana, según lo que informó el portal local Gazette Haití, la tensión previa a la asunción de los nuevos gobernantes generó ataques en varias zonas de la capital, llegando a saquear el edificio de la Facultad de Medicina y a provocar ataques e incendios en varios barrios, donde se enfrentaron con la Policía.
Muchos habitantes de Puerto Príncipe abandonaron la ciudad por la situación que allí se vive, pero quienes permanecen en ella están pasando momentos durísimos y viven atemorizados, porque las organizaciones criminales, que desbordaron por completo a las fuerzas de seguridad, trastocaron por completo la vida cotidiana.
En este contexto, de acuerdo a un relevamiento realizado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés), medio millón de niños y niñas dejaron de asistir a clases. Según la entidad, casi 1.700 de centros educativos están cerradas y otros funcionan como refugio. “Ningún niño, niña o adolescente puede ir a la escuela mientras las balas vuelan en el aire, es inseguro y esto no puede ser”, dijo Bruno Maes, representante de Unicef en Haití.