En un informe que abarca 2024 y 2025, y que contempla las escuelas primarias, pero también las de educación media básica, la organización PEN America detectó que en Estados Unidos fueron prohibidos o censurados en esos centros 6.870 libros, 2.308 autores, 243 ilustradores y 38 traductores.
Desde julio de 2021, esta tendencia motivó que 22.810 títulos fueran removidos en algún distrito escolar, en un total de 45 estados.
El informe al respecto fue presentado a fines de setiembre por PEN America. Esta organización sin fines de lucro, dedicada a trabajar por la libertad de expresión, de prensa y educativa, es liderada por escritores. Entre sus primeros miembros tuvo al dramaturgo Eugene O'Neill, y entre sus presidentes a Salman Rushdie.
De acuerdo con la nueva edición de su informe “Vetado en Estados Unidos”, el libro prohibido en más centros o distritos escolares en 2024 y 2025 fue La naranja mecánica, de Anthony Burgess, y el autor más censurado fue Stephen King (acumula 206 prohibiciones en todo el país). Además de ser escritor, King suele ser un crítico muy activo de las políticas de la derecha estadounidense.
Según la página web de la organización PEN America, entre las obras prohibidas en 50 o más distritos escolares en 2023 y 2024, período que cubrió su informe anterior, aparecían autores como George RR Martin, libros como El cuento de la criada, de Margaret Atwood, y obras de la novelista Toni Morrison, ganadora de los premios Pulitzer y Nobel, y referente y pionera de la literatura afroestadounidense.
El informe 2023-2024 reportaba más de 10.000 libros censurados, más que los 6.870 actuales. Sin embargo, una muestra de que la prohibición de obras literarias es creciente es que, años atrás, la organización PEN America ni siquiera consideraba necesario hacer informes de este tipo porque el fenómeno era insignificante, señaló la Deutsche Welle.
Agregó que 80% de las prohibiciones se concentran en tres estados que además promovieron o incluso aprobaron leyes que disponen que se retiren libros considerados cuestionables por algún motivo: Florida, Texas y Tennessee.
En el caso de Florida, gobernada por el ultraconservador republicano Ron DeSantis, se aprobó en 2022 una ley que restringe el acceso en los centros educativos a las obras que aludan a temas sexuales o relativos a personas LGBT.
De acuerdo con la Asociación Americana de Bibliotecas, existen actualmente más de 100 proyectos de ley en los estados para redefinir qué contenidos son “dañiños para los niños”, informó el diario madrileño El País.
El nuevo informe de PEN America señala que Florida fue el estado con más libros prohibidos, 2.304, y afirma que allí “la censura remueve títulos de las bibliotecas escolares” como El diario de Ana Frank, El cuento de la criada y Ojos azules, de Morrison, según citó la agencia Efe.
PEN America agrega que si bien la mayoría de los libros prohibidos son obras literarias, se encuentra, por ejemplo, un texto de biología que habla de la crisis climática, la evolución de las especies y de la covid-19, temas que generan rechazo de la derecha más conservadora, religiosa y negacionista.
La filial de ese estado de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) manifestó: “Estamos a favor de una Florida donde los líderes defiendan la libertad de expresión, no que la castiguen”.
Durante el gobierno de Joe Biden, el Departamento de Educación impulsó un proyecto para investigar la legalidad de estas prohibiciones, pero, con la llegada de Donald Trump a la presidencia, la iniciativa se canceló y el mandatario dijo que existe un “engaño” acerca de la censura de libros en las escuelas.
El Departamento de Educación dio expresamente el visto bueno para que los estados tomen decisiones en cuanto a la exclusión de obras de las bibliotecas escolares.
En febrero, PEN America denunció que la prohibición de libros en el país había alcanzado niveles “sin precedentes”, según publicó The Guardian.
El periódico señaló que hay un patrón en esa censura: está enfocada en autores que no sean blancos, ni hombres, ni heterosexuales, y en cuanto a la temática, los reclamos de prohibiciones apuntan contra libros sobre racismo, género e historia.
Este tipo de impulsos a la censura surgen tanto de las directivas del Ejecutivo de Trump como de las políticas de los gobiernos de los estados y de campañas organizadas por grupos ultraconservadores.